Por Sebastián Allende.
El más reciente estreno en nuestros cines es la última película de una de las franquicias más rentables en la industria cinematográfica de los últimos años: Misión Imposible. Llega de la mano de Tom Cruise, quien se ha instalado no solo como productor sino también como amo y señor de estas cintas desde hace años. Así, vuelve a la carga el agente especial Ethan Hunt, protagonista y alma de la saga para dar vida a esta sexta parte de estas aventuras.
Veintidós años han trascurrido desde que, de la mano de Brian de Palma, las mentes maestras de Hollywood dieron el visto bueno para revivir esta icónica serie de televisión de los años 60 y que se transformaría en un exitazo de taquilla que, a su vez, daría pie a las aventuras de Hunt. Se trata de la historia de una especie de hermano menor de la figura de James Bond, quien logra sortear cada una de las aventuras que se le presentan.
La trama nos entregará nuevamente al agente especial Ethan Hunt, a su equipo del FMI y a algunos aliados de la CIA. Juntos, deben llevar adelante una carrera contra el reloj, luego de que una misión realizada termina mal y perdieran parte importante del botín solicitado. La operación los llevará mayoritariamente por París, donde deberán recuperar un cargamento de plutonio, para lo cual deberán recurrir a sus mejores artimañas y la tecnología necesaria para lograr dar con su objetivo y, de este modo, evitar un grave ataque terrorista global.
Esta sexta película nos entrega además conflictos personales, desconfianzas que nacen al interior del equipo, conspiraciones y a nuestro eterno héroe quien, poco a poco, comienza a dudar de sí mismo y de cómo cada uno de sus actos han afectado a su entorno más cercano, lo que no es presentado en una especie de racconto. Todas estas historias son parte de una buena trama que refresca la franquicia con un fondo político internacional actual, lo que la conecta a sus inicios (cuando el foco era los sucesos post guerra fría) y termina uniendo esta esencia con el mundo presente a través de las problemáticas del terrorismo y la amenaza latente del uso de las armas de destrucción masiva.
Bajo la dirección de Christopher McQuarrie, quien además ejerce de guionista, MI6 se convierte en una cinta repleta de acción, en donde no solo se cuenta con la espectacularidad de sus escenas de acción, sino que además estas no desvirtúan la trama de la película, logrando que el espectador mantenga la atención de principio a fin. Además, la cuota de humor también se encuentra presente a través de los eternos compañeros de Hunt, Benji Dunn (interpretado por Simon Pegg) y el coloso Luther Stickell (quien toma vida de la mano de Ving Rhames). Con un infartante Henry Cavill (y su bigote) como el rudo agente August Walker de la CIA y, además, con las participaciones de Rebecca Ferguson, Michelle Monaghan, Alec Baldwin y Angela Bassett, nos entregan un gran reparto en donde destaca por sobre todos la figura de Tom Cruise. Este actor, a sus 56 años, nos demuestra que aún posee la estirpe necesaria para ser un gran héroe de acción y que es posible seguir dando rodaje a esta saga que, gracias a esta notable sexta parte, nos deja en claro que se encuentra más viva y vigente que nunca. Acción, acción y más acción es la receta presente de esta película que llegará hoy a nuestras salas para refrescar la temporada de vacaciones de invierno, en lo que de seguro se transformará en una de las cintas más vistas del año.