Bandas invitadas: Hidalgo y Presto Vivace
5 de Octubre 2023.
Por Rocío Belén.
Fotografías por Francisco Aguilar / Spider Prod
El esperado regreso de los ingleses Haken tuvo cabida en las dependencias del Teatro Coliseo, la noche de este traicionero primaveral Jueves 5 de Octubre, donde con altas expectativas los transatlánticos repletaron el recinto tras su anterior paso por nuestro país, en un también abultado Teatro Teletón a comienzos de 2019. Después lanzar su última placa Fauna, con tintes mucho más experimentales a los que acostumbrábamos, la agrupación pisa terreno nacional para sorprendernos una vez más con una tremenda performance, acompañada de impecables ejecuciones y una cohesión envidiable por cualquier banda del género.
Se abren las puertas a eso de las 18:30 horas para dar inicio al primer espectáculo de la noche. Los nacionales Hidalgo, comandados por el reconocido guitarrista nacional y endorser de Ibanez Guitars Gabriel Hidalgo, se suben a escena a las 19 en punto para comenzar una aventura instrumental que proyecta pasajes mágicos, ancestrales a ratos, e íntegramente cautivadores, captando la atención absoluta de los asistentes. Presentando su disco Agnicayana, recientemente lanzado a principios de este año, los nacionales Braulio Aspé en el bajo, Pablo Stagnaro en la batería y Angeline Bernini en segunda guitarra, son los encargados de acompañar al maestro de las cuerdas en nada más ni nada menos que apretadísimos 25 minutos de presentación, mientras caía el sol durante esta jornada. Solidez y virtuosismo los caracterizan, un show compactado carente de falencias, cada nota cae matemáticamente en su compás, haciendo de las melodías un festín auditivo. Simplemente una muestra más de la gran calidad que existe en nuestro país, de holgada categoría internacional.
Con un inesperado adelanto de 15 minutos, los argentinos Presto Vivace se suben a escena siento las 19:45 con un imprevisto crescendo que abre la sesión con la voz de Brune, junto a una propuesta inconfundiblemente progresiva con leves tintes Power Metal, que re-encienden la velada entre saltos y tímidas ovaciones hacia los trasandinos. El dominio musical del cuarteto se adueña de la palestra con carisma y poder, galopes polirrítmicos y oscilantes navegan conquistando las dependencias del recinto capitalino, junto a la potente presentación que brilla por sus cualidades performáticas. El jugueteo rítmico del bombo de Martin De Pas, que se mezcla con tappings en el bajo de Marcelo Pérez Schenider y lickings guitarrísticos de Luciano Perez Schneider se combinan perfectamente en un arrebato contagioso, que no estuvo exento de risas cuando las secuencias le jugaron una divertida pasada a la banda, equilibrando las piezas instrumentales con las melodías vocales en una amalgama arriesgada pero certera, distinta a lo que acostumbramos oir dentro del género progresivo. Presto Vivace se ganó el respeto del público citadino a punta de talento, ejecución y maestría, trayéndonos lo mejor del Prog bonaerense, también destacando con creces la dulce pero imponente voz de su frontwoman Brunella Bolocco Boye, quien podría ser perfectamente una hija perdida entre Alissa White-Gluz de Arch Enemy y Magdalena Opazo, voz y líder de los aricanos Egregor. Con gran devoción se bajan del escenario pasadas las ocho y veinte de la noche en una ya oscura capital.
21 hrs en punto y se apagan las luces, incrementa la tensión y suenan las secuencias para dar paso al plato fuerte de la noche, quienes en coloridas guayaberas cual banda cumbianchera, salen a escena, desatando locura entre saltos y juguetonas melodías que inundan cada rincón del Coliseo junto a las primeras piezas que juegan entre Fauna y The Mountain: “Taurus”, “In Memoriam” & “Sempiternal Beings”. Cabe destacar que el outfit de la banda le sacó varias ronchas a más de algún truli proggie por la pinta «guachaca» al momento de masificar el concepto en vivo que lleva la agrupación, sin embargo, poco y nada importa cuando entre estampados tropicales y pantalones blancos, se mezclan entre la esencia del espectáculo. Punto para Haken.
Entre bombos y platillos se celebra una fiesta rapsódica donde «Cockroach Kings» nos adentra en la spooky season de los primeros días de octubre, en una vibra misteriosa y densa en su justa medida. Luces amarillas y azules proyectan sub-tonos verdes que complementan el ambiente pantanoso del salón, recientemente re-acondicionado con murales de aislante sonoro, respondiendo directamente ante uno de las desventajas que existían en Coliseo: El sonido y su reverberación natural dada su altura y extensión. Convengamos que es un teatro que originalmente no fue construido para conciertos de metal, y este tipo de upgrades se agradecen en pos de la calidad sonora que estas bandas ameritan.
