30 de Abril 2023.
Por Rocío Belen.
Fotografías por Javier Martínez.
Se inaugura la sexta edición de uno de los festivales que convoca a los artistas más importantes para la historia del rock, trayendo a nuestro país a legendarios exponentes como lo son Skid Row, Helloween, Deep Purple, Scorpions y la banda más candente del mundo: Kiss.
La esperada jornada de la era dorada no sólo trajo de vuelta incontables momentos de emoción y nostalgia, si no que además nos recuerda que muchos de los artistas con los que crecimos están listos para decir adiós. Hoy por hoy nos vemos más que nunca inmersos en la bella e inquietante realidad de vivir cada momento como si fuese el último, desplazando recuerdos que abrazan décadas de historia musical que han acompañado generaciones completas, convirtiendo la pasión en un estilo de vida que ha dejado huellas permanentes en el inconsciente colectivo de todos aquellos que amamos el rock desde que tenemos memoria.
Hasta tres cadenas de eslabones familiares pudieron apreciar lo que podría ser el último show en nuestro país de grandes leyendas vivientes. Hijos, padres y abuelos se unieron para despedir más de 5 décadas de historia musical en una fría jornada en el Estadio Santa Laura, la cual por poco peligró producto de un sistema frontal que amenazaba con estropear la fecha tras un promedio de 10mm x m2, sin embargo y afortunadamente, a eso de las 11 de la mañana cesaron las precipitaciones permitiendo el impoluto desarrollo de la velada.
Con un público ya ansioso por comenzar a rockear, se sube a escena la primera banda encargada de despertar al monstruo del recinto capitalino a eso de las 13:15 horas, siendo Cleaver la agrupación nacional que abriría fuegos en esta extensa jornada de rock puro y duro. El cuarteto inaugura un FOH que estaba con el motor aún congelado, pero aceitándose a medida que iban avanzando las canciones, siendo “Go Away” y “World” las carne de cañón. Con gran desplante, la banda continúa con “The Anger” ya más confiados y apoderándose minuto a minuto cada vez más del escenario. Con la power ballad “Gone” continúa la sección promocional de su último disco The World is Gone lanzado en 2021 y anteriormente promocionado en una gira norteamericana en el año 2019, pisando importantes venues como el clásico Whisky a Go Go o el Rainbow Bar & Grill. Volviendo a subir las revoluciones e interpretan “Respirar” que fue la única canción en español del set (pero no por ello menos importante). “The Vision” y “Hear the Silence” componen un pesado cierre que posiciona a los nacionales como una de las bandas merecedoras de la apertura del Masters of Rock 2023.
La siguiente banda en subir a escena nos traslada desde la vibra noventera de sus antecesores, hacia mediados de los 70s con un revival psicodélico muy acertado considerando la presencia de uno de sus mayores referentes en el festival. Si bien QueenMilk nos puede recordar aquella comparación que se hizo hace años entre Greta Van Fleet con Led Zeppelin, no podríamos decir lo mismo de los nacionales con Deep Purple, pues es claro que poseen una identidad más extrovertida, arriesgada y moderna, sin desmerecer en absoluto la exorbitante carrera de las leyendas vivas del rock clásico.
El sexteto comienza lamentablemente con una falencia sonora, donde ninguno de los dos micrófonos se escuchaban hacia el público, siendo corregido rápidamente a mediados del primer tema “Golden Silver” donde casualmente el sonido se reguló justo al compás de un potente grito de Paulo Domic, desatando ovaciones inmediatas y conquistando al público por completo. Les toma sólo unos compases cimentarse, llamando la atención pues a simple vista nadie pensaría que la banda nació como agrupación en pleno siglo XXI y no a hace 50 años debido a su extravagante pero acertado vestuario. Continuando con “Wounded Mind” siguen las progresiones clásicas, pasando a “The World is Yours”, demostrando que el setlist fue preparado cuidadosamente para una presentación en vivo más allá de interpretar las canciones tal como suenan en estudio. Con la corista Marcela Villarroel al frente y al centro deslumbrando la potencia de sus cuerdas vocales, pasan posteriormente a “Hold the Fire”, uno de sus próximos singles a publicar. Aquí se destaca el juego de doble percusión y las armonías vocales, cerrando con las clásicas progresiones que caracterizan al rock que buscan revivir los compatriotas, dejando la vara altísima para la escena nacional. Sonando “Sweet Love” con un sweet groovie, finalmente concluyen con gran poder y presencia escénica interpretando “Nowhere”, primer single oficial lanzado hace más de 6 años, cerrando así con “Smash” a lo grande, de manera explosiva y ensordecedora tal como lo hacen los gigantes. Una conquista total en el público, coincidiendo unánimemente en el gran potencial que podría tener QueenMilk para llegar a las grandes ligas.
