Bandas invitadas: Eskröta, Demoniac, Gangrena y Lucifer.
4 de octubre 2024.
Por Daniela Diaz.
Fotografías por Francisco Aguilar A. / Spider Prod.
Este viernes 4 de octubre, nos encontramos cara a cara con la furia desatada, la sabiduría curtida y la emancipación que emerge del corazón. Napalm Death, como titanes de cartel, regresaron a Chile este 2024, en su octava venida, dejando tras de sí la estela de su última aparición en The Metal Fest (2023). Y en esta ocasión, la jornada tuvo la presencia de Lucifer, Eskröta, Demoniac y Gangrena, como encargados de iniciar el fuego perpetuo.
Eran las 5:33 pm, cuando el toque femenino en el Teatro Cariola, emergía con las brasileñas de Eskröta, una banda de thrash crossover, que lleva los decibeles más altos de lo habitual en el mítico sitio. El trío conformado por Tamy en el bajo, Ja en la guitarra y Jhon en la batería, transmitían un mensaje claro y poderoso sobre la defensa de los derechos, de las mujeres y las minorías. Con un setlist que repasó piezas de Eticamente Questionável (2018), tales como “Episiotomia” seguida de ”Mulheres” y de su reciente trabajo, Atenciosamente, Eskröta (2023), con “Cena tóxica” y “Mosh feminista”. En medio de la descarga de energía, Jhon sorprendió con un solo de batería, justamente cuando interpretaron “Filha do Satanás”, una canción inspirada en el libro «Carrie» de Stephen King, que resonó con una intensidad oscura, mostrando técnica y empoderamiento. Claramente bajo un sello de compromiso social firme, con letras que golpearon tan fuerte como su música, pese al escaso público presente en ese horario, lograron impactar la escena metalera de manera positiva.
Unos minutos más tarde, los chilenos baluartes Demoniac, salían al estrado con su maldad a flor de piel, trayendo su blackened thrash metal, pese a ciertas dificultades al inicio de su show, lograron salir adelante, mostrando una técnica implacable y agresiva en cada uno de sus riffs, blast beast, y la presencia bestial de los guturales de Javier Ortiz. Comenzaron con su primer golpe “Thrown”, donde la mezcla de velocidad, profundidad y precisión fue brutal, para luego seguir con la misteriosa “Granada” que introdujo la oscuridad necesaria. El cuarteto, con su sonido afilado y demoledor, no dejó de mantener el equilibrio entre el caos y la técnica, finalizando su show con “Equilibrio fatal” del So it goes (2021) mostrando la esencia pura de los nacionales. Entregando lo mejor de sí, con su séquito de adeptos eufóricos y agradecidos, que hemos seguido el rastro de esta banda digna de exportación.
El cuarteto de Chillán, Gangrena, hizo su entrada a las 7:21 pm, desatando una tormenta sonora con su brutal y furioso death metal salpicado de tintes grind. Con una puesta en escena sólida y macabra, la banda supo retratar en sus líricas gore sobre asesinos seriales y crímenes atroces, todo bajo una densa capa de distorsión. Su técnica musical se mostró potente, a través de la batería, que utiliza blast beats implacables, creando un ambiente de caos controlado. Con guitarras afiladas, cargadas de distorsión y secciones pesadas de la batería, dieron en el clavo con su intensidad junto a guturaciones gruesas y secas. Los sureños demostraron que se mantienen más vigentes que nunca, con su agresividad y precisión quirúrgica, dejando una huella de una experiencia visceral con dosis de groove.
Bajo un telón que anunciaba un espectáculo infernal y luces rojas iluminando el escenario, Lucifer hizo su esperada aparición para desatar una noche de puro hard rock y heavy metal. Con una carrera de diez años, esta banda alemana, liderada por la carismática Johanna Sadonis y el renombrado Nicke Anderson, nos llevaron en un paseo infernal a los gloriosos años 70. Canciones como «Crucifix», «Ghosts» y «Midnight Phantom» resonaron con fuerza, mientras Sadonis, con su melena dorada y presencia magnética, marcaba el ritmo con un pandero, y el público eufórico alzaba las manos en un ritual sin retorno. En medio del espectáculo, una bandera chilena se alzó, fusionándose con riffs vibrantes y solos de guitarra que se entrelazaban perfectamente con su voz, evocando a los grandes exponentes de antaño. Momentos culminantes llegaron con «The Dead Don’t Speak» y «Reaper on Your Heels», donde la intensidad del show alcanzó su punto más alto. En una explosión de energía, la agrupación demostró una impecable calidad de producción y sonido, confirmando que, aunque a veces infravalorada, Lucifer merece un lugar entre los grandes del género.
