Movistar Arena, 20 de abril 2024.
Por Rocío Belén.
Fotografías por Javier Martínez.
Llega finalmente uno de los encuentros más esperados del año para la gran comunidad de metalheads que habitan este largo y angosto territorio del más vasto rincón del continente sudamericano. Una vez más somos testigos de la gran horda que conquista el centro de Santiago para dar vida a la quinta edición de The Metal Fest Chile 2024. El epicentro sudamericano del metal tuvo en su primera jornada a 14 bandas, 7 nacionales y 7 internacionales, repartidas en los dos escenarios disponibles: Devil Stage como escenario principal para las bandas extranjeras dentro del arena, y el Hell Stage para los dueños de casa a las afueras del domo, además, el festival contó con una amplia gama de puestos de comida, lugares de interacción social, espacios para firma de autógrafos y stands de distintos tipos, además una serie de detalles estéticos y decoraciones en manos del escultor nacional Michael Bulicic (Necoescultor) que terminan de darle una visual oscura y malévola a esta gran convocatoria, convirtiendo Movistar Arena en el averno de destrucción masiva que el público chileno se merece.
La jornada comienza a eso de las 13 horas, dando inicio a lo que serán dos largas jornadas de metal a la vena con Battlerage en el Hell Stage, banda de heavy metal liderada por el reconocido frontman Fox Lin Torres que con 4 álbumes de estudio y más de 20 años de carrera, encienden los fuegos en el recinto capitalino junto a una muestra general de su histórico repertorio, destacando su último lanzamiento Dreams in Darkness (2018) sumando grandes clásicos en su cartelera. Un breve corte de luz no fue impedimento para que compartieran a gusto con su público, que le hizo el aguante a los nacionales.
Quienes inauguraron el Devil Stage fueron los germanos In Extremo, quienes gozaron de su público chileno de forma mucho más íntima la pasada noche en RBX, entregándonos una generosa dosis de folk metal europeo, empapados de juegos lingüísticos y sonoridades eclécticas que marcan una identidad única en el macabro escenario de The Metal Fest, dando inicio a esta fiesta en manos de las gaitas alemanas. Los segundos en pisar el Hell Stage fueron los nacionales Necrodemon, banda que el año pasado cumplió 30 años de carrera, dándonos una muestra de poderoso death metal melódico en una presentación blasfema y oscura, entregando una muestra completa de su repertorio histórico, captando la atención de los más longevos con los clásicos de antaño.
Los californianos Exodus continúan en el Devil Stage pasadas las 15 horas, para traernos de vuelta lo mejor del thrash metal más puro y duro. Liderados por el guitarrista Gary Holt, llegan a nuestro país presentando Persona non grata (2021), sin dejar de lado grandes éxitos como “Bonded by blood”, “The beatings will continue”, “Blacklist” y “The toxic waltz”. Tras su última visita en 2022, los norteamericanos simplemente no reservan energías, conectándose eufóricamente con ese público fiel que comienza a descarrilar la cancha de Movistar Arena a punta de mosh y bengalas. Vastator fueron los siguientes en subirse al escenario nacional al más puro estilo de Judas Priest, con una propuesta visualmente ligada al metal y las motos, pero con una identidad que los clasifica dentro de las bandas más icónicas que ha tenido el heavy metal en Chile, desmembrado los más intensos agudos de la jornada.
Volvemos al Devil Stage para presenciar uno de los puntos más altos de esta versión de The Metal Fest Chile 2024. Los brasileños Sepultura regresaron a nuestro país tras una exitosa presentación en el pasado Knotfest 2022, trayendo en esta oportunidad el Latin American Farewell Tour en el marco de su gira de despedida, pues tras 4 décadas en el ruedo, decidieron colgar los guantes para mantener la leyenda antes de que muera en vida. Con un set empapado en clásicos, rememorando principalmente las más reconocidas del Roots (1996), cerrando precisamente con “Roots Bloody Roots”, no sin antes repasar otros hits como “Territory”, “Ratamahatta” y “Arise”. La audiencia se mantuvo firme y nostálgica a lo largo de toda la presentación, coreando en su totalidad la despedida de la banda de metal más grande que ha visto nacer latinoamérica.
Las temucanas Derrumbando Defensas son una de las sorpresas de esta edición. La agrupación, formada íntegramente por integrantes mujeres, fue una de las novedades del cartel, pues es de las pocas bandas que apuntan a la descentralización, destacando además su formación poniendo la cuota de representación femenina en The Metal Fest 2024. Se suben al escenario del Hell Stage para romper con cualquier brecha de género que les haya sido impuesta, derrochando niveles incalculables de brutalidad, conquistando el escéptico público que sorprendido terminó por ovacionar a las nacionales que con 15 años de trayectoria se han ganado un espacio de completo respeto ante el público del festival.
