Lollapalooza Chile 2018 día 3: Matices para un final
Parque O’Higgins, 18 de marzo 2018.
Por Sebastián Allende.
Fotografías por Francisco Aguilar A / Felipe Morales.
La jornada final de Lollapalooza Chile 2018 nos tendría preparado un popurrí de estilos que no hacían más que confirmar el carácter variado que posee este festival y que tanto lo ha caracterizado en todas las ediciones que hemos tenido la oportunidad de vivir en nuestro país.
Para el comienzo tendríamos a los Kuervos del Sur, quienes a base de buenas canciones calentaron el ambiente del Itau Stage. Dentro de lo destacable de los curicanos, estuvo la interpretación del cover del clásico de Caifanes ”Afuera”, logrando una grata versión que supo hacer justicia a todo el legado de esta gran banda mexicana .
Finalizado el zarpazo de los Kuervos, logramos apreciar cómo los presentes corrían como desaforados hacia el VTR Stage para poder vivir el show de La Moral Distraída. Esta banda debe ser una de las que han logrado mayor exposición durante el último tiempo y, de acuerdo a la audiencia que presenciaba su show, esto se nota. En base a sus ritmos característicos la banda de los hermanos Zicavo demostró que no se achican en ningún escenario entregándonos un show conciso y lleno de ritmo.
Para las 14:00 estaba agendado uno de los shows que más polémica causó al momento de su publicación. Es que la cumbia villera y barrial de Pablito Lascano y sus Damas Gratis era, para muchos puristas, lo más alejado que podría existir en un festival como Lollapalooza, pero una vez que se subió al escenario y comenzaron a sonar los primeros acordes de su particular sonido la fiesta se armó en el Itaú Stage, dándonos uno de los momentos más sorprendentes del show junto a los creadores de esa gran canción que es “Laura, se te ve la tanga”.
Quince minutos después del comienzo de Damas Gratis, en el Lotus Stage, se harían presentes los sonidos agresivos y melódicos de los viñamarinos de Ribo, quienes precedidos de ese gran disco que es Máscaras, nos entregarían un show correcto que contaría con una buena cantidad de público dispuesto a moshear y pasarlo bien. Spiral Vortex, por su parte, entregaría su psicodelia y trance rock a todos los presentes en la Aldea Verde Stage, ese verdadero oasis en que se transforma ese sector.
Lo de Boom Boom Kid en el Lotus Stage no deja de ser novedad. Para los que anteriormente hemos asistido a algún show de la banda del ex líder de Fun People, sabemos que en cualquier momento va a terminar en una explosión. Los argentinos nos entregaron una de las presentaciones más enérgicas de todo el festival, la que contó con una considerable cantidad de público que disfrutó como si realmente estuviera en un show de punkrock.
Si hay algo que caracteriza a Lollapalooza es la opción de poder introducir a la gente en nuevos sonidos que no son habituales. Una muestra de esto fueron las presentaciones de Tash Sultana y Metronomy, quienes con sus particulares sonidos llamaron la atención, por separado, de todos los presentes de la jornada.
Los sonidos electrónicos también formaron parte de la jornada dominical. NGHTMRE es uno de los ejemplos del arrastre que tiene esta música en las actuales generaciones, quienes no dejaron de llenar el Perry´s Stage By VTR (Movistar Arena) para bailar al ritmo de los beats que nos entregó este DJ y, ya bajando la noche, los islandeses de Kaleo nos devolvieron a los sonidos del folk, el blues y el country a Lolla, dándonos a entender que la música es un sentimiento que no posee límites ni orígenes.
El VTR Stage comenzaría a vivir una verdadera procesión de gente a tan solo minutos de la presentación de Liam Gallagher, quien en plan solista nos tendría preparado un gran comienzo con “Rock And Roll Star”. Y es que Liam es eso, una estrella de rock y como tal se da el gusto de entregarnos un comienzo con tres canciones potentes para después abandonar el escenario indicándonos un malestar de salud, transformándose esto en la gran polémica de esta edición. Como diría nuestro Condorito: Plop!
El rock de Spoon se transformó en un bálsamo para todos los viudos del ex Oasis, quienes corrieron en masa al Acer Stage para disfrutar de los sonidos de los texanos. Mientras tanto, el pop sutil de Lana del Rey transformaba al Parque O’Higgins en un gran coro femenino, en una gran jornada final que vio cómo los espectáculos de los estadounidenses de The Killers y el rapero Wiz Khalifa serían parte del gran epílogo de esta octava edición en nuestro país, que no viene a nada más que a confirmar que este festival ya se encuentra arraigado en nuestra cultura y que, para muchos, se ha transformado en un panorama imperdible al que es imperativo asistir.
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