Por Carlos Barahona.

Desde la Europa post segunda guerra mundial y sobre todo, en la Alemania que quedó dividida por la dominación del territorio por parte de soviéticos y estadounidenses, el modo de vida de sus habitantes ha tenido una explosión en las condiciones materiales de vida. Descubrimientos y avances tecnológicos fueron acelerando paulatinamente diversas dimensiones como la arquitectura, la moda, el transporte, la medicina y la inteligencia artificial y robótica.

Es en ese contexto en el que nace Kraftwerk (central eléctrica en alemán) en Düsseldorf, Alemania, en 1970. Fruto de la imaginación de la dupla formada por Ralf Hütter y Florian Schneider, quienes se conocieron mientras estudiaban en la Academia de Arte de Düsseldorf. Desde sus inicios, la inquietud del dúo pasó por plasmar sonidos similares a los de una emisora de radio que transmita a nivel global mensajes sencillos, pero no por eso menos universales. Una celebración a la vida y a los progresos que la humanidad ha tenido, tiñendo su trabajo de una sencillez que expresa las ambigüedades de estos contextos humanos. Es por esto por lo que el grupo ha sido reconocido como pionero en el género de la música electrónica y ha tenido una profunda influencia en la música popular y la cultura en general.

Dentro de sus influencias está la música experimental y vanguardista de la década de 1960, como, por ejemplo, el movimiento Fluxus, que buscaba fusionar arte y vida cotidiana, fueron fuentes de inspiración para el enfoque innovador del grupo, lo que se ha ido patentando en sus discos fundamentales.

Uno de los primeros proyectos significativos del conjunto fue su álbum debut, titulado Kraftwerk (también conocido como 1), lanzado en 1970. En este álbum, el grupo exploró la música electrónica experimental utilizando sintetizadores y cintas magnéticas, creando paisajes sonoros únicos. A medida que evolucionaron, la banda comenzó a utilizar más sintetizadores y secuenciadores para crear ritmos y patrones repetitivos, sentando las bases para el género de la música electrónica de baile.

Otro de sus discos más influyentes es Autobahn (1974). Este disco presentó su estilo distintivo, caracterizado por ritmos mecánicos, melodías pegadizas y letras minimalistas. La canción principal, «Autobahn», se convirtió en un éxito internacional y ayudó a popularizar la música electrónica más allá de los círculos experimentales.

También han sido pioneros en el uso de tecnología en su música y presentaciones en vivo. Utilizando instrumentos electrónicos personalizados y desarrollaron sus propios dispositivos y secuenciadores para controlar y manipular el sonido en tiempo real. Su enfoque en la interacción entre el ser humano y la máquina, la fusión de lo orgánico y lo sintético, ha sentado las bases para la estética futurista que se encontraría en la música electrónica posterior.

Quizás el álbum más influyente de Kraftwerk y un hito en la música electrónica es Trans-Europe Express (1977). Este disco fue una exploración del tema de la integración y la identidad europea, y presentó canciones como «Trans-Europe Express» y «The Robots», que se convirtieron en himnos para la música electrónica y tuvieron un impacto significativo en el desarrollo de géneros como el techno y el hip-hop.

A lo largo de los años, Kraftwerk ha seguido siendo una fuente de inspiración para numerosos artistas y géneros musicales. Su influencia se puede encontrar en la música de artistas como Daft Punk, David Bowie, Depeche Mode, New Order y muchos más. Además, su estética visual futurista y su exploración de la relación entre la tecnología y la sociedad han dejado una huella duradera en la cultura popular, incluso rompiendo las barreras de lo musical y convirtiéndose en un colectivo artístico. Hoy conformados por Ralf Hütter, Fritz Hilpert, Henning Schmitz y Falk Grieffenhagen, han seguido vinculando su trabajo con la exploración e innovación, introduciéndose, por ejemplo, en las instalaciones artísticas, exponiendo en importantes museos, como el MoMA de Nueva York (Kraftwerk Retrospective 1 2 3 4 5 6 7 8, el año 2012) o la Chilehaus de Hamburgo (Roboter, del año 2017).

Galardonados el 2014 con el Grammy Lifetime Achievement Award, por su trayectoria y contribución en la música, Kraftwerk retorna a Chile este 25 de mayo al Movistar Arena. A siete años de su última visita, se espera que la velada sea una retrospectiva a su trayectoria, la que justo en tiempos donde la inteligencia artificial está trazando novedosos límites entre lo humano y lo robótico, viene a hacernos reflexionar sobre lo que nos deparará el futuro.

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