Insert Coin: Comer, beber y jugar
5 de abril 2017.
Video por Victor Santibañez.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
Entrevista por Nicolas Morán.
La experiencia de los resto-bares temáticos son una experiencia en sí misma, valga la redundancia. Apostar por un concepto y explotarlo es, sin lugar a dudas, una apuesta arriesgada, pero interesante, que los chicos de este local han llevado a otro nivel.
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de visitar el Insert Coin, el único resto-bar temático de videojuegos en Santiago. Ubicado tanto en Providencia como en Ñuñoa, visitamos este último, ubicado en Av. José Domingo Cañas 2306 que, de hecho, es el nuevo local que reemplaza al que estaba en Irarrázaval, ya que la necesidad de expandirse terminó motivando a los dueños a aumentar el tamaño del negocio.
Sinceramente, el edificio por fuera no parece ser muy llamativo, pero cuando entras, todo cambia. El interior es espléndido, pues está lleno de colores, fotografías y cuadros alusivos a juegos de video, lo que termina por ser algo sinceramente increíble. Por ejemplo, las pantallas de las lámparas son cubos de Mario Bros. Algunas paredes las tienen forradas con viejas revistas Nintendo, y obviamente lo que convierten al Insert Coin en el bar gamer por excelencia, es que tiene una gran cantidad de consolas al lado de la mayoría de las mesas, que van desde Arcades hasta las de última generación. Apela tanto a la nostalgia, como a las nuevas camadas de jugadores.
Lo que sí, hay restricciones en las consolas, ya que es solo una por mesa, por lo tanto, también hay un factor de suerte, en caso de que se encuentre lleno. Una experiencia que se trunca si deseas jugar distintos tipos de entregas.
Llegamos cerca de las 19 horas, cuando el hambre del atardecer empezaba a atacar y nuestros cuerpos estaban agotados, luego de una extensa jornada laboral.
Al entrar fuimos recibidos por el encargado de Marketing del local, quién nos mostró el Insert Coin, enfatizando en las atracciones que tiene, como lo son el segundo piso, que tiene una sala de pool, para aquellas personas que desean vivir otro tipo de experiencia dentro del resto-bar y obviamente, el poder jugar “a las maquinitas”. Lo primero que nos llamó la atención, es que la música era como sacada de la radio, algo que nos pareció poco significativo para el establecimiento. Estar en medio de una batalla de Mortal Kombat y escuchar Shakira de fondo, no es precisamente alentador, por lo mismo, quizás tener OST de juegos o covers de sus canciones estaría mucho más acorde al concepto que promulgan.
Degustamos 3 tragos temáticos, que sinceramente son bastante sabrosos. El “Blanka” (inspirado en el famoso personaje de Street Fighter) que consta de ron Malibú, limón, jugo de piña, menta, soda y azúcar. Es bastante fresco, ideal para una tarde calurosa. También probamos el “Donkey Kong Barrel Blast”, que está hecho con ron Malibú, licor de banana, crema de coco, jugo de maracuyá y coco rallado, y nada que decir, simplemente delicioso, tanto por lo exótico como por lo suave; y por último el “Piraña Plant”, que es pisco doble destilado, pulpa de maracuyá, albahaca y azúcar flor.
Dentro de toda la carta, los tragos cumplen su función completamente y con honores. Son frescos, ricos, y te dan ganas de tomar más de uno, porque si analizas el ambiente de Insert Coin, esa es la idea. Que uno juegue, mientras se toma una cerveza o uno de estos cocktails. La idea principal apunta a que podamos emular una reunión de amigos en el living de la casa, es decir, prender la consola, reír y comer comida chatarra. Eso sería un resumen sobre lo que uno va a vivir.
Con respecto a la comida, creo que aunque tienen nombres súper innovadores, creo que pecan de abusar de la experiencia (como concepto) por sobre lo sabrosa que pueda ser la comida. Como por disponibilidad del local no pudimos probar las consolas, nos detuvimos a analizar los platos, que a pesar de tener una clara intención de llamar la atención con nombres icónicos de video juegos, les faltó sazón, como por ejemplo en la entrada, que fueron las Papas “Insert Coin”: Son básicamente papas fritas, churrasco, tocino crocante, ciboullete, cebollín y crema ácida. Sin duda, una Chorrillana más moderna, pero que al menos a mi gusto, sentí que se abusaba de la crema ácida, si se considera la mezcla con el tocino, que es otro elemento que puede resultar pesado.
En el caso de la hamburguesa Big Boss (del juego Metal Gear) que constaba de 200 grs. de carne, queso cheddar, un aro de cebolla apanado, tocino, pepinillos, salsa BBQ y salsa de whisky. Si bien, el toque de la salsa de whisky pudo ser todo un detalle diferente, se termina perdiendo por el sabor excesivamente penetrante del pepinillo y de la salsa BBQ, aunque el pan estuvo crocante por fuera y blando por dentro, que es precisamente lo que se extraña en otros platos similares.
La comida no es para nada mala, de hecho, en relación precio/calidad, me parece que está más que adecuado, porque 2 personas pueden comer bastante por $18.000, además de poder jugar con sus consolas favoritas durante hora y media.
Dentro de nuestra experiencia, podemos decir, que comimos y bebimos como reyes, pero ya que no pudimos jugar por la falta de disponibilidad en ese momento, quedamos con la sensación de que algo nos faltó por probar, y es precisamente la gracia del local, porque más allá de lo bonito o vistoso que es el lugar, cuando vas a un bar gamer y no jugaste ni una sola carrera de Mario Kart, es como ir a una tienda de ropa y no poder probarte nada, aunque esté en vitrina.
Recomiendo ir con varios amigos y disfrutar de una cerveza o de un Donkey Kong Barrel Blast, mientras le das paliza en Super Smash Bros a alguien, porque la gente que estaba jugando, se veía bastante entretenida mientras lo hacía. En cuanto a los platos, no son algo que no puedas pedir en otros restaurantes.
Resumiendo, es un buen local. Es una idea muy original que cumple con brindarte la experiencia de pensar que estás en tu casa disfrutando de una reunión con tus cercanos, pero siento que en esta ocasión, irónicamente, les faltó jugársela.
Revisa a continuación nuestra galería fotográfica de lo vivido ese día: