Por Johanna Dagnino.
Hablar de Pedro Aznar y de su carrera parece, a primera vista, una tarea extensa. Este cantante, multi-instrumentista y compositor argentino de 58 años es uno de los artistas más reconocidos de Latinoamérica y, con una carrera plena, se apronta a celebrar sus 35 años de trayectoria como solista. Es por este motivo, que se presentará este 7 de diciembre en el Teatro Teletón de Santiago, y al día siguiente en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María en Valparaíso. Entonces, ¿cómo empezar a hablar de estos 35 años?
Aznar es dueño de una vida musical envidiable: como solista posee más de treinta discos (álbumes de estudio, grabaciones en vivo, bandas sonoras y dúos incluidos). Asimismo, formó parte de la mítica agrupación argentina Serú Girán, supergrupo de rock en el cual hizo de voz, bajo y teclados y donde compartió con Charly García (voz, teclados), David Lebón (voz, guitarras) y Oscar Moro (batería). Fue parte del grupo de jazz fusión estadounidense Pat Metheny Group y trabajó en distintas bandas como Alas, Madre Atómica y Spinetta Jade. No siendo suficiente esto, Aznar ha publicado 180 composiciones propias y más de una centena de covers y arreglos de artistas que oscilan entre The Rolling Stones o The Beatles hasta Victor Jara y Violeta Parra. Junto con esto, ha publicado dos libros con sus poemas. Sin mencionar los premios y reconocimientos que ha recibido, es claro desde un principio que hablamos de un artista que desborda talento y vitalidad, un músico único que a estas alturas es un imperdible cada vez que se presenta.
Todo inicia, según su propia biografía, cuando a los dos años de vida se obsesiona con un tocadiscos, el cual pasaba horas mirando girar. A la edad de siete, recibe como regalo el disco Revolver de la banda inglesa The Beatles, lo que transformaría su vida de forma definitiva puesto que, desde aquí, la música se le transformaría “en hambre del alma”. A los nueve años comienza los estudios en guitarra clásica, a los diez descubre la melódica y a los doce forma su primera banda, Life, con amigos suyos a los cuales él mismo enseñó a tocar. Ya en 1974, se une a Madre Atómica, cambia la guitarra por el bajo y, además, comienza a tocar batería. En 1977 se une al grupo Alas, los cuales se consideran como pioneros en fusionar tango y folklore con sonidos de rock y jazz. Ese mismo año, Aznar se familiariza con el trabajo del bajista Jaco Pastorius: su técnica del bajo sin trastes fue un punto de inflexión para el trasandino, quien le quitó los trastes a su propio bajo para lograr ese sonido acústico (que ya venía trabajando) con mayor precisión.
Toda esta hambre de hacer música en el joven músico de apenas 18 años lo llevó a ganarse un nombre de forma veloz. Fue ese mismo nombre el que llegó a oídos de Charly García en 1978, cuando buscaba un bajista para su nuevo proyecto (el cual se encontraba armando en Brasil). Charly, siguiendo esta recomendación, toma un avión y viaja a Buenos Aires a ver a Aznar tocar en un club de Jazz. El resto es historia. García cargaba con la experiencia de Sui Generis, Moro traía lo suyo con Almendra y Lebón su propio cuento con Pescado Rabioso. Entre estos grandes de la música argentina, surge la figura de Aznar en el bajo y un camino marcado por cinco discos de estudio, y una banda que es considerada hasta el día de hoy como uno de los puntos más importantes del rock argentino y cuya obra trasciende al tiempo.
La aventura con Serú Girán duró, inicialmente, hasta 1982 y tuvieron el gran mérito de hacer del rock algo masivo en Argentina. En esta primera etapa de su carrera, Aznar grabó junto a la banda cuatro discos de estudio: Serú Girán (1978), La grasa de las capitales (1979), Bicicleta (1980) y Peperina (1981). No volverían a grabar nuevamente hasta 1992, con la salida de Serú 92’. Haciendo historia, en 1979, Aznar comienza estudios en piano, armonía de jazz y arreglos. Posteriormente, 1980 fue el año de la consagración para la banda trasandina: lanzan Bicicleta (placa que es considerada como uno de sus mejores trabajos) y viven la locura de llenar salas y tocar sin descanso alguno.