Los suecos Soen son la excepción en esta versión, pisando el escenario del Devil Stage ya cerca del atardecer. No podía faltar la cuota progresiva en esta jornada, y que mejor que con uno de los exponentes más populares y reconocidos de la nueva generación de rock y metal progresivo, más aún en nuestro país tras su exitosa presentación encabezando el CL.Prog de 2023 en el Teatro Caupolicán. Soen, quienes lanzaron hace pocos meses Memorial (2023), mezclan las sonoridades del metal con fuertes pasajes atmosféricos, aprovechando el temple melódico para construir una sinergia total entre lo rudo y lo ambiental, sin dejar de lado la performance y el carisma del que gozan los suecos, quienes como en casa aprovechan los cánticos para conectar permanentemente con su público, bajando así las revoluciones en el escenario principal. Las secuencias e intros hicieron lo suyo para generar tensión y posteriores explosiones de humo, dándole un sabor distinto al show.
En cuanto a los nacionales Sadism, es imperativo destacar no sólo la trayectoria sino también la garra y el compromiso por el metal nacional que nace desde este punto en adelante en las 3 bandas que siguen en este escenario. No son todas las que pueden decir que tienen varias giras europeas en el cuerpo, ediciones deluxe en vinilo y una carta enorme de merchandising que le hace el contrapeso a la brutalidad de la música que interpretan. Sadism es una muestra de virtuosismo oscuro y garra desde, por y para el metal nacional. Los nacionales entonan brutales riffs mientras los growls de se hacen notar con amplia fuerza en la cancha del Hell Stage.
En este viaje de sonoridades metálicas no podía faltar la dosis exacta de power speed metal, y es que Gamma Ray saca todos los premios si de show se trata. Los íconos del género, liderados por el también frontman de Helloween Kai Hansen, como bien podríamos decir: “dejaron la patá”. Volvemos a los castillos y los dragones, al más puro estilo Game of Thrones para festejar entre coros y saltos a los íconos del power junto a las guitarras hermanas que hicieron brillar el escenario. Continuando con las leyendas nacionales, el retorno de Dogma a los escenarios grandes no podía tener mejor espacio que el de Hell Stage. La audiencia cálida y comprometida disfrutó con creces a los locales de principio a fin, demostrando una vez más la fidelidad del público chileno ante aquellas bandas que dieron cara cuando difícilmente alguien se atrevía, manteniendo una fiel fanaticada sin importar cuántos años hayan pasado. Sin duda una de las presentaciones más sólidas que vio ese escenario durante el día.
Llega el turno de uno de los íconos más representativos del metalcore, hablamos de los norteamericanos Killswitch Engage, dando cátedra sobre riffs y breakdowns, sorprendiendo gratamente a una audiencia, que no decepcionó en cuanto a desempeño, pues las nuevas generaciones dieron cara armando el circle pit más grande que vio la jornada, para cerrar con nada más y nada menos que un cover de “Holy Diver” al más puro estilo metalcore. Para cerrar el escenario secundario, los legendarios Dorso se pusieron la capa en representación del metal nacional, echándose nada menos que unas cuantas miles de almas al bolsillo, dando en el gusto a todos aquellos que exigen metal crudo en los escenarios de The Metal Fest, y de la mejor forma posible, con buen metal a la vena, que a pesar de los acoples, llevaron el show y al público de manera magnífica, dando por finalizada la jornada de manera increíble ante un tremendo público con su clásico metal vacilón, cantable, cabeceable y mosheable.
Y finalizando la contienda en el escenario principal, se presentan los noruegos Emperor con lo mejor del black metal sinfónico europeo, oscuro, denso, afligido y desolador. Un plato que el público esperó pacientemente y que no decepcionó en lo más mínimo, dejando a la audiencia satisfecha y bastante cansada después de 12 horas de aguante en el Movistar Arena. Los coros no faltaron y por supuesto no se queda atrás el gran cariño que le tiene nuestro país a los emperadores del black metal, desatando locura máxima ya al cierre junto a uno de los más intensos pits a las luz de las bengalas.
El primer día de The Metal Fest tuvo lo mejor de sí, entregándonos una muestra de metal para todos los gustos, desde heavy, thrash y prog, hasta core y black, buscando siempre la mejor calidad tanto visual y sonora, y es que en esta edición bordearon la perfección, con volúmenes y ecualizaciones clínicamente medidas, iluminación a ritmo siempre en una parrilla que alcanza cada rincón y una producción general que saca aplausos en cuanto a rigurosidad de tiempos y segmentación de espacios, haciendo de esta una velada absolutamente agradable. Sólo quedan energías para seguir en lo que será la segunda jornada.
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