Manuel García en Parque Estéreo: La claridad de un reencuentro
14 de Noviembre 2021.
Por Constanza Paredes.
Fotografías por Germán Orellana.
Con un atardecer fresco por el aire primaveral, un entorno con más verde de lo esperado en esta ciudad tan llena de edificios y que probablemente otras latitudes de la ciudad envidiarían un poco, aparece Manuel García presentándose en el contexto de su gira “Compañera de este viaje”, nombre homónimo de su último disco y que trajo al escenario nuevas canciones llenas de la misma mística de su pulso musical anterior, y que tal como él dijo, es necesario que el público les dé un empujón para que nazcan tal como las más queridas, es necesario darles una oportunidad. Y el contexto, el espacio, el ambiente, todo era propicio para que ello pasara y se cumpliera.
“Tanto creo en ti” fue la primera tonada, una canción que se abrió paso en medio de los que fueron ingresando algo tarde, de las parejas que se acurrucaron para capear el viento fresco, y de todos quienes estaban inquietos, calmándolos y llevándolos a esos lugares donde la voz suave y particular de Manuel ayudan a sentir una paz particular, por sus letras, melodías o tan solo por la buena vibra que trasmite desde que se conecta con el público, sin necesidad de saludar de inmediato, sin necesidad de establecer conversación, sin una banda, solo con su guitarra y voz. Una escena perfecta de domingo.
Las primeras palabras del cantautor nacional estuvieron llenas de amor y cercanía, como si la distancia del escenario con los asistentes no existiera, poniendo énfasis en lo bonito que se veía el público con la luz de la tarde, sobre todo por poder mirar a los ojos. Bromeó con los colores que lograba identificar desde el escenario, destacando por sobre todos el “rojo”, sacando aplausos y risas del público. Por su estadía en otras latitudes, como Madrid, este retorno a los escenarios para él era especial e importante, ya que no lleva mucho tiempo de regreso en el terruño, como él dijo, le ha costado la adaptación del retorno, los horarios y aquella comida que tanto extrañó, además del contexto sociopolítico que rodea la atmósfera nacional, y que por lo mismo este reencuentro le hacía volver con mucho más amor y más fe, sobre todo por poder estar presentes en vivo después de un contexto tan difícil como el que ha vivido todo el mundo producto de la pandemia. La canción que siguió a su saludo tenía que ver justamente con lo último, aquellos que lograron sobrevivir y llegar al hoy después de la pandemia que arrasó no solo con lo económico, sino con la esperanza y la fe, aquella que él recupera a través de la letra de esta canción: “Lo haces bien”.
En medio del show presentó a una invitada muy especial, “la guitarra del tiempo”, una guitarra en honor a los 135 años de luthería de la José Ramírez, quien nos deleitó con su sonido y la destreza de Manuel en “Tu ventana”, reluciendo de manera perfecta lo clásico y lo nuevo de ayer y hoy, como si esa canción hubiera llegado en el instante a la creación, y como si esa guitarra tuviera en sus cuerdas la historia de sus hermanas anteriores tocadas por esta misma canción. Canciones para seguir cantando y bailando incluso (por lo menos él) siguieron adelante, con “Acuario” terminó llegando literalmente hasta abajo al terminar con rasgueos fuertes y movedizos, cuando finalizó la canción dijo “Nunca sé cómo ser como Álvaro López para hacer esas agachadas que hace, pero le hago empeño”, un comentario que llevó a la risa a varios, porque por empeño no se quedó.
El concierto dio una sorpresa a María Ángel Andrade, quien llamó a radio concierto pidiendo la canción “La tinta de tus lágrimas”, una canción que el cantante dijo le dolía un poco, pero que iba a hacer el intento por ella. Un momento envidiado por todos los asistentes y que hizo cantar de pie a María, quien tenía una conexión especial al parecer con la letra de la canción.
Y así, llena de conexiones místicas en un reencuentro con el público santiaguino, la noche siguió avanzando, aparecieron clásicos como “Las Meninas” y de las nuevas como “Pepitas”; con cada una algo nuevo iba quedando en el ambiente y se abrazaba con las voces, los aplausos, las sonrisas lo clásico y duradero a estas alturas de la vida y de la memoria. En el escenario lo acompañaron en algunas canciones Cristián Inostroza con la armónica y Ximena Herrera, complementando la puesta en escena y destacando lo minimalista de su presentación, poniendo un énfasis en lo realmente importante: las voces y los instrumentos.
Al finalizar el broche de oro fue un pequeño homenaje al recién fallecido Patricio Manns con “Arriba en la cordillera” en compañía de sus invitados. La noche estuvo llena de emociones, miradas, un reencuentro lleno de luz y claridad en la miradas compartidas, haciendo sentir a los asistentes como si se conocieran de toda una vida, lo que provocó un hilo conductor perfecto y redondo, sin dejar nada fuera, nos musicalizó la despedida con un cover a “Óleo de una mujer con sombrero” de Silvio Rodríguez, dejando a los espectadores caminando con una sonrisa y felices del reencuentro con Manuel García.
Setlist:
Tanto creo en ti
Acuario
Las meninas
La tinta de tus lágrimas
Camino a casa
La gran capital
Los colores
Canción del desvelado
Profesora y profesor
Pepitas
Venga la vida
Mujeres (Silvio Rodríguez)
La nueva canción de la trova
Te quiero
El reproche
Si no hablamos
Medusas
La danza de las libélulas
Encore
Piedra negra
Arriba en la cordillera (Patricio Manns)
El viejo comunista
Óleo de una mujer con sombrero de Silvio
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