Por Tomás Soto.
El Dios del Trueno y chico bonito de Marvel aterriza en el planeta Tierra, con su tercera entrega en solitario, pero esta vez de la mano del director neozelandés Taika Waititi, y generando al mismo tiempo gran controversia.
Thor (Chris Hemsworth), a pesar de su gran éxito y popularidad por sus actuaciones en las cintas de Avengers, hasta el momento no lograba convencer demasiado por sus películas en solitario (2011 y 2013), puesto que siempre quedaba al debe y era mucho más lo que se esperaba a lo que entregaba en un final.
Sin embargo, este 2017 llega para acabar con todos esos comentarios que no lo dejaron muy bien parado anteriormente, puesto que me atrevo a decir que, sin ser un fanático ni seguidor de Marvel, esta película está entre las mejores que he visto en el año, dado que es un espectáculo de principio a fin, y no necesariamente por su acción, sino más bien por el humor en demasía, actuaciones que sorprenden positivamente, y claro, un soundtrack que calza perfecto en cada una de las escenas del filme.
En cuanto a trama e historia, el hombre de cabellera larga y rubia, y mejor amigo de los martillos, volverá a Asgard (su planeta de origen), como objetivo de una misión. En este lugar se reencontrará con su hermano Loki (Tom Hiddleston), al cual creía muerto y que, sin embargo, seguía con vida en el cuerpo de su padre Odin (Anthony Hopkins), este último, además, se encontraba desaparecido.
Con el fin de encontrar a su padre, Thor y su hermano deberán viajar a la tierra, lugar en el cual se encontrarán, por ejemplo, con Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), esta es una de esas apariciones que le agregan un toque a la película. Además, en este viaje, conocerán a su hermana y gran antagonista de la cinta, Hela, la Diosa de la Muerte, quien por tanto tiempo ocultó Odin, debido al inmenso poder que posee y el tremendo caos que pudiera causar.
Por otro lado, y siguiendo con el Dios del Trueno, este llegará a un planeta llamado Sakaar, sitio en el cual es capturado por Valkyrie (Tessa Thompson), quien es una antigua guerrera de Asgard, pero que en la actualidad se encuentra capturando y reclutando luchadores para las batallas de supuestos gladiadores. Estos encuentros son organizados por el excéntrico y notable personaje de Jeff Goldblum como el Gran Maestro, quien, además, tiene como su más fuerte luchador al gigante e increíble Hulk (Mark Ruffalo).
Una de las mejores cosas que tiene esta cinta es que no se centra en un sólo personaje y en la historia que éste tenga que contar; al contrario, todos en esta película tienen algo que contar o que aportar, y vaya que lo hacen. Nada ni nadie en el filme está puesto o agregado porque había que rellenar o ponerle más luminosidad y color, a cada uno de los integrantes se le da el tiempo y la importancia necesaria para entender y relacionar su rol en la historia.
Otro de los puntos más altos y uno de los responsables del éxito de la cinta, es la comedia y el constante humor que se manifiesta en los 130 minutos, pero que, sin embargo, puede jugarle un punto en contra al momento de la aprobación de algunos espectadores.
Y es que es este motivo el que hará diferenciar entre si amas la película o sólo la encuentras buena. Esto porque, si bien la cinta contiene millones de escenas de acción y combates épicos (que es lo que no puede faltar), estos siempre van de la mano con alguna situación embarazosa o que se interrumpe mediante algún acto cómico por uno u otro actor, siendo finalmente más memorable el humor en vez de la acción. En muchos casos se espera más el momento cómico que alguna batalla.
Thor, en su tercera entrega, permite olvidar sus dos películas anteriores y te sumerge en un mundo y una historia que verdaderamente deja entrever lo complicado y delicado que son las producciones de Marvel Studios, a la hora de guiar y contar un mundo completamente extraordinario, además de motivar a ver y seguir todas las próximas y anteriores películas de los originarios de los cómics.
La cinta se estrena hoy jueves 26 de octubre.