Este mismo año, lanzan su sello propio y Pedro Aznar se hace de un “arsenal de sintetizadores”, que terminaron por definir el sonido de Serú Girán junto con los arreglos que el mismo músico realizaba en las grabaciones. Asimismo, el argentino amplía el estudio casero que tenía y realiza ahí mismo las grabaciones de sus temas para la banda y sus posteriores temas como solista. También en el 80, Aznar junto a la banda se presentan en Rio Monterey Jazz Festival (Rio de Janeiro, Brasil). En esta instancia, escucha por primera vez a Pat Metheny Group y su fascinación es tal que le entrega al mismo Pat una cinta con sus grabaciones caseras como muestra de “devoción y ofrenda por la belleza de su música”. También este año, el Flaco Spinetta lo invita a tocar en su banda jazzera, Spinetta Jade, entrando nuevamente en contacto con la música fusión. Toda esta mezcla de experiencias lo llevan a desear continuar sus estudios en música en el Berklee College of Music de Boston.
En 1981, Serú Girán graba Peperina y se toman un descanso. En este tiempo, Pedro Aznar decide darle rienda a sus aspiraciones musicales: comienza a trabajar en proyectos somo solista y continúa sus estudios en Boston. En paralelo, Pat Metheny lo llama para ponerse en contacto que ya le habían encantado sus grabaciones caseras. Ese mismo año trabaja en la composición y grabación de la música de la obra teatral Lenny Blues de Robertino Granados y graba también en 20/10 de Nito Mestre. El año siguiente fue igual de potente puesto que no sólo se encuentran en esta parte de la historia las últimas presentaciones (por el momento) de Serú Girán, sino que, además, Aznar lanza su primer disco en 1982 el cual lleva su nombre como título.
Junto con esto, colabora en las grabaciones de Yendo de la cama al Living del mismo Charly García; graba además dos temas para su próximo proyecto, Contemplación, con Pat y otros dos miembros de la banda, Lyle Mays y a Danny Gottlieb. A los días de haber grabado, recibe la invitación del mismo Pat para unirse a la banda, dando inicia así a otro capítulo en este largo camino que ha recorrido y que lo llevaría a girar por Europa y EE.UU. En esta primera etapa con Pat Metheny Group, grabó First Circle (1984) y The Falcon and the Snowman (1985), trabajos en los cuales asumió los roles de vibráfono, percusiones, voces y algunas guitarras. Posteriormente, volvió a trabajar con la banda en 1989 y graba Letter from Home, tema del cual destaca el trabajo de Aznar en “Vidala”.
En medio de toda esta vorágine, Pedro Aznar es invitado a presentarse en Luna Park en 1984 por el brasileño Iván Lins, junto a otros invitados de lujo, León Gieco y el Flaco Spinetta. De esta presentación sale Encuentro, disco que corresponde a la grabación en vivo de este momento. Este mismo año, Aznar participa una vez más en las grabaciones de Charly, esta vez para su disco Clics Modernos. Al año siguiente, aparece Contemplación, el segundo disco solista de estudio de Pedro, del que destacan temas como “23”, “Verano en Nueva Inglaterra” y “A la hora que duermen los trenes”. Este mismo año, First Circle recibe el Grammy por Mejor Performance de Jazz Contemporáneo.
Aún en 1985, Aznar participa en las grabaciones de Madre en años luz (Spinetta Jade) y Giros (Fito Páez). Se traslada a Nueva York y, en busca de asentarse después de tantos años de idas y vueltas por las giras y los estudios, decide abandonar Pat Metheny Group para dedicarse a trabajar en música propia. Por esos días, Charly viaja a Nueva York de vacaciones, se reúne con Pedro y surge la idea de grabar algo en conjunto. El producto de este juego se llama Tango, disco de tan sólo seis canciones que fue grabado en una semana y que, pese a no tener mucha coherencia entre los temas que lo componen, demuestra claramente el talento de dos de los músicos más importantes que nos ha regalado Argentina.
