Mike Patton y su Mondo Cane en Teatro Coliseo: El susurro de un perro
10 de septiembre 2018.

Por Pamela Cabello.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

El teatro Coliseo se ha convertido en una de las plazas con mayor convocatoria en nuestra capital, alojando a una gran cantidad y diversidad de bandas connotadas provenientes de todo el mundo. La de este 10 de Septiembre, de hecho, fue una noche especial, el cierre de una triada de conciertos que trajeron a nuestro país a uno de los músicos con más conexión con el pueblo Chileno: indudablemente hablamos de él, el señor Mike Patton, quién en esta ocasión vino a deleitarnos en modo Mondo Cane.

Y como si fuera poco, para tremendo espectáculo hubo un aperitivo ad hoc que abrió nuestros apetitos de buena música: el invitado a cargo de esta primera parte de la jornada fue el señor Alain Johannes. A las 21:00 horas en punto aparece en el escenario un solitario hombre acompañado solo de su guitarra con la que, por cierto, logra la mejor conexión. La gravedad y potencia de su voz hacen recordar la crudeza y melancolía del grunge con la que esta noche se hace presente la memoria de Eleven, banda que compartió con su difunta esposa en los año noventa, recuerdo que se plasma esta noche a través de variados temas de su repertorio. Sonidos que nos transportan al Medio Oriente, son perfectamente fusionados con la potencia de la voz de Johannes y con la maestría en su guitarra, logrando así, encender los motores para lo que se viene.

Aproximadamente a las 22:00 horas invaden el escenario una serie de músicos que provocan entre los asistentes aún más ansiedad frente al momento que se nos avecina. De un instante a otro el protagonista de la noche pisa el escenario, creando una completa ovación en el público: el señor Patton está de vuelta en su casa.

El show de Mondo Cane, crea una sensación bastante especial, una atmósfera que evoca una clásica película italiana y que colma nuestros sentidos de diferentes emociones, haciéndonos sentir sobre una montaña rusa que pasa vertiginosamente de la adrenalina a la tranquilidad. De pronto, la grata melodía de “Il cielo in una stanza” comienza a invadir nuestros corazones en lo que sería uno de los instantes más altos de esta bella noche.

Particularmente, Patton presenta una versatilidad única capaz de convertirse en el personaje que se le antoje, no solamente a través de su voz, sino también a través de su puesta en escena, completando un espectáculo lleno de detalles que cautivan a cada uno de los asistentes. Este verdadero camaleón es dueño de una calidad artística que pocos tienen aunque muchos pretenden y de ser un “perro ladrando” en Faith no More, puede pasar a convertirse en un verdadero caballero italiano capaz de susurrar al oído de cada uno de los presentes, interpretando letras y acordes que sonaron hace muchos años atrás. Así cautiva y encanta, envolviéndonos de melancolía y admiración hacia su trabajo.

Puntos altos de su show son la interpretación de «Ore d’amore», «Deep Down» y el tributo a Violeta Parra con «Qué he sacado con quererte», una muestra más de la cercanía del artista oriundo de la tierra de Trump con nuestro país. La conexión con su público es total, una sola mirada basta para hacer que los aplausos broten de manera espontánea sellando esa complicidad que solo algunos músicos logran tener con la fanaticada local.

No puedo dejar de mencionar el altísimo nivel de los músicos presentes en el escenario: doce violinistas de la sinfónica de la Universidad de Santiago, tres coristas dueñas de unas voces simplemente envidiables y una serie de seres humanos capaces de conectarse entre ellos para dar lo mejor de sí en el convocado espectáculo.

Pese a que ya han sido varias las ocasiones en que hemos presenciado los shows de Mike Patton, cada vez resulta una nueva aventura, logrando sorprendernos a partir de su inconfundible voz y calidad artística, haciendo que cada oportunidad de verlo resulte como si fuera la primera vez.

Setlist:
Il cielo in una stanza
Che notte!
Ore d’amore
20 km. al giorno
Quello che conta
L’urlo negro
Legata a un granello di sabbia
Deep Down
Pinne, fucile ed occhiali
Scalinatella
L’uomo che non sapeva amare
Ma l’amore no
Canzone
Ti offro da bere
Storia d’amore
Lontano, lontano
O Venezia, Venaga, Venusia
Yeeeeeeh!
Senza fine
Dio, come ti amo

Encore:
Qué he sacado con quererte
Una sigaretta
Sole malato

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