Por Meryth Smirnoff.

Desde Melbourne, Victoria, Australia llega el metal progresivo extremo de Ne Obliviscaris quien se presentará por primera vez en nuestro país como parte del cartel del CL. Rock. Cuán épico su nombre que significa, traducido del latín, Forget Not (no olvides) son las letras llenas de mitología y muerte de esta interesante agrupación que se luce con el uso de cada uno de los instrumentos llenando sus composiciones de sonidos interesantes y únicos lo que los hace un imperdible de este icónico festival.

En esta ocasión, el sexteto compuesto por Tim Charles en el violín y voz, Xenoyr en los growling, Matt Klavins y Benjamin Baret en las guitarras, Martino Garattoni en el bajo y la reincorporación reciente del baterista Dan Presland vienen cargados de energía y potencia para encontrarse por primera vez con la fanaticada sudamericana. Cabe recordar que en el año 2011 Presley deja la banda para continuar con su proyecto solista llamado Black Lava con el cual lanza dos discos de Black/Death metal (2022 y 2024), y quien en cuyo momento declaró: “Luego de 6 años estoy cerrando las cortinas de NeO y moviéndome hacia nuevos y diferentes desafíos en mi vida. Estoy extremadamente agradecido de estos chicos por la paciencia que me tuvieron y el crecimiento que puede desarrollar en la banda. Extrañaré a los muchachos profundamente”. Y aunque volvió para entre los periodos 2012-2021 y grabó las baterías de Exul el 2023, fue reemplazado por el talentoso baterista Kevin Paradis para las presentaciones en vivo. Con respecto al retorno de Presland, la banda declaró “Primero que todo queremos agradecer a Kevin Paradis quién ha realizado un maravilloso trabajo los últimos 14 meses como baterista en vivo de la banda para nuestro tour Exul; estamos muy agradecidos por la contribución que ha tenido hacia la banda en este excelente Tour. Luego de tres años separados estamos muy ansiosos y emocionados por poder volver a tocar con Dan”.

Para quienes son ajenos al sonido de Ne Obliviscaris, se podría decir que además de ser una música altamente técnica y detallista combina elementos de la rama clásica gracias al uso de violines y violas que hacen que sus composiciones sean extremadamente teatrales y dramáticas, casi operísticas, además de mezclarse con las voces que hacen el juego entre lo melódico y lo sombrío que le da el growling potente creando la sensación de caer en una entropía sonora que define el límite de la perfección en cada una de las notas generadas. Nacidos el año 2003, este esta agrupación ya cuenta con cuatro discos de estudio: Portal of I (2012) con el cual arrancan su carrera y entregan todo lo que mejor saben hacer; riffs rápidos de las guitarras, percusiones potentes y un balance entre ambas voces que dejan impresionado a todo quien los escucha por primera vez.

Dos años más tarde liberan, en noviembre del 2014, Citadel, el cual es igual o mejor que el disco anterior. Este disco conceptual es capaz de atrapar a los oyentes gracias a su composición atmosférica en exquisita mixtura con la técnica del metal progresivo que bien saben realizar. Salta a la vista una curiosidad del álbum y es que tres de las seis canciones que lo componen son total y absolutamente instrumentales, lo cual crea una propuesta interesante y enigmática para quienes ya siguen su carrera y para aquellos que comienzan a descubrirlos. Debido a que este año se cumplen 10 años de este alabado disco, los integrantes de NeO anunciaron la remasterización digital del mismo, con fecha de lanzamiento 16 de agosto de 2024.

En el disco que lo continúa, Urn (2017), se logra escuchar a la perfección cada uno de los instrumentos; el bajo se luce entre cada canción sin quedarse atrás de las guitarras aceleradas que además se mezclan en algunos temas con guitarras acústicas; las voces como siempre hacen su trabajo llevando el clímax de cada track al máximo gracias a la potencia vocal de ambos artistas, además de la melódica combinación que logran gracias al uso del violín interpretado con intensa majestuosidad por Tim Charles. Este disco también combina el elemento conceptual llevándonos, gracias a sus letras, a un escenario casi apocalíptico en donde el fuego se convierte en el elemento primordial para limpiar toda la vida.

El último trabajo de estudio de los australianos es denominado Exul y fue lanzado en marzo del año pasado; aquí no sólo combinan el elemento musical preciso, matemático y bien ejecutado, sino que además se superan así mismos llevando el arte conceptual del álbum a otro nivel. El sonido enrevesado y las batallas épicas entre la guitarra y el violín crean la atmósfera perfecta para cada una de las canciones que nadan entre lo etéreo, lo sonoro, lo brutal y lo técnico. En este disco se alcanza un nivel superior a todos los trabajos anteriores, en donde se exacerba la calidad de cada uno de los integrantes de esta compleja agrupación, haciendo que el álbum no sólo sea grato de escuchar, sino que también contiene un sinfín de información que lo hacen necesario de reproducir una y otra vez. Una odisea entre lo poético, apocalíptico, melódico, potente, energético, intrincado y diverso es poco para describir lo que entregan en esta obra, por lo que este es uno de esos discos que no pueden faltar en la colección de los amantes de la música progresiva extrema.

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