Ya pasando a la parrilla internacional ahora es el turno de los norteamericanos Skid Row, quienes encienden las alarmas poco antes de las 15 horas y salen corriendo a toda velocidad para comenzar con “Slave to the Grind” dando la vida a tope. Con toda la vibra ochentera continúan dando cara con “The Threat” mientras aún se siente un poco de frío. Tras un breve saludo interpretan “Big Guns” entre aplausos y tímidos saltos, pasando a el primero de muchos clásicos que cantaremos a todo pulmón dentro de la jornada: “18 and Life” fue una de las más esperadas por los fans de uno de los íconos del Sleaze Rock. Para seguir calentando motores suena “Riot Act” y “Piece of Me” en manos de la que probablemente sea la banda internacional menos esperada, pero con seguridad de las mejores en cuanto a energía. Quienes visten el escenario en blanco, azul y rojo juntan sus cuerdas al centro y al compás de “Livin’ on a Chain Gang”, haciendo un entretenido juego entre la Gibson de Scotti Hill, el Warwick de Rachel Bolan y la envejecida ESP de Dave Sabo. Con “Time Bomb” el frontman Erik Grönwall se muestra decepcionado pues esperaba más euforia del público chileno. Poco le duró hasta que sacaron las acústicas a escena para interpretar el himno “I Remember You”, que iba excelente hasta el primer coro donde repentinamente se cortó el sonido del estadio, dejando un coro acapella que terminaría por desvanecerse. Empiezan nuevamente y ahora sí que todos cantan a fuego alto un gran clásico de la década dorada del rock. Con “Monkey Business” se calentaron los esqueletos y con una participación más activa el público comparte los coros con la banda siguen con “The Gang’s All Here” de su última placa publicada en 2022, finalizando con “Youth, Gone and Wild” poniéndole el broche a la presentación.
Se sube el telón y las calabazas comienzan a preparar el setup que los mantendrá arriba por cerca de una hora, deslumbrando finalmente a las 16:25 con el halloweenezco bombazo de «Dr. Stein» de los alemanes, dejando caer el telón para ver entre leves rayitos de sol una calabazota que cubre la plataforma de la batería al centro del escenario. Las fuerzas unidas interpretan «Eagle Fly Free» dejando explotar cintas de confeti blanco que como cortina espartana inundan la general del estadio. Como siempre los alemanes no decepcionan cuando de versionar sus canciones en vivo se trata, dándole un toque especial a las interpretaciones. Andi Deris siempre ha sido un frontman carismático, mencionando que debería comprarse una casita aquí tras haber tocado hace 6 meses en nuestro país. Con total poder suena “We Got The Power”, y quisiéramos destacar lo interesante que es como parte de la coreografía de la banda consiste en agruparse en distintos puntos del escenario dependiendo de la sección de la canción, abarcando cada rincón de él. Coincidentemente en “Ride the Sky” se despeja el cielo, dejando brillar a quien inició esta locura en 1984: Kai Hansen, el que canta como si 4 décadas no hubiesen pasado sobre él. Otra de las baladas icónicas fue “Forever and One” cantada a dúo en compañía del público, seguida del hitazo “If I Could Fly” que deja sin aire a la audiencia. La dupla de “Best Time” y “Future World” tuvo espacios donde cada músico tuvo su momento de brillar. Para concluir, tras un solo de batería de Daniel «Dani» Löble, comienza la imponente introducción de “I Want Out” donde salen las calabazas flotantes ya características del cierre de Helloween que rebotan en la extensión total del Santa Laura. Entre bromas y sonrisas dejan el escenario con un caluroso aplauso, demostrando una gran evolución en torno a lo que han sido las ediciones anteriores de Pumpkins United donde el fiato ha ascendido con creces entre los integrantes.
