19 de agosto 2023.

Por Joao Coello.
Fotografías por Angelo Gotelli.

Con chaqueta de cuero y unos vaqueros negros, el “niño de la salsa” aparece en el escenario del Teatro Caupolicán a las 20:39, dando inicio a la celebración de los 30 años de su álbum Cara de Niño (1993). Con un medley de más una hora y media, el show del artista puertorriqueño comienza con una intro salsera que cautiva y pone eufórica no sólo a la fanaticada chilena, sino también a la diversidad de asistentes de distintas nacionalidades, generando así una noche multicultural marcada por los ritmos centroamericanos.

El primer tema de la cita es “Voy a conquistarte”, para luego dar paso al tema “Cara de niño”. El boricua es cercano con el público del Caupolicán, dando énfasis a las selfies, como también recorriendo los diversos ángulos del escenario. La cercanía es evidente, lo que el público agradece, pues le da un toque de intimidad y disfrute distinto. Para continuar con el medley, apareció “Vuela muy Alto” (2002), perteneciente a su álbum homónimo.

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El “niño” despliega sus 35 años de carrera musical de forma completa, ya que en las secciones instrumentales realiza coreografías sincronizadas con sus coristas y bailarines, mostrando lo multifacético que es y dejando en primer lugar la importancia del baile en estos ritmos latinoamericanos. En la primera parada, el boricua saluda al público chileno para interpretar una triada de su álbum Abriendo Puertas (1990): “Dime”, “Esa Niña” original de Luis Miguel (1988) y “Nada sin ti”, canciones que mantienen al público encendido, sin perder en ningún momento la interacción con los asistentes. Esta vez, cantando a los celulares de las y los fanáticos que graban y/o hacen videollamadas durante el show.

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Posteriormente, “Día y noche pienso en ti” y “A ti mi nena”, mantienen el pulso elevado del show. Sin embargo, al finalizar este último tema, la banda genera una instancia emotiva para dar protagonismo al guitarrista del grupo, Rubén, quien mediante una improvisación con una Fender Stratocaster da paso a “Lloraré” para cerrar dicho tema a capela con el público. Siguiendo con el matiz, interpreta “Tal vez” y esta vez es el cantante quien saca su celular para grabar a la fanaticada presente. Sin detenerse, interpreta “Hasta que llegaste tú” colaboración con el cantante venezolano Juan Miguel. Previamente a “Ese”, Rubén vuelve a ser protagonista de la escena, improvisando un solo de guitarra que vuelve a ser el gancho para dicho tema. Posteriormente, “Un Amor Verdadero” inicia con un ritmo twist clásico de los 60’s, pero que poco a poco toma forma de cha-cha y salsa. Ya en su segunda parada, Rivera interpreta una triada de su tributo al cantante Puertorriqueño/Estadounidense Frankie Ruiz (2003), de las cuales se desprenden: “La cura”, “Desnúdate Mujer” y “Mi Libertad”. Luego, interpreta “Solo tú” acompañado por el piano, para dar paso a una sección de percusión, la cual permite entrar al tema de lleno.

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Ya finalizando la cita, el niño interpreta otra triada, pero esta vez del álbum Cuenta conmigo (1992), del cual también se desprenden: el homónimo “Cuenta conmigo”, “Casi un Hechizo” y “Me estoy enamorando”. La galería es la más motivada durante el show, por lo mismo, el niño les invita a cantar “Que hay de malo” y el clásico de clásicos: “Amores como el nuestro”, el cual termina con el show antes del bis “La oportunidad”, quien por palabras del mismo Rivera “es un tema que se hizo muy popular en Venezuela” dedicando así la canción al público de dicha nacionalidad. El show culminó casi a las dos horas de espectáculo, dejando en alto el ritmo la noche de sábado y muy felices cada una y uno de los que tuvieron la posibilidad de disfrutar de un paseo por la carrera de Jerry Rivera.

Setlist:
Voy a conquistarte
Cara de Niño
Vuela Muy Alto
Dime
Esa Niña
Nada sin ti
Día y noche pienso en ti
A ti mi nena
Lloraré
Tal vez
Hasta que llegaste tú (Feat. Juan Miguel)
Ese
Un Amor Verdadero
La Cura
Desnúdate Mujer
Mi Libertad
Sólo tú
Cuenta Conmigo
Casi un hechizo
Me estoy enamorando
Qué hay de malo
Amores como el nuestro
La oportunidad