Julian Casablancas & The Voidz en Chile: Una noche perfecta para un viaje íntimo
Club Amanda, 14 de octubre 2017.
Por Johanna Dagnino.
Foto por Ramiro Gonzalez – Lotus Producciones
No es fácil separarse de una banda y luego formar una carrera solista que tenga brillo propio. Estos son los pasos que tomó Julian Casablancas, el neoyorkino conocido por ser el vocalista de The Strokes y que, esta noche del 14 de octubre, volvió a Chile con su proyecto solista para hacer más grande su nombre. El quiebre, sin embargo, no es tal, ya que Casablancas juega en ese sentido a más de un bando puesto que su relación con The Strokes sigue en pie, mientras coquetea con esta nueva faceta solista, siendo esta la mejor evidencia del talento que desborda esta figura del rock contemporáneo. El lugar de encuentro fue el Club Amanda y sus acompañantes son The Voidz, la banda que conforma este nuevo camino.
El show partió más tarde de lo presupuestado, haciéndose esperar 20 minutos por un público que seguía goteando en el recinto de Vitacura. El tema elegido para iniciar fue “Wink”, una canción que debutó en esta gira llamada Hollywood Bolívar Tour que lo trae por países latinoamericanos como Colombia, Perú, Argentina, Brasil y Chile. Julian Casablancas & The Voidz se forma en 2013, se perfilan como rock independiente, experimental y psicodélico, marcado por fuertes aires electrónicos, sin embargo, en Amanda, dejaron claro que son mucho más que sintetizadores. Lo siguieron “We’re Where We Were” y “Father Electricity”, temas potentes que no resaltaron como deberían producto de una mesa de sonido desconocida por su encargado, quien tuvo que acudir en más de una oportunidad por ayuda para evitar problemas que enrarecían la presentación de los norteamericanos y que persistieron en el primer tercio del show.
El sello de Casablancas es claro, las distorciones y la experimentación rítmica acompañan cada tema tocado en vivo y se alimentan de visuales alucinantes en el fondo, repeticiones de patrones e imágenes fragmentadas que potencian un show que fue capaz de salir delante de una acústica que no supo estar a la altura del sonido que estaba recibiendo. Continúan con “M.utually A.ssured D.estruction” y “Aliennation”, temas con los que los problemas de audio se ven dejados atrás y comienza a lucirse en talento de The Voidz y la potencia enajenada de los tonos de Casablancas.
El show sigue con “Nintendo Blood”, “My friend the Walls” y “Coul As a Ghoul”. El público no alcanza a llenar el espacio del club, pero el ambiente se ve dominado por toda la propuesta de Julián Casablancas y los suyos. Su show compitió de alguna manera con la presentación de U2, sin embargo, se alcanzó un espacio de intimidad y complicidad en donde los instrumentos lograron brillar una vez que se fusionaron correctamente y el público los acompañó completamente en ese viaje introspectivo y visceral que permite este tipo de propuestas musicales. El neoyorquino repetía para ese entonces “Gracias por venir” y “extrañaba Santiago”. Su puesta en escena es total, es dueño del escenario y sus movimientos lo reflejaban: ya sea cantando a nivel del piso o deambulando entre los instrumentos, supo estar en todos lados con propiedad.
Los últimos tres temas del setlist fueron “Business dog”, “Lazy Boy” y “Where No Eagles Fly”, el público reconoció esta última canción la que motivó a la mayoría a sacar sus celulares para dejar registro de uno de los temas fuertes de la presentación, la que, para ese entonces, ya había encontrado el equilibrio a nivel de sonido. La banda se retira y el público exige una última canción. Casablancas regresa para regalarnos “Human Sadness”, tema que prueba la calidad que acompaña al artista norteamericano y que, sin necesidad de presentar el éxito que por estos días representa su colaboración con Daft Punk (Instant Crush) fue un gran broche para un show que hizo viajar las mentes de quienes lo presenciaron.
Setlist:
Wink
We’re Where We Were
Father Electricity
M.utually A.ssured D.estruction
Aliennation
Nintendo Blood
My Friend The Walls
Coul As A Ghoul
Business Dog
Lazy Boy
Where No Eagles Fly
Encore:
Human Sadness