Hasta que finalmente, el epicentro de la tormenta sónica llegaba cuando Napalm Death, nos invitó a una catarsis colectiva, abriendo con “From enslavement to obliteration”, “Taste the poison” y “Next on the list”, cumpliendo desde el primer acorde las expectativas de un show lleno de energía, arrastrándonos a un frenesí de energía cruda, donde su música se entrelazó con la furia de la resistencia social, en una explosión de adrenalina y caos.
La jornada no estuvo exenta de una gran cantidad de personas que invadieron las puertas del recinto, creando un ambiente de rebeldía y euforia, con la presencia de anarko punks y metaleros enardecidos, que presagiaban lo que estaba por venir. En medio de un Cariola lleno, simbolizaron desde el principio la personalidad de estos representantes de Birmingham, a través de la destrucción barreras, ideológicas y musicales.
Bajo estruendosos gritos constantes, se iniciaba una cascada de stage diving y mosh abundantes y desenfrenados, que no cesaron durante todo el concierto con canciones clásicas como “SCUM”, “M.A.D.”, “Success?” y “You Suffer”. Momentos en que el enigmático y expresivo vocalista «Barney» Greenway, se comunicaba con todos nosotros, con mensajes enfatizados en su conexión con Latinoamérica, y en la importancia de la solidaridad en una región que constantemente lucha contra las injusticias, con palabras como “No banderas, sin fronteras”, bajo estruendosas y fuertes ovaciones con zapatos volando por doquier.
La legendaria banda que tiene en sus hombros más de 40 años de historia, dejaba en claro que su senda y objetivos siguen intactos, empujando los límites en la velocidad y brutalidad, envolviéndonos hasta dejarnos los oídos retumbando con la batería de Danny Herrera, en un torbellino de blast beats. Mientras que con una precisión casi sobrehumana de Shane Embury en el bajo, mantenía la velocidad, en un ambiente turbio que caracteriza al género, creando una pared de sonido distorsionado. Mientras que John Cooke, cortaba como con un cuchillo afilado a través de su guitarra, entre la maraña de almas sedientas de aspereza.
En un momento especialmente impetuoso, una bengala se encendía en medio del público, bañando el recinto en una luz roja que parecía simbolizar la furia latente, mientras Greenway, viendo la escena, en un gesto simple pero poderoso, levantaba la bandera Chilena, reafirmando el compromiso de la banda contra la homofobia, la transfobia y cualquier tipo de discriminación.
En temas de sus más reciente producciones, como “Amoral” y “Contagion” del Throes of Joy in the Jaws of Defeatism (2020) y del el EP Resentment Is Always Seismic (2022), encajaron perfectamente con los clásicos de la banda, mostrando que, a pesar de los años, siguen evolucionando sin perder su lado destructivo, donde la energía nunca decayó.
Y con un final del set a la vista, la banda intensificaba la despedida llena de caos con “Dead”, “Nazi punks Fuck Off” (cover de Dead Kennedys), “Instinct of survival” y “Contemptuous” dando la sensación de que esta experiencia no podía ser más intensa, en una explosión final de ruido y velocidad cerraban un show memorable este 2024. Dejando en el escenario una entrega total, y una vez más, dando una lección de lo que significa el metal extremo, con la adrenalina necesaria de un viernes por la noche en un manto de celebración, resistencia y rudeza.
Setlist Lucifer:
Crucifix
Ghosts
Midnight Phantom
A coffin has no silver lining
Wild hearses
Fallen angel
The dead don´t speak
At the Mortuary
Slow dance in a crypt
Bring me his head
She´s so heavy/Maculate heart
California son
Reaper on your heels
Setlist Napalm Death:
From enslavement to obliteration
Taste the poison
Next on the list
Continuing war on stupidity
Contagion
The wolf I Feed
Resentment always simmers
That curse of being in thrall
Amoral
It´s a M.A.N.S. World
Backlash just because
Fuck the factoid
Suffer the children
When all is said and done
SCUM
M.A.D.
Success?
You Suffer
Metaphorically screw you
Dead
Nazi punks Fuck Off
Instinct of survival
Contemptuous
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