Por Nicolás Morán.
En cerca de 50 minutos, pude disfrutar de este fin de semana tranquilo escuchando lo nuevo que nos ofrece Manuel García. Harmony Lane tiene ese no sé qué de las producciones nuevas que me hacen ver que en Chile hay harto talento. Solamente hay que saber buscar y sentarse a negociar con las expectativas.
Si bien, sigue en su línea de trova chilena, en los últimos discos se ha ido alejando de sus inicios. Bien sea por su curiosidad creativa o bien por la influencia de Ángel Parra.
El disco, en sí, es muy buen trabajo. Mucho más movido y electrizante que entregas anteriores. De hecho, a mi gusto, estamos ante un producción que te enfrenta a varios escenarios internos. Tanto del artista como de los propios.
Puede gustarte por lo nuevo y diferente, como para complementarse con lo visto en las otras entregas. O bien puede no gustarte, porque queda poco de lo que inicialmente hizo en los primeros años.
Es una apuesta arriesgada. De eso no hay duda alguna, pero no le quita gracia. Yo soy de la idea que la gracia de ser artista es poner la carne sobre la parrilla y ver qué ocurre.
Dentro de los temas que me llamaron la atención y que recomiendo son 3. Maniquí: tanto la melodía como la letra son llamativas. Tiene una fuerza que me agradó desde que la escuché. De nombre Violeta: Nos gusta poder relacionar nuestros recuerdos con el recuerdo de los grandes. Aunque su melodía no es lo que más me acomoda escuchar, la canción homenajea a nuestra Parra favorita y a otros artistas chilenos, con sus estrofas suaves y delicadas. Y por último, Venga la vida: Es una especie de poema con música de fondo. Bella letra y te retrotrae a lo primero que le vimos entregar.
Denle la oportunidad en caso de no ser fanáticos, y si son fanáticos, asentarse y regodearse es la consigna.
Puedes encontrar el disco de Manuel García en Portaldisc: http://www.portaldisc.com/radios_disco.php?id=14945