Mehdi Nassouli en Womad 2017: Folclore marroquí
Bar El Clan, 17 de febrero 2017.
Por Juan Pablo Droguett.
Fotografías por Gabriela Gauna.
Gran parte de los artistas que componen la cartelera del festival World of Music, Arts & Dance, mundialmente conocido también como WOMAD, han decidido aprovechar su paso por Santiago y cambiar un poco la propuesta musical de la escena capitalina aportando visiones artísticas que confluyen de partes tan diversas del mundo como lo puede ser Corea del Sur o Marruecos. Dentro de este grupo variopinto encontramos a Medhi Nassouli, joven músico marroquí que se ha transformado en la vanguardia musical de su país gracias a la mezcla de ritmos e instrumentos de Occidente y Oriente.
Un poco después de la media noche un extraño sonido de campanas se apropiaba del Bar El Clan. Algo incrédulo miré hacia atrás, mientras poco a poco la música que, hasta ese momento había dado ambiente a la velada, se difuminaba entre los brillantes sonidos de las Qarkabas que avanzaban lentamente acompañados por una pegajosa línea de Gambri, instrumento usado habitualmente en el folclore marroquí que podemos asimilar a un bajo sin trastes, seguía sonando y se hacía cada vez más familiar, como si de un momento a otro supieras perfectamente cada movimiento de esa melodía, tan breve como intrigante. Así fue como desde las entrañas del público que lo esperaba ansiosamente aparece Mehdi Nassouli y su banda cautivando inmediatamente a los asistentes quienes desde ese momento se entregaron por completo a la fiesta multicultural que nos venía a proponer el intérprete marroquí.
Tan importantes como pueden ser el conocimiento musical y la habilidad en un instrumento es el desplante sobre el escenario. Es vital para todo músico eliminar las distracciones y lograr la atención del público, trabajo que podríamos pensar se complicaría dado las evidentes diferencias entre nuestros idiomas. Pero pese a esta supuesta barrera y sin pensarlo por demasiado tiempo, el músico oriundo de Taroudant comenzó una entretenida melodía de canto y respuesta que dejó a todos los asistentes exhaustos de tanto saltar e intentar dar con el pulso de la canción generando el momento perfecto para la fusión entre ritmos y melodías que se unían antojadizamente en una manifestación cultural única expresada a través de la música.
Mientras seguía avanzando la noche se hacían más evidentes los lugares comunes en los que se desarrolla la propuesta de Mehdi Nassouli, la íntima vinculación entre rítmicas y melodías provenientes del folclore marroquí con la elección ya clásica de instrumento como el bajo o la guitarra, se entrelazaba con el sonido tan particular del Gambri o un Oud eléctrico que casi sin esfuerzo, lograron generar un ambiente de encuentro entre culturas de Oriente y Occidente, atravesando las barreras que propone el paso del tiempo, dando paso a una experiencia musical refrescante que sin dudas deja con ganas de sumergirse en la cultura artística proveniente del generoso continente africano. Fue el propio Mehdi quien reconoció la herencia afrodescendiente de su música, catalogándola como “Black Music from Morocco” algo así como música de la parte negra de Marruecos llena de ritmos contagiosos que parecen más lejanos de lo que realmente son.
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