10 de enero 2025.
Por Francisca Neira.
Fotografías por Matías Schwartz.
Anoche, en pleno corazón del barrio Bellavista en Santiago, más específicamente en la Sala Metrónomo, se presentó el dúo franco chileno Nova Materia, quienes ofrecieron el único concierto agendado en la ciudad para esta pasada por suelos nacionales.
Caroline Chaspoul y Eduardo Henríquez, los dos pilares de la propuesta, no son nuevos en el mundo musical y son recordados por ser los líderes de la mítica banda Pánico, que durante los años 90 y dos mil enarbolaron la bandera de llevar los límites del punk rock tradicional al extremo, mezclándolo con humor, ironía, performance y una infinidad de otros ingredientes. Más tarde, la banda santiaguina daría un giro que le valió la incomprensión de muchos, cuando tomaron, con la misma actitud de antes, el camino de un sonido más bien electrónico.
Nova Materia, un proyecto totalmente distinto a lo que fue en su momento Pánico, recoge algo de ese espíritu divertido e innovador para presentar no solo un show musical, sino una experiencia en la que el sonido está en el centro, pero en el que el proceso cobra especial relevancia ya que los instrumentos son más y más variados que solo sintetizadores y máquinas, incorporando además guitarras y objetos metálicos y rocosos recogidos de la calle, a los que les sacan sonidos potentes, estridentes y profundos.
Para cuando el dúo salió a escena, a eso de las once de la noche, el ambiente en la sala era de expectación, la que aumentó bastante rápido cuando se apagaron las luces y se oyeron los primeros sonidos salir por los altoparlantes. Una sensación desoladora recorrió en ese momento el lugar y dio la bienvenida a los dos músicos que rápidamente la quebraron con beats repetitivos y cargados de una especie de reverberación que hacía que todo pareciera formar parte de un trance o ritual cuyo ritmo era dirigido por una percusión intensa y constante que se potenciaba con el titilar de las luces enceguecedoras y las proyecciones de la misma actuación ralentizadas y distorsionadas que colmaban de tonos grises la pantalla de fondo en la que se cortaban, contrastantes, las figuras de los músicos, quienes entre los momentos más destacados de la noche incluyeron interpretaciones de temas de su álbum It Comes (2018), como «Prophets» y «Follow You All The Way», que colmaron el lugar de ritmos oscuros y pulsantes. No obstante, Nova Materia también presentó material nuevo, como la canción “Fictions of Myself”, que se incluirá en su próximo EP que saldrá a la luz el 7 de febrero, una muestra más de que la exploración sonora de Chaspoul y Henríquez sigue en constante evolución.
Por otra parte, entre el público se encontraba una mezcla de seguidores de la banda original de Eduardo y Caroline, curiosos por esta propuesta y fans de Nova Materia, raíces distintas para una amalgama de amantes de la música que se lo bailaron todo y que disfrutaron cada momento del concierto. Lo cierto es que esta respuesta viene estimulada por una creatividad incesante, persistencia y una suerte de transgresión al romper con el canon “bajo-batería-guitarra” del que muchos músicos temen salir y al que muchos oyentes temen dejar de escuchar. Sin embargo, anoche quedó claro que cuando lo que se ofrece es una perfomance que involucra un concepto sólido, una salida de la norma, una proyección de la pasión con la que se hacen las cosas, la recepción tiende a ser entusiasta y cálida, dejando a todos, público y artistas, conformes con lo vivido.