Por Meryth Smirnoff.
El gran poeta Neruda comienza la narración de su primer viaje a tierras rumanas diciendo: “Apenas llegué a Transilvania les pregunté por Drácula. No me entendieron. ¡Qué lástima!”. Y es porque recelosos, quizá aún defienden parte de la historia que data del siglo XV y que habla de un conde cuya grandeza consiguió a pulso de crueldad mezclada con patriotismo como fue Vlad el “Empalador”; aunque existen registros que señalan que Stoker no era realmente conocedor de la historia de Vlad Tepes. Aún si fuera ese el caso, los escritos hablan de un conde que trasciende a la novela fantástica para constituir parte de una historia tan oscura y macabra como lo pueda imaginar un guionista de ciencia ficción. El Nosferatu no es solo un carácter plasmado en unas hojas de un best Seller o en placas películas de un film mudo; Nosferatu simplemente excede la literatura.
Pudimos ver Nosferatu, una re edición dirigida por Robert Eggers quien es conocido por películas como El faro (2019), La bruja (2015) y El Hombre del norte (2022) y la cual está protagonizada por Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult y Bill Skarsgård (conocido por su interpretación de Pennywise en la adaptación moderna del libro de Stephen King, IT). Esta nueva entrega de la historia escrita por Bram Stoker fue grabada en los estudios Barrandov de Praga y algunas escenas del conde fueron filmadas en el Castillo Corvin en Transilvania. El largometraje cuenta con una duración de 2 horas con 13 minutos y cuenta la historia de la obsesión entre una joven atormentada y el aterrador vampiro enamorado de ella, el cual causa un horror indescriptible a su paso.
Para comenzar a hablar de esta impresionante adaptación a la pantalla grande, hay que considerar lo siguiente: El libro Drácula, escrito por el irlandés Bram Stoker salió por primera vez a la luz en el año 1897, aquí el personaje principal femenino tiene por nombre Mina Murray, su prometido (y posterior marido) Jonathan Harker y Nosferatu es el Conde Drácula. Para su primera adaptación al cine, el año 1922 en una versión muda denominada Nosferatu: Una Sinfonía del Horror; su director Friedrich Wilhelm Murnau tuvo que cambiar algunos hechos en la trama y nombres de los personajes por no contar con los derechos de autor por parte de Stoker. Es de este film donde se basan más claramente los personajes presentados por Eggers en Nosferatu 2025. La esposa de Stoker tras ganar una demanda por los derechos de autor, mandó a quemar las copias de dicho film.
En una nueva aparición el año 1977, el Conde Drácula revive bajo el nombre de Nosferatu: El Fantasma de la Noche; film dirigido por Werner Herzog, quien ya contaba con los derechos para crear la película, pero aun así decide cambiar algunas cosas. En este film, Mina pasa a ser Lucy (originalmente la amiga de Mina), Harker es transformado en vampiro y se mantiene la dramaturgia en el desenlace, tal como su predecesora cuando la protagonista seduce al conde para que no note el amanecer ni los cantos del gallo, quedando expuesto a los primeros rayos de sol que finalmente acaban con su vida. Esto difiere del libro original, pero es mantenido en la nueva versión de Nosferatu debido al enfoque romántico que se da a la relación del Conde con la doncella. En 1992 llega a las pantallas la versión más polémica de este interesante personaje en una película dirigida por Francis Ford Coppola, quien le da una connotación mucho más sexual al significado del vampirismo y para ello contó con un reparto que incluía a grandes estrellas como Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins y Keanu Reeves. La versión de Coppola intenta ser un homenaje al primer film y a la novela en sí, aunque en la película el Conde Drácula le es infiel a Mina, algo que no sucede en el libro. Sin embargo, es aquí cuando los vestuarios y ambientaciones se vuelven un placer visual para quienes conocen los periodos históricos en los cuales se basó el libro y hace fiel representación de la capa terciopelo del Empalador de Valaquia, incluyendo en su vestimenta la peluca kabuki. Una adaptación de lujo que cuenta con la increíble banda sonora a cargo del compositor polaco Wojciech Kilar. Este film fue ganador de 3 Premios Óscar: Maquillaje, Vestuario y Efectos sonoros.
Teniendo en claro todo lo que ha tenido que transitar en el tiempo esta historia y las distintas variaciones en relación a la narrativa de Bram Stoker, Nosferatu de Eggers enriquece a un nivel superior la estética visual de cada uno de los personajes y de las locaciones en donde la adaptación fue filmada. La apariencia desagradable del conde muestra rasgos de nobleza en sus trajes que han sido desgastados por el tiempo; mantiene los elementos básicos en los personajes como lo hizo el film de 1922, la progresión y desenlace de la historia concuerdan con las películas, más bien no con el libro, destacándose ampliamente en el arte visual por sobre todas las cosas.
Las similitudes a Drácula de Coppola saltan a la vista y, sin ser una película en donde se priorice el hambre sexual como en la del 92, por alguna extraña manera se percibe aún más erógena que la versión anterior, probablemente por el enfoque que da Eggers hacia la lascivia entre el Conde Orlok (originalmente Conde Drácula) y Ellen Hutter (originalmente Mina Harker) quien se encuentra casada con Thomas Hutter (originalmente Jonathan Harker). La banda sonora se centra en lo teatral y fantasmagórico y estuvo a cargo del compositor de cine y productor musical británico-irlandés Robin Carolan quien también fue el encargado de la orquestación en la película The Northman (El Hombre del Norte).
Nosferatu se estrenó en todos los cines hoy 2 de enero. “Entre usted libremente y por su propia voluntad”- Bram Stoker; Drácula, 1897.