De Deep Purple hay tanto que decir que es difícil condensar todo en tan pocas palabras, pues pasadas las 18 horas se apagan las luces para dar pie a las leyendas caminantes del rock clásico más puro y duro que está aún vigente dentro de la industria. “Highway Star” fue el plato de entrada dejando entrever que son claramente una de las bandas más esperadas de la velada. Con una formación sólida que toca junta por más de 50 años, nadie creería el nivel de estos caballeros. “Pictures of Home”, “No Need No Shout” e “Into the Fire” siguieron marcando la pauta de una presentación pulcra y sorprendentemente virtuosa, impactando como si nunca hubiesen pisado territorio nacional (y recordando también el trágico debut de los ingleses en 1997 en el mismo sitio). Un solo de guitarra apasionado de Simon McBride rebalsa en extrema emoción en un imponente muro de ENGL para dar pie a “Uncommon Man” dedicada a Jon Lord, fundador de la banda, desclasificando también las notas prohibidas más psicodélicas. Para continuar con el espectáculo, Guillan viste de armónica para musicalizar “Lazy”, seguida de la mano con “When a Blind Man Cries” y su osado y extendido final. “Anya” siempre ha sido de las más divertidas por sus tintes power metaleros que te mueven la patita. Como si hasta este punto el virtuosismo no hubiese sido suficiente, el solo de piano de Don Airey tuvo potentes altibajos que incluyeron melodías de “Mr. Crowley”, “Gracias a la Vida” y también el Himno Nacional. Una sutil presentación para “Perfect Strangers” que no dejó respiro antes de “Space Truckin’” para cerrar finalmente con “Smoke on the Water”. El encore fue breve dejando el espacio ideal para la versión extendida de “Hush” que tuvo una aguerrida batalla de solos de guitarras y teclado. Para concluir, Roger Glover deslumbra con su solo de bajo pauteando batuta hacia la ovacionada “Black Knight”, cerrando una presentación con impecable ejecución y una solidez progresiva e inmortal, con una capacidad sorprendente para jugar con las sonoridades y quienes fueron también los protagonistas de un monstruoso atardecer en independencia.
El segundo plato alemán fue Scorpions, quienes sorprenden con gran setup de luces e indumentaria escénica tras abrir el telón pasadas las 20 con 20. Abren con “Gas in the Tank” para continuar con “Make it real” mientras proyectan una bandera chilena al inicio del tema, dando pie al primer bailoteo de la banda. “The Zoo” llevó el strip dance a la cancha entre luces rojas mientras Matthias Jabs hace melodías en su talk box. La mecánica del rock se hace presente entre llamas y motores en una flamante performance, llevando el cuarteto de cuerdas a su máximo tono en “Coast to Coast”, dejando la energía a una vibra misteriosa junto a “Seventh Sun”. Tras un caluroso agradecimiento suena “Peacemaker” como una batalla constante entre el bien y el mal, mezclando intensas sonoridades con armonías oscilantes. Volviendo a los 80’s interpretaron “Bad Boys Running Wild” justificando el look biker que viste la banda, para luego preparar los pasos prohibidos en “Get Ready to Dance” junto a un brutal solo de guitarra. Con un Klaus Meine vistiendo una chaquetilla gris denim, presentan “Send me an Angel” que decantó un par de lágrimas entre los más sensibles mientras que el público hacía presencia con un disonante pero apasionado canto. Sólo un silbido basta para saber que el himno que sigue es nada más y nada menos que “Wind of Change” el cual fue dedicado a todas las víctimas en relación al conflicto Ukraniano, el cual también afecta directamente al país europeo de donde provienen. Se muestran distintos muros los cuales finalmente son rotos por palomas blancas representando la paz, detonando en un emotivo momento entre amarillos y azules. Rock and Roll al hueso para darle a “Tease Me Please Me” y “Rock Believer” que proyecta un mural de marshalls, guitarras y la clásica mano haciendo el símbolo de los cuernos al centro, cerrando con un doble bombo chispeante que retumbó desde las entrañas hasta rincón de la capital, extendiéndose en un solo baterístico de casi 10 minutos. El Jackpot explota en escorpiones y el escenario se viste de Las Vegas para inmolarse entre “New Vision” y “Blackout”, cerrando la fiesta con “Big City Nights”. Tras el encore, suenan los dos himnos millonarios coreados a fondo y sin freno. La histórica “I Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane” cerraron la penúltima presentación entre saltos y fríos aplausos que ya empiezan a sentir la bajada de temperatura y las fuertes brisas de cambio en un escenario plagado de luces y un show que no dio pie al descanso visual en ningún momento, sorprendiendo gratamente a quienes no lo esperaban.
