Por Rodrigo Guzmán.
El próximo 29 de octubre aterrizará en tierras nacionales Kim Bendix Petersen, más conocido como King Diamond, músico y compositor de culto en el circuito del metal mundial, quien debutará con su proyecto en solitario en el marco de “El Domo” del festival Santiago Gets Louder, a celebrarse en el Movistar Arena.
Los orígenes de esta figura del metal son con la banda Black Rose en el año 1979, la cual estaría influenciada por los sonidos del hard rock y el rock psicodélico. Posteriormente, en 1981 conforma su primer gran proyecto, Mercyful Fate, con el que explora una forma oscura del heavy metal. Finalmente, fue en 1985 que el danés crea la figura de King Diamond como su proyecto solista, e cual coexistiría con Mercyful Fate hasta 1999, año en que esta última entró en un descanso indefinido.
King Diamond se ha presentado con anterioridad en la capital, junto a su proyecto MercyFul Fate en dos oportunidades. Sin embargo, en esta ocasión el nativo de Copenhague nos viene a presentar un show que busca celebrar los 30 años del lanzamiento de su magnum opus Abigail, publicada un 24 de febrero de 1987. En esta placa, catalogada como un álbum conceptual, se extrajo el single, “The Family Ghost”, cuyo sonido realiza una mixtura entre heavy metal, hard y shock rock, siempre bajo un tupido velo de oscuridad.
En la materialización de Abigail, tuvo especial participación el guitarrista Andy Larocque, cuyos solos de guitarra y sus complejos riffs se hicieron presente en la mayoría de las composiciones, demostrando una precisión de cirujano. Por otro lado, fue Timi Hansen el encargado de las frecuencias bajas, mientras que Mikkey Dee, futuro compañero de Lemmy Kilmister en Motörhead, se hizo responsable de la batería, cuyo sonido atronador incendia cada una de las canciones del disco.
Las performances de King Diamond siempre se han caracterizado por contener un alto nivel de espectacularidad. Así, la presencia del mismo Diamond se ve resaltada por el uso de su famoso corpse paint, cuya utilización le trajo más de alguna rencilla con el bajista y cantante de Kiss, Genne Simmons, por ciertas similitudes y rasgos que el mítico bajista ha buscado recelosamente conservar para él. Además del maquillaje de Diamond, en sus presentaciones en vivo los juegos de luces acentúan mucho más el halo siniestro que el conjunto busca proyectar; efecto que consiguen haciendo énfasis en luminosidades rojizas y azules. La teatralidad para el Rey Diamante es un elemento central que colma todos los rincones; ya que, constantemente, interactúa con personajes siniestros que suben al escenario, dotando de aún más perversidad cada uno de sus shows.
King Diamond es un ícono del metal en general y uno de los pioneros del black metal en particular; un artista de nicho, pues su influencia es claramente reconocible en el terreno del metal. De este modo, no es difícil reconocer su repercusión en músicos contemporáneos como Marilyn Manson, Slipknot o la agrupación sueca Ghost, donde la vocación por el shock-show es manifiesta.
Es evidente que la utilización de una estética siniestra no es exclusiva de Diamond, pues con anterioridad Alice Cooper y Kiss ya habían hecho lo suyo. Sin embargo, este elemento es parte de su sello y es explotado como sólo el danés puede hacerlo. Asimismo, su voz (particularmente aguda) es muestra y sello de la vieja escuela a la que pertenece el artista, pues sus altas notas evocan inevitablemente aquellos tiempos. De esta manera, el 29 de octubre nos espera una cita con una figura del metal mundial, que viene a hacer su infernal debut en solitario en suelo chileno, permitiéndonos ser testigos privilegiados de la vigencia del Rey Diamante.