Después de Tango, Aznar lanza su tercer disco solista, Fotos de Tokyo (1986) y se dedica un tiempo a componer bandas sonoras entre las cuales destaca Hombre mirando al sudeste (1987) y Últimas imágenes del naufragio (1990). Para este entonces, Aznar no conoce límites y prueba lo que ha dicho a través del tiempo en diversas instancias: lo mueve la curiosidad y el hambre por saber, por aprender. Así, en 1988, comienza a estudiar saxo tenor y análisis y composición. Ya en 1990, después de que nuevamente su trabajo con Pat Matheny Group recibe el Grammy a la Mejor Performance de Jazz Contemporáneo, esta vez por «Letter from home»; el argentino produce el disco de David Lebón Nuevas mañanas. Junto con esto, su trabajo en Últimas imágenes del naufragio recibe el premio Cóndor de Plata por Mejor Música de Película. Además, ese mismo año realizó arreglos vocales para el álbum de Soda Stereo, Canción animal, y para Filosofía barata y zapatos de goma de Charly García.
En 1991 aparece Tango 4, último disco que lanza en colaboración con Charly García y que carga en sí una serie de temas icónicos. Ya habían grabado este mismo año «Radio Pinti» con el actor Enrique Pinti y con el mismo Charly. García se encontraba en rehabilitación por primera vez a causa de su adicción a las drogas y Pedro Aznar vino con la mejor cura: la música. “Tu amor” (García/Aznar), “Mientes” (Aznar) y “Vampiro” (García) son sólo algunas de las composiciones que se encuentran en esta placa y que, sin duda alguna, son parte importante del soundtrack de quienes hemos crecido con los sonidos de estos músicos.
Parte también de este reencuentro, provocó el regreso de Serú Girán al estudio y a los escenarios. Este mismo año aparece Serú 92’, el quinto y último disco de estudio de la banda. Para esta placa, Aznar compone «A cada hombre, a cada mujer», «Déjame entrar» y «Si me das tu amor», junto con tener participación autoral en casi todo el resto de la producción, obteniendo así un protagonismo mayor en comparación a su participación en los años anteriores de la banda. Como si fuese poco todo esto, también en 1992 Aznar publica su primer libro de poemas, Pruebas de fuego.
En 1993 Aznar vuelve a grabar con Pat Metheny Group y lanzan The Road to you, y se hacen nuevamente del Grammy a Mejor Performance de Jazz Contemporáneo (1994). Además, compuso y grabó un dúo con Mercedes Sosa auspiciados por UNICEF para promover los derechos de los niños y adolescentes. Con el paso de los años vino la necesidad de consolidarse como solista, idea que lo lleva a poner un anuncio en el diario para buscar músicos que lo acompañen y que termina con el lanzamiento en 1995 de David y Goliath, su cuarto disco de estudio como solista (en el cual trabajó por largos años).
Si tuviese que definirse el trabajo de Aznar en algún término, podríamos hablar de un rock poético, el lirismo de sus composiciones y el virtuosismo de este instrumentalista lo hace destacar desde sus inicios y lo ha llevado a ganarse el respeto de sus pares en una escena dominada por lo visceral y la intuición. Mientras continúa componiendo bandas sonoras, sigue con su trabajo como productor y arreglos de discos para otros artistas como Fabiana Cantilo, Santa Sabina y Kleiton e Kledir. Luego, en 1998, aparece, Cuerpo y Alma, su quinto disco de estudio y en 1999 presenta Caja de música, disco en el que Aznar musicaliza poemas de Jorge Luis Borges y que se lanza en el Teatro Colón para el centenario del autor.
