Artista invitada: Dead Christine.
9 de marzo 2025.
Por Rodolfo Galleguillos.
Fotografías por Javier Martínez.
El segundo paso por nuestro país por parte de Ian Astbury y compañía no estuvo exento de anécdotas. Con una épica pero accidentada presentación en el Festival de Viña del Mar el grupo parecía haber quedado resentido con el recibimiento local, pero por fortuna aquellas impresiones se volcaron en ciento ochenta grados para haber consolidado una noche de hard rock digno de la época dorada del género en los años 80. Hubo un recorrido total a lo mejor de su discografía, y el desempeño sonoro del excéntrico cuarteto destacó en una presentación que se mantuvo siempre en lo alto de energía y desplante.
El proyecto Dead Christine de Cristina Forno se encargó de iniciar la velada, realizando una breve presentación mientras los asistentes comenzaban poco a poco a llenar el recinto. En poco más de 20 minutos pudo lucir con su banda un cuidado trabajo musical que la ha hecho volverse más reconocida, sin escatimar en mérito propio. Sonaron canciones de su último disco lanzado el año pasado Stregheria, siendo “Träume” y “Water” algunas de las cartas jugadas. La acogida fue cálida, hubiera sido interesante más rato de presentación.
The Cult salió a escena con unos minutos de retraso, envuelto ya en algunos particulares rituales que son reconocidos por los fanáticos: el esparcir humo de palosanto en el escenario antes de iniciar el show, y que sonara “Ride of The Valkiries” de Richard Wagner previo a la aparición del grupo en escena. Sin muchas detenciones ni interrupciones las canciones partieron una tras otra: “In the Clouds”, “Rise”, “Wild Flower” y “The Witch” fueron sonando bajo el poderoso arsenal de guitarras Gibson de Billy Duffy, cuyos fraseos revivieron inmediatamente hasta al asistente más ebrio de la jornada.
El sonido del grupo estaba bien trabajado y se sentía fuerte, pero claro. El bajista Charlie Jones mantuvo siempre las bases sólidas, respaldadas por un equipo de amplificación Aguilar de primer nivel. Sumado a sus Fender P-bass, nada podía salir mal. Fue una elección sabia el mantener canciones principalmente de sus dos trabajos más conocidos de su carrera: Love de 1985 y Sonic Temple de 1989, además de que reflejan la comodidad de Astbury al cantar dichas canciones.
Pandero en mano, y uno que otro cambio en los juegos de luces, seguía el set pasando: “Revolution”, “Sweet Soul Sister”, “Lucifer”, “Rain” y “Spiritwalker” eran coreadas por el público que ya mantiene estas canciones interiorizadas como clásicos. Astbury siempre inquieto, coqueteando con los asistentes y mostrando la grandeza que implica estar en un escenario de rock, cuestión que pareciera no pasar de moda nunca. Se merecían la gaviota de oro, el desaire fue muy notorio en la presentación previa.
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Para cerrar “Brother Wolf, Sister Moon”, “Fire Woman” y la inflatable “Love Removal Machine”, las que fueron saltadas sin descanso, además de entregar pequeños alargues que hicieron disfrutar más a los asistentes del momento final del recital. De rodillas y haciendo reverencias al público antes de retirarse – mientras suena “Sacco e Vanzetti” de Ennio Morricone-, Ian promete volver agradeciendo el apoyo a The Cult y finalizando el que será sin duda para algunos uno de los mejores shows de rock del 2025. Esperemos que en una próxima oportunidad se lleven todos los merecidos galardones.
Setlist:
In the Clouds
Rise
Wild Flower
The Witch
Mirror
War (The Process)
Ressurection Joe
Edie (Ciao Baby)
Revolution
Sweet Soul Sister
Lucifer
Rain
Spiritwalker
She Sells Sanctuary
Brother Wolf, Sister Moon
Fire Woman
Love Removal Machine
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