Un poco más de peso con la dupleta de «The Architect» y «Lovebite», con saltos protagonizando la cancha del venue y una fanaticada que incansablemente disfruta de punta a punta una celebración que nace desde las raíces headless de las guitarras de Richard Henshall y Charles Griffiths, como pequeños monstruos en crecimiento que en despampanantes avalanchas melódicas sobrevuelan los 50 metros de altura del recinto, entre vaivenes armónicos y campales coros que dejan perpejos a los asistentes.
Parte de los nuevos singles incluyen a «Elephants Never Forget», que entre aplausos y saltos hacen renacer el funk experimental que caracteriza el último disco de los ingleses, recordándonos lo danzable que es el metal cuando se trata de buen metal (aunque no suene como metal). Las influencias del prog clásico son claras, montando un experimento entre Yes, Genesis, Pink Floyd y Dream Theater con tintes sabor a King Crimson, pero también manteniéndose dentro de la camada sonora evolucionada de Leprous o Caligula’s Horse incluso, con rítmicas contemporáneas que marcan la identidad más pura de Haken, pero que además suma esa vibra old school potenciada por los sintes a lo largo de todo el show. Estamos hablando de una banda que importa poco y nada que tan escabullidos e impredecibles sean sus coros, pues los más acérrimos fans conocen perfectamente todos y cada uno de los pasajes dentro de cada pieza musical.
Mantiene esa teatralidad incomparable que caracteriza a Haken como si de un soundtrack Hans Zimmeresco pareciera, condensando aún más los sintetizadores de Peter Jones, junto a una precisión percutiva envidiable en cuanto a tacto y firmeza al momento de pulsar los parches. Un «Celestial Elixir» de sonoridades suben, bajan, suben de nuevo, bajan aún más y explotan incontables veces para sorprender, enamorar y cautivar inescrupulosamente a los oyentes, sumando las estrelladas luces que impactan al público y al escenario una y otra vez, generando una atmósfera de contención y conexión entre la banda y la audiencia incansablemente. A ratos depresión, a ratos Disney, ¿Quién los entiende? Esa es la gracia de Haken, finalmente.
Los misterios de la jungla se insertan junto al sexteto entre armonías y compases oscilantes, manteniendo el sentimiento de curiosidad y misterio entre acordes, con altibajos traviesos que no te sueltan en ningún momento. Con un amarillo ácido finaliza el show en la sincronía de «Messiah Complex» que evidentemente es de las más favoritas. Ross Jennings al centro y al frente con todos los focos apuntando para sintetizar el protagonismo que merece tal calibre de frontman. Con un magnífico solo de batería de Raymond Hearne y barridos indescriptibles que se mezclan entre los sintes, el bajo de Conner Green y las guitarras, finalizando la impactante y avasalladora presentación de Haken en Chile, con casi dos horas de show que con certeza podemos decir que dejó más que satisfechos a los asistentes de la velada. Las ametralladoras compositivas llegan a un punto que logran sumergirse en la matemática regular sin notar los cambios de tempo, pues la gente simplemente disfruta al ritmo que más le acomode, haciendo de los cánticos un elemento permanente dentro del show.
A pesar de los enigmas compositivos que caracterizan el metal progresivo moderno, estos también alimentan el elixir de las nuevas generaciones del metal, pues es una realidad que la ola progresiva ha vuelto y se ha establecido más fuerte que nunca como una escena compuesta de tremendas bandas, junto con un público fiel, leal, afiatado y dinámico que se apaña incondicionalmente. No por nada Nación Progresiva -made in Chile-, está dentro de los 5 medios más influyentes en el género, siendo nuestro país uno de los tres más activos a nivel latinoamericano. No hay que explicarle a nadie por qué Chile es una parada fija para cualquier banda dentro del globo, y Haken es un buen sujeto para ejemplificar la versatilidad musical que necesitamos como inspiración musical permanente, para alimentar nuestra percepción sobre cómo dar un show y presenciar un espectáculo como lo merecemos como público chileno.
Setlist Hidalgo:
Eukarya
Garuda
Kalpa Taru
Lancuyen
Vernishna
Setlist Presto Vivace:
La dictadura de las máquinas
Wallstreet
Solo por hoy
Setlist Haken:
Taurus
In Memoriam
Sempiternal Beings
Cockroach King
The Architect
Lovebite
Prosthetic
Invasion
Pareidolia
Elephants Never Forget
Celestial Elixir
Messiah Complex
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