Bandas invitadas: Laktik y Jesse Beaman.
28 de enero 2025.
Por Carlos Barahona.
Fotografías por Marcelo González.
El post-rock, desde sus orígenes, ha sido un subgénero que redefine las posibilidades de la música instrumental y atmosférica. Desde bandas como Slint, Bark Psychosis y Tortoise, el término se fue popularizando se popularizó con la irrupción de grupos como Godspeed You! Black Emperor, Mogwai y Explosions in the Sky, quienes expandieron los límites del rock tradicional a través de estructuras no convencionales, dinámicas contrastantes y un fuerte componente emocional.
A diferencia del rock, que, en su expresión más clásica, suele basarse en la voz y los estribillos, el post-rock apuesta por la experimentación sonora, el desarrollo progresivo de sus composiciones y el uso de efectos que crean paisajes sonoros envolventes. Sus influencias abarcan desde el minimalismo y la música clásica contemporánea hasta el shoegaze y la electrónica ambiental, lo que lo convierte en un género ecléctico y en constante evolución.
Uno de sus aspectos en los que se ha ido puliendo este estilo musical, es en su capacidad para evocar emociones sin necesidad de letras, permitiendo a los oyentes interpretar cada canción de manera personal e introspectiva. Este enfoque ha sido clave para su expansión global, atrayendo a un público diverso que encuentra en su música un refugio emocional y una experiencia inmersiva. Incluso hoy en día existen festivales especializados, como Dunk!festival en Bélgica o ArcTanGent en el Reino Unido, han consolidado una comunidad internacional que sigue el género con devoción.
Chile, con la cordillera como telón de fondo, ha servido como no solo como un biombo climático, sino que también sonoro para aquellas mixturas musicales que anidan la introspección y la reflexión, siendo el post rock es el espacio para muchas catarsis individuales, los que se han ido sumando lentamente, hasta generar un público específico que sigue a cada una de estas bandas.
This Will Destroy You es una de estas agrupaciones que tienen su fanaticada definida. Con una propuesta sobria, pero muy potente, no necesitan de muchos aspavientos para lograr su cometido. En esta nueva visita, fueron teloneados por los locales Laktik, quienes, a punta de sintetizadores, nos rememoraron sonidos como los de agrupaciones como Battles, mientras que también se subió al escenario Jesse Beaman, compositor y multiinstrumentista nicaragüense-estadounidense, conocido por su proyecto solista y por liderar la banda My Empty Phantom. Su presentación se caracterizó por la creación de paisajes sonoros ambientales y etéreos, utilizando loops y múltiples instrumentos, lo que captó la atención del respetable.
Presentaciones breves y sólidas que dieron paso al plato fuerte de la noche. Los originarios de San Marcos, Texas, y actualmente conformados por Jeremy Galindo (guitarra), Christopher Royal King (guitarra), Robi Gonzalez (batería) y Jesse Kees (bajo y teclados), han cultivado una audiencia fiel a lo largo de los años gracias a su capacidad de generar experiencias inmersivas con su música instrumental. Desde los primeros acordes de “A Three-Legged Workhorse”, quedó claro que el concierto sería un viaje introspectivo. La canción, con su progresión lenta pero envolvente, construyó una atmósfera donde la tensión y la liberación se entrelazaban magistralmente. Los crescendos estruendosos y los momentos de calma absoluta generaban un vaivén emocional que atrapó a la audiencia desde el primer instante.
El sonido en el recinto estaba perfectamente equilibrado, permitiendo que cada detalle de las guitarras reverberantes de Galindo y King se apreciara en su totalidad. La sección rítmica, comandada por Gonzalez en la batería y Kees en el bajo y los teclados, complementó el sonido con una precisión quirúrgica, asegurando que cada golpe y cada nota reforzaran la sensación de inmersión.Le siguió “Villa Del Refugio”, un tema que destacó por su carácter contemplativo. Aquí, los delays y las capas de sonido se entrelazaron de manera hipnótica, creando un efecto casi cinematográfico. La banda se movió con soltura entre pasajes etéreos y explosiones sonoras de alta intensidad, demostrando el dominio absoluto de su lenguaje musical. El set continuó con «Threads», una pieza que destaca por su balance entre melodía y ruido, donde la distorsión cobra protagonismo en los momentos cumbre. La interpretación de King en este tema fue particularmente destacable, logrando que las texturas de su guitarra crearan un muro de sonido tan denso como emocionante.
La ejecución de «Leather Wings» mantuvo el tono etéreo del setlist, aunque con un enfoque más melancólico. La pieza fue una transición perfecta hacia el momento más esperado de la noche: “The Mighty Rio Grande”, una composición emblemática que, con sus más de 11 minutos de duración, llevó a la audiencia por una montaña rusa emocional, desde pasajes suaves hasta clímax apoteósicos. La interacción entre las guitarras de Galindo y King fue sublime, llevando la melodía principal de la pieza a su máxima expresión. Gonzalez, en la batería, hizo un trabajo magistral en la sección final, donde la intensidad creció hasta alcanzar un clímax casi abrumador. La conexión entre la banda y el público era palpable, con muchos asistentes cerrando los ojos y dejándose llevar por la inmensidad del sonido. El setlist mantuvo el tono evocador con «They Move on Tracks of Never-Ending Light» y «Burial on the Presidio Banks», dos piezas que reforzaron la sensación de inmensidad sonora. Cada nota parecía extenderse en el espacio, llenando el Club Chocolate con un aura casi mística.
Hacia el final, «The World Is Our ___» brindó un respiro contemplativo antes de que «Dustism» y «New Topia» trajeran de vuelta un dinamismo más rítmico. «Little Smoke», la última canción del set que sirvió como una despedida potente, con sus capas de distorsión y percusión en un crescendo apoteósico que dejó a la audiencia en un estado de catarsis total. El concierto de This Will Destroy You en Club Chocolate fue una experiencia sensorial que deja una huella imborrable en Santiago, recordándonos por qué su música sigue siendo un refugio emocional para tantos seguidores alrededor del mundo, pero sobre todo en esta larga y angosta faja de tierra. A pesar de todos los momentos y vicisitudes que implica vivir en este país, a veces es solo necesario cerrar los ojos, ajustar tus tapones o audífonos, apretar play y ¡acción! Vuelves a sentirte vivo.
Setlist:
A Three-Legged Workhorse
Villa Del Refugio
Threads
Leather Wings
The Mighty Rio Grande
They Move on Tracks of Never-Ending Light
Burial on the Presidio Banks
The World Is Our ___
Dustism
New Topia
Little Smoke
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