Para el cambio de milenio, aparece Yo no quiero volverme tan loco, placa que recupera la presentación de Serú Girán en el Teatro Coliseo, Buenos Aires, 26 de diciembre de 1981. Éste fue grabado en primera instancia en un cassette, el cual fue restaurado y remezclado por el mismo Pedro Aznar. Siguiendo la línea multifacética de este trasandino, este mismo año formó parte del Seminario Internacional Sound Pro 2000, foro de músicos, productores e ingenieros de sonido que contó con la presencia de figuras de la talla de Alan Parsons y George Petersen. Para cerrar el año, Aznar participó como invitado de Sui Generis en su concierto de reunión después de 25 años, realizado en el Estadio Boca Juniors, Buenos Aires. Al año siguiente, Pedro lanza Huellas en la luz, placa en la cual recopila su trabajo en música para películas. Aparecen posteriormente Parte de volar (2002), álbum en el que retoma la canción popular y el folklore argentino; y Mudras (2003), disco ejecutado en su totalidad por dúos. En 2005, el trasandino graba Aznar canta en Brasil, disco en vivo que se configura como un homenaje para la música de dicho país en la que el artista versiona en español temas de artistas como Milton Nascimento, Chico Buarque, Herbert Vianna, Gilberto Gil y Egberto Gismonti. Junto a todo este trabajo, se une al trabajo de Peperina en Llamas, banda de rock under con al cual graba la banda sonora de la película Un Buda. Sale luego A Roar of Southern Clouds (2006), un recopilatorio con las mejores canciones grabadas por Aznar entre 1995 y el 2005; y en 2007 se une nuevamente a David Lebón para una serie de presentaciones en vivo que terminarían por convertirse en Aznar/Labón, placa que recopila dichas presentaciones. En esta misma época trabaja con Shakira para producir “Hay amores” y “Despedidas”, temas que pertenecen a la banda sonora de la versión fílmica de El amor en los tiempos del cólera.
Llega entonces el año 2008, el cual posee dos hitos que es imposible saltarse: Roger Waters y su disco Quebrado. Pedro Aznar grabó y coprodujo con Waters una canción para la Fundación Alas. Para esta oportunidad visitó junto a Cerati la propia casa del ex Pink Floyd y grabaron en los estudios Looking Glass (Nueva York). En cuanto a Quebrado, este disco viene a consolidar la trayectoria de este tremendo y multifacético artista e incluye no solo composiciones del argentino, sino que, además, covers de sus canciones favoritas, donde incluye temas de Spinetta, Charly García, The Rolling Stones, George Harrison y John Lennon entre otros. Al año siguiente, Aznar publica Quebrado Vivo, (álbum doble grabado en el Teatro Coliseo, Buenos Aires). También ese 2009, publica su segundo libro de poemas, Dos pasajes a la noche, el cual es presentado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile.
En 2010 lanza su sexto disco en vivo, A solas con el mundo, el que se encuentra marcado por la ausencia de una banda formal ya que fue el mismo Aznar el que tocó todos los instrumentos en una serie de presentaciones unipersonales. En 2012 lanza Ahora, su noveno disco de estudio de estudio el cual fue grabado en los famosos estudios de Abbey Road. En paralelo, fuertemente marcado por la muerte de Spinetta, realiza un recital que fue posteriormente editado como un disco doble titulado Puentes Amarillos, trabajo que es considerado por muchos como el mejor homenaje realizado tras la partida del Flaco. En 2013 aparece Mil noches y un instante, un nuevo disco en vivo que retoma el tema de la raíz folclórica y hace, además, un particular énfasis en The Beatles.
El recorrido de este artista tiene como últimos puntos el lanzamiento en 2016 de Contraluz, disco en el que nuevamente mezcla elementos del rock, el folklore, el pop y la fusión, tal como ha sido la tónica en toda su trayectoria musical. Este año aparece Resonancia, un EP compuesto por cuatro temas nuevos que continúan la línea del disco que lo precede; además aparece Esenciales, una placa compilatoria en la que se resume de algún modo toda la trayectoria de Pedro Aznar como solista sin dejar ningún trabajo de lado.
Aznar viene una vez más a Chile y no existe forma de sintetizar lo que este artista integral es capaz de hacer. La única forma de entender lo que es el trabajo del trasandino es verlo en vivo, así que la invitación queda hecha y las razones para asistir sobran: el festejo de 35 años de trayectoria como solista, sus Esenciales en disco doble y la Resonancia de un músico virtuoso y sin miedo a seguir probando nuevas cosas, con hambre de música, son la mejor promesa de un show inagotable, sin respiro e imperdible para quienes entendemos la relación cercana de este argentino con el público chileno, puesto que esta vez es él quien nos invita a formar parte de esta celebración.