Por Carlos Barahona.

Un axioma es una proposición o afirmación que se considera evidente y aceptada sin necesidad de demostración. En campos como las matemáticas o el de la lógica, los axiomas son fundamentales para el desarrollo de teorías, ya que sirven como puntos de partida a partir de los cuales se pueden derivar otros enunciados. En la vida cotidiana, también podemos identificar axiomas en creencias o afirmaciones que tomamos como verdaderas sin cuestionar: “el tiempo vuela”, “todo lo que sube, baja” y un sinfín más que conocemos por puro acervo cultural.

En mi caso personal y, en toda la relación que tengo por años con la música, se me inculcó desde bien pequeño un axioma que jamás se puso en discusión en mis hogares, allá en la lejana tierra elquina de La Serena: The Beatles es la banda más importante de la historia. Si eres de aquellas personas que cuestiona esto, mejor pasa de largo, porque esta nota no pone nada eso en cuestionamiento, duda o sospecha. Desde ese añejo Liverpool de hace más de cincuenta años, que la música cambió para siempre. Los motivos los conocemos de sobra. Si bien podemos discutir sobre cual es nuestro Beatle favorito, y que Ringo, George, John y Paul han generado simpatías, debates, amores y fanatismo por décadas, ya pasadas y venideras, el axioma de su grandeza jamás ha estado en duda.

Al enterarnos de una nueva visita de James Paul McCartney (Liverpool, 18 de junio de 1942), propongo el ejercicio de que indaguemos cuales son las afirmaciones sobre “Macca” que son evidentes y que no requieren demostración. He aquí mi listado:

1. Composición y Estilo Musical: Desde sus primeros días con The Beatles, McCartney demostró ser un compositor excepcional. Su capacidad para crear melodías pegajosas, combinadas con letras que abordan una amplia gama de emociones y temas, le permitió destacar en un grupo que ya era conocido por su innovación. Si bien a menudo la dupla Paul – John fue implacable – cosa de ver ese extenso documental “Get Back” -, trabajaban juntos, Macca fue capaz de encontrar su propio estilo, melódico, estridente y genial. Canciones como «And I Love Her» y «For No One» ejemplifican su talento para construir melodías suaves y memorables, mientras que su habilidad para fusionar estilos se ve en temas como «Drive My Car», que mezcla rock y pop con una energía contagiosa. Su interés por la música clásica y el uso de arreglos orquestales se reflejan en «Eleanor Rigby», una pieza que combina una narrativa lírica con una orquestación de cuerdas que desafía las normas del pop de la época en que surgieron los de Liverpool. Cuento propio es “Helter Skelter”, con unos riffs potentes y unos alaridos tan potentes que siempre resuenan en nuestras mentes.

2. Instrumentos: En cuanto a su virtuosismo instrumental, el viejo Paul es principalmente conocido como el bajista de The Beatles. Su enfoque innovador en el bajo lo distingue, utilizando el instrumento para añadir una dimensión melódica a muchas de las canciones de la banda. Conocido por utilizar marcas como Rickenbacker o Fender, un ejemplo icónico es «Something», donde su línea de bajo complementa la emotiva melodía de la guitarra.

Además, McCartney es un talentoso pianista, y su trabajo en el piano es esencial en piezas como «Let It Be», donde los acordes del piano crean un ambiente íntimo y reflexivo. Su capacidad para tocar múltiples instrumentos no solo enriqueció el sonido de la banda, sino que también le permitió experimentar en el estudio. En «Blackbird», McCartney utiliza la guitarra acústica de manera magistral, fusionando sus habilidades como compositor y músico para crear un himno sobre la libertad y los derechos civiles.

3. Letras: Las letras de McCartney son a menudo más optimistas y accesibles que las de Lennon, abarcando temas de amor, nostalgia y alegría. Canciones como «All My Loving» destacan por su romanticismo, capturando la esencia del amor joven con una simplicidad conmovedora. Por otro lado, «We Can Work It Out» refleja un sentido de esperanza y conciliación, con un mensaje que resuena profundamente en tiempos de conflicto.

Un punto culminante en su escritura es «Hey Jude», una de las composiciones más emblemáticas de McCartney. Originalmente escrita para consolar a Julian Lennon durante el divorcio de sus padres, la canción se transformó en un himno de esperanza que ha perdurado en el tiempo. La estructura del tema, con su emotivo estribillo y su prolongada coda, muestra la capacidad de Paul para crear experiencias auditivas memorables y conmovedoras.

4. Los himnos creados dentro de toda la discografía de la banda: Desde su debut con Please Please Me (1963), Macca mostró su talento compositivo en canciones como «I Saw Her Standing There» y «Love Me Do». En su segundo álbum, With The Beatles (1963), continuó con la misma energía, contribuyendo con «All I’ve Got to Do» y «It Won’t Be Long», estableciendo un patrón de colaboraciones que definiría su carrera.

Con A Hard Day’s Night (1964), McCartney brilló con «And I Love Her», una balada que se convirtió en un clásico. A medida que avanzaba la carrera de la banda, su composición se volvía más sofisticada. En Rubber Soul (1965), McCartney presentó «Michelle», una canción que destaca por su melodía romántica y su uso de acordes inusuales, reflejando su crecimiento como compositor.

El álbum Revolver (1966) marcó un cambio significativo en la dirección musical de la banda. En esta placa contribuyó con la ya nombrada «Eleanor Rigby», que se convirtió en un símbolo de la innovación musical de la época. La inclusión de cuerdas y el enfoque narrativo de la letra destacaron su habilidad para contar historias a través de la música. El clásico Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) es otro hito en su carrera, donde aportó «Penny Lane», una celebración nostálgica de su infancia en Liverpool. Este álbum no solo definió una era, sino que también mostró el potencial de la música popular como una forma de arte.

A medida que la banda se acercaba a su disolución, McCartney continuó creando música memorable. En The Beatles (1968), conocido como el Álbum Blanco, presentó la ya comentada «Blackbird», una poderosa metáfora de la lucha por la libertad y los derechos civiles. Su capacidad para abordar temas sociales con sutileza y poesía es una de las muchas razones por las que su música sigue siendo relevante. Finalmente, en Let It Be (1970), Paul cerró su capítulo con la banda con el emblemático tema titular, una canción que encapsula un mensaje de esperanza y aceptación, reflejando la sabiduría acumulada a lo largo de su carrera.

Así pues, queda clara cuál es la importancia y relevancia de Paul McCartney en The Beatles, axiomas que son incuestionables y que toman más sentido, pensando en la pronta visita que hará a nuestro país, presentándose en el Estadio Nacional. En sus más de ocho décadas de vida, su talento como compositor, su virtuosismo en los instrumentos y su enfoque lírico han dejado una huella indeleble en la música, ya que Paul no solo ayudó a definir el sonido de una generación, sino que también estableció un estándar para la composición en el rock y el pop. Su legado es vigencia pura, resonando en cada acorde y letra que ha escrito, y su influencia continúa inspirando a músicos de todas las generaciones. Macca, el eterno Beatle, es un testimonio del poder de la música para unir y conmover.

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