Jaula uno Ave dos (La mujer gallina) en Santiago Off: Cómo torturar a alguien
Teatro UDLA El Zócalo, 26 de Enero de 2017
Por Nicolás Morán.
Fotografías por Rocío Briones.
Creo que no puedo hacerme el loco con otra obra. En este caso, no es como con la danza Butoh, cuyo objetivo era precisamente no tener un objetivo. Acá no pude disfrutar, porque no se estableció nunca un clímax o algo que se le pareciera. Todo ocurría al mismo tiempo, indefinido.
Quizás estoy demasiado acostumbrado a las historias lineales, o al menos a las historias con algún sentido claro. Acá no tuvimos nada de eso. Incluso, yo entiendo que hacer teatro en Chile es difícil. La gente no acostumbra a ir. De hecho, en el Teatro El Zócalo de la UDLA no habíamos más de diez almas mirando la obra. Pero, en este caso, comprendo totalmente si no aparecía más gente y me hubiera gustado ser una de esas personas que pueden vivir felices al no haberla visto.
El año 1992, Chile se impactó con el caso de Mirta Carrasco. Esta mujer había sido encerrada en un gallinero por 20 años y se le apodó brillantemente por la prensa como “La mujer gallina”. El tema radica en que ella sufrió todo tipo de vejámenes mientras estuvo ahí. Al punto de qué nunca pudo desarrollar correctamente el habla o las funciones motoras básicas para un progreso “normal”.
Lo peor del caso fue que golpeó a la sociedad chilena que venía saliendo de la dictadura militar. Empezaban a cambiar las concepciones de lo correcto y de los derechos humanos básicos. De hecho, podría estar mucho rato contándoles del tema y evitar tener que hablar sobre el espectáculo que tuve que ver.
En fin, mientras antes mejor. Esto parte con el escenario en negro, una luz de fondo verde, música inentendible y a la directora Vicky Larraín sobre una mesa y luego moviéndose dentro de una bolsa gigante de plástico. ¿Por qué? Ni idea. Quiero creer que asemejaba al nacimiento de la personalidad oculta de la mujer gallina. Una especie de subconsciente, porque luego de los aspavientos y de casi asfixiarse, logra salir de la bolsa y se funde en un abrazo con la mujer gallina que estaba escondida bajo la mesa. Todo esto ocurre en tan solo 15 minutos de una obra que duraba 50. De hecho, son 50 minutos más de lo que debería haber durado.
Si pensaban que una mujer dentro de una bolsa con música inconexa de fondo podía ser lo más extraño, es porque no han visto la obra.
Posteriormente, Marjorie Ávalos, que personificaba a Mirta Carrasco, alias la mujer gallina. Empezó a moverse por todo el escenario, mejor dicho fuera. Porque en cuanto se prendieron las luces uno podía ver una especie de instalación fuera del escenario, casi tocando los asientos de la primera fila, que emulaba un gallinero, pero además habían unas animitas con velas dentro y unos simpáticos perritos. Lo único que me gustó en realidad fue eso, los perritos.
Para qué decir que existe una continuidad o algo similar. Lo que pasa después son cambios aleatorios de canciones, movimientos frenéticos, Camilo Sesto de fondo, monólogos que no aportan en nada a entender que ocurre, las actrices tirándose cera de vela caliente encima, ver a la mujer gallina comiendo hojas de choclo de una bolsa, o a Vicky Larraín tirándole agua para luego ambas revolcarse en el suelo, por razones desconocidas.
Cada minuto era como estar en una pesadilla surrealista. Cuando uno pensaba que no podía pasar algo más extraño, pasaba. Ahora que lo pienso pasé por todas las emociones y sensaciones conocidas. Rabia, pena, risa, asco, rechazo, incredulidad, aceptación, etc. Aunque si debo decir que el estado físico de las actrices fue bastante bueno. Un like para ese ítem.
¿Cómo termina la obra? No sé. En serio, creo que luego de que la mujer gallina se llena de tierra, agua, piedras y cuanta cosa había en la sala, se colgó de una cuerda, quedando invertida por un rato, para luego ser llevada en brazos hasta el centro. Luego las actrices se acercaron y la directora nos indicó que la obra acababa. Supongo.
Lo único que me anima es saber que desde hoy, sea lo que sea que vea no podrá ser peor. Si alguien pretende tener la idea de aburrirse, lo invito a ver Jaula uno Ave dos (La mujer gallina). Así podrán pasar toda su vida divirtiéndose pensando en que podrían estar viendo la obra y no lo están.
Les dejamos además nuestra cobertura fotográfica a continuación: