Isabel Parra en Teatro Nescafé de las Artes: Cruzando un puente de cariño, de afecto y de ternura
24 de septiembre 2021.
Por Constanza Paredes.
Fotografías por Javier Martínez.
La tarde de este viernes Isabel Parra se reencontró con el público después de casi dos años, un reencuentro lleno de vida, de energía y de música, de aquella buena música que no solo tiene tonadas intensas y que invitan a moverse, sino también letras llenas de hermosas reflexiones, críticas atingentes y sueños, música en la que se evidencia que la sangre tira, donde se hace tangible el legado Parra que Isabel ha sabido hacer trascender y permanecer en el tiempo, trayendo a su madre al escenario, pero mostrándonos la genialidad de ella misma al mismo tiempo, con un toque y sonido particular, algo que su público esperaba con ansias y demostró desde el primer segundo en el escenario.
Con una puesta en escena minimalista, y pese a que tuvo complicaciones con su cuatro al momento de ponerse la correa, comenzó bromeando y haciendo sonreír, dedicando el concierto a Víctor Jara (debido a que su cumpleaños que está al caer) y a Gastón Soublette (musicólogo y filósofo chileno), eligiendo “El cantar tiene sentido” como la primera tonada de la noche, una elección agradecida por los seguidores de su carrera musical. Al terminar este primer canto, agradeció el estar presentes, encontrándose en la presencialidad: “felices de volver a cantar para ustedes en este hermoso teatro… y le damos realmente gracias con el corazón, con el alma, y estamos de nuevo volviendo a la vida” palabras que sacaron aplausos y emoción.
Gran parte del repertorio de canciones pertenecen al disco Saludos a todos, cuya difusión se vio frenada por el estallido social, pero que hoy retoma de la mano de Manuel Meriño, quien trabajó con ella en el disco y que la acompaña en este retorno a los escenarios, dándole espacio también para mostrar un par de sus canciones: “Planetas y flores (mi niña)”, canción dedicada a su hija Maite, y “El aire de mayo”, canción dedicada a aquellos en que la memoria se esfuma, a aquellos que sufren por no poder recordar y para aquellos que lidian con sus queridos que van desapareciendo lentamente en el aire. Meriño es el director musical de Inti-Illimani pero también colabora con otros grandes músicos de nuestro país, como Isabel Parra.
La noche comenzó a aparecer y llegó el turno de Tita Parra para mostrar una pincelada de su trabajo con las canciones “La tierra” y “Estar vivo”, esta última dedicada a su hijo Antar quien ya no está pero que le dejó la gratitud de poder haber criado a un hijo tan lindo como ella misma expresó, canción que aún no ha grabado y que fue un verdadero regalo para la audiencia, que espera pueda registrarse en alguno de los medios digitales para poder volverla a disfrutar.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando se proyectó el video “El corazón vivo”, una canción dedicada a los miles de héroes anónimos que participaron del estallido social, a todos los que defendieron el Museo Violeta Parra y a las víctimas de la represión. Por momentos como este es que el poder reencontrarse y experimentar el sentir a través de la energía de estar en un mismo lugar disfrutando de la música de una grande es que se agradece el volver a los teatros y escenarios después de tanto, porque el discurso es igual de importante que la música, y aunque se tenga que forzar un poco más la voz producto de las mascarillas, la necesidad del canto le gana a las limitaciones, como una invitación a seguir en la lucha, a seguir combatiendo la vida y prosperando hacia un mejor futuro, pese al dolor, pese a las pérdidas, pero como una forma de sacar del alma esa pena por toda la tragedia que embargó al mundo entero, tal como dijo Isabel.
La noche siguió y aparecieron temas como “Caminando caminando” de Víctor Jara y una tonada de Manuel Meriño musicalizando uno de los tantos escritos de Violeta Parra. Mostraron el video de la canción “Destino” mientras la cantaron en vivo, canción que surgió producto de la pandemia, como una voz de esperanza, grabada el año pasado, con una letra que llamó a la reflexión y que desvió la mirada de mucho de los asistentes al cielo.
Con “Un puente en el aire” comenzó a acercarse el final, una frase que se quedó después de habérsela escuchado a Alejandro Jodorowsky en un programa de televisión y que le dio nombre a su presentación, una metáfora perfecta para explicar lo que pasó en la casi hora y media de presentación; todos llegaron de un extremo del puente, dando un paso con cada canción, cada pensamiento, cada palabra, cada letra, hasta llegar al otro lado, convirtiéndolo en un puente de afectos como ella dijo. En el final agradeció a los músicos que le acompañaron durante el show y también en particular al padre Joaquín Alliende, a quien conoció en la desaparecida feria de artes plásticas que se hacía en el parque forestal, a quien le cantó “Un domingo en el cielo”, manifestando que la Violeta Parra también tenía un gran sentido del humor, sacando risas de los asistentes.
La noche terminó llena de aplausos y energía, sintiendo que el concierto solo fue un instante y sin darse cuenta de que casi veinte canciones se escucharon en este reencuentro de Isabel con su público, a aquellos que extrañaba y a quienes quiere seguir viendo en presentaciones futuras. No podría haber existido un mejor espacio que el de ese teatro para volver a cantar, a soñar y caminar por el aire, aunque sea un instante.
Setlist:
El cantar tiene sentido
Saludos a todos
Con los pies en la tierra
Ni toda la tierra entera
Planetas y flores
El aire de mayo
La tierra
Estar vivo
Miren como sonrién
El corazón vivo
Caminando caminando
A los cantores del mundo
Destino
Tonada a Violeta Parra (por Manuel Meriño)
Un puente en el aire
Un domingo en el cielo
Encore:
Volver a los 17/gracias a la vida
Estudiantes
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