Acercándonos ya a las 11 de la noche viene lo que consideramos la muestra más potente de Rock que ha pisado nuestras tierras, con una puesta en escena simplemente de otro planeta. Suena “Rock n Roll” de Led Zeppelin y la multitud se prepara para la banda más caliente del mundo. Con las clásicas plataformas bajan entre estallidos el trío de oro mientras suenan las baterías a todo cañón, explotando intensamente entre bombas de humo y eléctricas vocales de Paul Stanley con “Detroit Rock City”, añadiendo algunos lanzallamas quema pestañas que acompañarán en reiteradas ocasiones la presentación. Se dispara en lo alto “Shout It Out Loud” que viene con otra bomba de serpientes metálicas y también los primeros lásers de la noche. Recordando que esta fue la octava vez que se presentan en Chile, Paul Stanley comete el inocente error de decir “San Diego” en vez de “Santiago” destapando risas y abucheos, pero claro que se lo tomó con humor y repitió el nombre de la ciudad hasta dejar al público contento. Menciona que esta es la última noche del tour y dice “comprendo tus sentimientos y mi corazón es tuyo” en un tierno español agringado. Da la señal y comienza “Deuce” junto a una de las coreografías favoritas y más esperadas siempre. “War Machine” suena como un disparo a la cabeza en manos de Gene Simmons, desatando el infierno constante acalorando a todo el sector frontal de la preferencial. Se tiñe de rojo el cielo y suena “Heaven’s on Fire”, lejos una de las favoritas y más coreadas de los newyorkinos. Con Gene nuevamente al frente suena “I Love it Loud” encendiendo las almas desde la espada en llamas cual tragafuegos. La dupla de “Say Yeah” y “Cold Gin” sigue motivando mientras en visuales podemos apreciar que conocen tan bien su setup que saben hasta donde mirar a la cámara y en qué momento Kiss es de esas bandas que no tuvo época dorada porque toda su carrera vale oro.
Santiago ha sido siempre especial, dice, y como buen clásico, presentan entre coquetos lásers “Lick it Up”, que no desentona si hablamos de juegos de luces y armonías vocales acompañadas en todo momento por el público. “Make it Rock” es un gustito para los fans que no habíamos tenido la oportunidad de ver en la última gira, obviando los últimos dos shows en Movistar Arena o también el festival mexicano Hell and Heaven donde interpretaron el mismo setlist que la vez pasada en Chile. Llega el momento de llamar al Dr. Genne Simmons, el “Dr. Love” donde a punta de solos se enfrentan en combate los guitarristas Stanley y Tommy Thayer, jugando entre uno y otro a ver quien tiene la peluca más larga. Se dispara fuego por doquier y se viste la cancha de circo con “Psycho Circus” donde Eric Singer destella con su solo de batería mientras la plataforma se eleva en lo alto, haciendo partícipe al público entre breves interacciones. Le sigue en corriente el solo de bajo Simmons para continuar entre retumbes con “God Of Thunder” donde explota en sangre como la bestia que siempre lo ha caracterizado. Se eleva por los cielos y se ejecuta como protagonista de la fiesta. “Lovegun” siempre ha sido de las favoritas no sólo por lo catchy del coro y lo memorable que es su letra, si no que también es la icónica sección donde Paul Stanley sube en su tirolesa para emprender rumbo hacia el centro del venue, dividiendo el escenario en dos, junto con una plataforma que cuenta con dos micrófonos permitiéndole acercarse a su público desde ambos lados del FOH. El starman permanece ahí hasta una buena parte de “I Was Made For Loving You” para finalmente volver entre coros de un hit histórico al escenario finalizando el último coro junto a sus compañeros y un mar de gente extasiada. La bola disco protagoniza “Black Diamond” y se cierra el capítulo con un Eric Singer nuevamente en lo alto.
