18 de julio 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Tamara Urrutia.

El pasado jueves 18 de julio, el majestuoso Teatro Municipal de Santiago fue el escenario de un evento inolvidable: el concierto de la icónica banda chilena Lucybell, como parte de su gira «Sesión 3000». El lugar que cobijó este concierto es un sitio lleno de historia, siendo un emblema de la elegancia y el esplendor arquitectónico en Chile, y que ha sido testigo de innumerables presentaciones históricas. La belleza y la acústica del lugar fueron una fuente de inspiración para el trío, quienes se esmeraron en ofrecer una presentación notable, dedicada especialmente a sus fans.

Desde el momento en que Lucybell subió al escenario, quedó claro que la noche sería especial. Con un setlist que abarcó lo mejor de todas sus épocas, la banda ofreció un viaje musical a través de sus grandes éxitos, acompañados por invitados especiales que elevaron aún más la experiencia. Un pequeño cuarteto de cuerdas, vientos y coristas, por nombrar a algunos de quienes acompañaron a la banda, engrandecieron cada canción y aportaron una riqueza sonora que potenció el show.

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La conexión entre Claudio Valenzuela (voz y guitarras), Cote Foncea (batería) y Eduardo Caces (bajo) y el público fue palpable. Los asistentes corearon cada canción con pasión, incluso las cuatro nuevas canciones que se presentaron en exclusiva para este concierto. Este evento fue grabado como parte de un innovador proyecto en el que la banda está trabajando, prometiendo más sorpresas para sus seguidores.

El concierto comenzó con el debut en vivo de «Instinto», una canción que inmediatamente capturó la atención del público con su energía renovada y su exploración de la fuerza interior y la intuición. Esta apertura fue seguida por «Eclipse», del álbum Lúmina (1999), una pieza profunda y melódica que resonó con claridad gracias a la magnífica acústica del teatro. La noche continuó con «Dame calma» de Amanece (2000), un tema relajado que busca la paz interior.

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«Arrepentimiento», del álbum Comiendo Fuego (2006), trajo una reflexión intensa sobre la redención, mientras que «Eternidad», otro clásico de Lúmina (1999), ofreció una meditación sobre el amor y la inmortalidad que fue coreada por todos los presentes. «De sudor y ternura» de Peces (1995) recordó a todos la combinación única de poesía y rock que caracteriza a Lucybell. La interpretación de «Mi propia cruz» fue intensa y catártica, seguida por «Tropezar al andar», un tema contagioso que resonó profundamente con el público. «Tú» de Sesión Futura (2010) fue una oda al amor y la conexión humana, mientras que el debut en vivo de «Pez sin auxilio» ofreció una exploración lírica y musical fresca.

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«De este amor no sabrás huir» fue otro debut en vivo que capturó la atención del público con su letra sobre un amor inescapable, mientras que «Ten paz» ofreció un momento de calma necesario en medio de la intensidad del concierto. «Huracán» de Comiendo Fuego (2006) electrizó a la audiencia con su energía desbordante. Una de las sorpresas fue la interpretación de «Sólo crees por primera vez», canción que no pertenece a ningún disco y que fue la canción principal de una teleserie a principios de este siglo, por lo que las y los fans la vitorearon a más no poder.

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«Sembrando en el mar» ofreció una experiencia introspectiva, y «Luces no bélicas» cerraron la primera parte del concierto con una nota de esperanza y reconciliación. La inclusión de vientos en esta última le dio la potencia que le caracteriza. En el primer encore, Lucybell regresó con «Flotar es caer» explorando la dualidad del éxito y la caída, seguida por el debut en vivo de «Tu espíritu», una mirada profunda a la espiritualidad y la conexión interior. «A perderse» fue hipnótica, y «Sálvame la vida» resonó con fuerza, haciendo reverberar a todo el teatro.

El segundo encore comenzó con «Fe», un tema optimista sobre la esperanza en lo que vendrá, seguido por «Cuando respiro en tu boca» de Peces (1995), un clásico absoluto el que re imagina aquella mágica sensación de besar a una persona amada. Literalmente, tensión y caída. Finalmente, «Carnaval» y «Mil caminos» cerraron la noche con una explosión de energía y celebración, dejando a todos con la sensación de haber vivido una noche mágica e inolvidable. El broche de oro vino con “Mataz”, en la cual Foncea dejó las baquetas y tomó la guitarra, potenciando la sensualidad e intimidad de una canción que derritió placeres individuales y colectivos.

En resumen, el concierto de Lucybell en el Teatro Municipal de Santiago no solo destacó por su impecable ejecución musical, sino también por la profunda conexión entre la banda y su público, haciendo de «Sesión 3000» una experiencia que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.