Después de una racha de hits, un par de minutos trascienden para entrar en el último shot de la noche, siendo Eric quien da puntapié con “Beth” entre luces verdes y sólo un piano de cola que acompaña su ya desgastada pero muy característica voz, siendo siempre uno de los momentos más bonitos de los shows. Retornando al setup, hace presencia el hax bass de Gene y un océano de globos blancos que acompañan el juego de “Do You Love Me”, dejando entrever que cosas tan pequeñas pueden hacer a la gente tan, tan feliz. Y finalmente, el momento de rockear toda la noche. “Rock n Roll All Nite” cierra el mayor espectáculo de la jornada, tirando toda la carne a la parrilla. Fuego, luces, lásers, humo, plataformas ascendentes, más serpentinas de colores y mucho, mucho, pero mucho confeti dan por concluida la presentación de Kiss en nuestro país para abandonar con nostalgia el Estadio al son de “God Gave Rock and Roll To You” por última vez.
Nunca es fácil salir de un concierto cuando acabas de presenciar algo que sabes no olvidarás jamás, pero es desgarrador saber que muchos de los artistas que vimos en esta edición de Masters of Rock están próximos a retirarse (de la música, o de la vida). Son realidades que a veces hay que enfrentar y son difíciles de superar, pues como quisiéramos que vivieran para siempre, que pudiesen permanecer eternos más allá de su legado musical. Ahora es nuestro turno mantenerlos como íconos, mantenerlos vivos como lo que realmente son: leyendas dignas de respeto, admiración y reconocimiento hasta el fin de los tiempos. Masters of Rock nos trajo a las estrellas, ahora es nuestro turno hacer que brillen por siempre en el cielo.
Setlist Cleaver:
Go away
World
The anger
Gone
Respirar
The vision
Hear the silence
Setlist QueenMilk:
Golden Silver
Wounded Mind
The World is Yours
Hold the Fire
Sweet Love
Nowhere
Smash
Setlist Skid Row:
Slave to the Grind
The Threat
Big Guns
18 and Life
Riot Act
Piece of Me
Livin’ on a Chain Gang
Time Bomb
I Remember You
Monkey Business
The Gang’s All Here
Youth, Gone and Wild
Setlist Helloween:
Dr. Stein
Eagle Fly Free
We Got The Power
Ride The Sky
Forever and One
If I Could Fly
Best Time
Future World
I Want Out
Setlist Deep Purple:
Highway Star
Pictures of Home
No Need No Shout
Into the Fire
Uncommon Man
Lazy
When a Blind Man Cries
Anya
Perfect Strangers
Space Truckin’
Smoke on the Water
Hush
Black Knight
Setlist Scorpions:
Gas in the Tank
Make it Real
The Zoo
Coast to Coast
Seventh Sun
Peacemaker
Bad Boyw Running Wild
Get Ready to Dance
Send Me an Angel
Wind of Change
Tease Me Please Me
Rock Believer
New Vision
Blackout
Big City Nights
I Still Loving You
Rock You Like a Hurricane
Setlist Kiss:
(Intro) Rock n Roll – Led Zeppelin
Detroit Rock City
Shout It Out Loud
Deuce
War Machine
Heaven’s On Fire
I Love it Loud
Say Yeah
Cold Gin
Lick It Up
Make It Rock
Dr. Love
Psycho Circus
God of Thunder
Lovegun
I Was Made For Loving You
Black Diamond
Beth
Do You Love Me
Rock n’ Roll All Nite
(Outro) God Gave Rock n Roll To You
>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<