Bandas invitadas: Asunto, Values Here y Entrefuego
28 de septiembre 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Marcelo González.

La historia parte más o menos así: emergida en un contexto sociohistórico crucial a finales de los años 80, en medio de una Nueva York marcada por la tensión social, la violencia y el cambio cultural. Este período vio el auge del hardcore punk, un movimiento musical que no solo buscaba expresar la frustración de una generación, sino que también se convirtió en un canal para discutir problemas sociales y políticos.

Así, muchas bandas se formaron – como Agnostic Front, Madball, e incluso los Beastie Boys – justo cuando la ciudad enfrentaba un aumento en la delincuencia y la pobreza. Muchos jóvenes, desilusionados por la falta de oportunidades, se sintieron atraídos por el hardcore punk, que ofrecía un espacio para canalizar su ira y su deseo de cambio. Gorilla Biscuits, al ser parte de esta escena, se convirtió así también en una de las voces de una generación que anhelaba libertad y autenticidad en un entorno que parecía hostil.

Destacando por su sonido distintivo, que fusionaba la agresividad del hardcore con melodías más accesibles, una combinación que resultó innovadora en ese momento. No solo capturaron la esencia del hardcore melódico, sino que también se convirtieron en un himno para el movimiento straight edge, que abogaba por un estilo de vida libre de drogas y alcohol. Este mensaje resonó fuertemente en una época en la que muchas personas buscaban alternativas a los estilos de vida destructivos que dominaban su entorno. También la ética del «do-it-yourself» (hazlo tú mismo), hizo que promovieran la autogestión y la independencia en un momento en que la industria musical estaba dominada por grandes sellos discográficos. Así, Gorilla Biscuits no solo ofrecía música; proporcionaba un sentido de comunidad y pertenencia a aquellos que se sentían marginados.

Por eso la importancia del debut de los muchachos en el Teatro Cariola, el que se transformó en un auténtico santuario del hardcore punk con el esperado debut. La velada no solo fue una celebración de la música, sino un poderoso encuentro de emociones y comunidad, donde cada banda dejó su huella antes de la explosiva presentación principal.

La noche comenzó con Asunto, una banda local que ha estado en el circuito durante casi treinta años. Originarios de la periferia norte de Santiago, su propuesta fusiona el hardcore con sonidos metálicos, inspirados por leyendas como Earth Crisis. Desde el primer acorde, rompieron la tranquilidad del Teatro con una intensidad palpable. Canciones como «Cuando las sutilezas mueren» y «Una noble verdad» resonaron en el recinto, creando un ambiente electrizante. Cada letra era un grito de resistencia y compromiso con ideales como el veganismo y el straight edge, un mensaje que caló hondo entre los asistentes y preparó el terreno para lo que vendría.

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Luego, Values Here tomó el escenario. Esta banda, con John Porcelly a la cabeza, es un verdadero patrimonio del hardcore. Conocido por su participación en formaciones legendarias como Youth of Today, Judge, y Shelter, Porcelly y compañía ofrecieron un set lleno de energía y pasión. La inclusión de un cover de Dag Nasty hizo eco en el corazón del público, mientras las letras de sus temas originales resonaban con mensajes de unidad y resistencia. Fue un momento clave que elevó aún más el ambiente de la noche. Importante relevar la potencia y carisma de Chuy, vocalista española de la banda, la que potenció la interacción con la audiencia.

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Uno de los punto culmines de la velada llegó con la aparición de Entrefuego. Liderados por Jero Ruiz y Charly Suárez, su presentación fue un torrente de energía. Con una mezcla de hardcore y punk que literalmente “masacró” el escenario, deleitaron a la audiencia con éxitos como «Necesidad» y «Sembrar». Cada canción era una invitación a unirse en un fervoroso moshpit, donde los cuerpos se movían al compás de la música, y el sentimiento de comunidad se hacía palpable. La experiencia de los nacionales, con décadas de trayectoria, fue evidente, y su conexión con el público creó un momento inolvidable.

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Finalmente, la historia del hardcore punk se hizo presente cuando los neoyorkinos de Gorilla Biscuits pisaron el escenario. La anticipación en el aire era palpable mientras comenzaban con la icónica intro de trompetas de «New Direction». Desde el primer acorde, el Teatro se convirtió en un torbellino de energía, con el público transformándose en una masa de cuerpos y emociones.

Cada tema que siguió fue recibido con fervor. En «Stand Still», la audiencia se unió en un canto colectivo, resonando con la letra que aboga por la introspección y la determinación. «Degradation» hizo eco de las luchas personales de muchos, mientras que «Forgotten» recordó a aquellos que han sido marginados y olvidados, resonando profundamente en un público que conocía bien estas batallas.

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Las melodías de «Things We Say» y «High Hopes» despertaron memorias de lucha y esperanza, creando un espacio donde cada asistente podía conectar con sus propias historias. A medida que avanzaba el set, «Good Intentions» elevó aún más la energía en el recinto, con sus letras recordando la importancia de actuar por el bien común. En «Big Mouth», la rabia y la pasión se desbordaron, mientras que «No Reason Why» ofreció un mensaje de unidad que resonó fuertemente.

Uno de los momentos más memorables fue cuando tocaron «Sitting Round at Home», un cover de Buzzcocks, que trajo consigo un aire de nostalgia y camaradería. El público cantó al unísono, creando una atmósfera de celebración. La energía no cesó con «Biscuit Power», que se sintió como un grito de guerra para todos los presentes, reafirmando el espíritu indomable de la comunidad hardcore.

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«Hold Your Ground» siguió con su potente mensaje de resistencia, mientras «First Failure» reflexionó sobre la lucha y la superación. La interpretación de «Do Something» (un cover de CIV) fue un llamado a la acción que resonó entre la multitud, creando una respuesta apasionada. La versión de «As One» de Warzone trajo consigo un sentido de unidad que solo se intensificó con «Time Flies», recordando a todos lo fugaz que puede ser el tiempo.

A medida que el set se acercaba a su clímax, «Minor Threat» hizo vibrar el Teatro, un homenaje a los pioneros del género que inspiraron a generaciones enteras. Con «Breaking Free», la energía alcanzó su punto máximo, y la multitud se entregó completamente al momento. «Cats and Dogs» aportó un toque de diversión, mientras que el cierre con «Start Today» dejó a todos con una sensación de euforia y esperanza.

El espectáculo culminó con un masivo stage diving, un testimonio de la conexión visceral entre la banda y el público. Civ, Walter Schreifels, Arthur Smilios, y Luke Abruzzese se mostraron visiblemente emocionados e incrédulos ante la fuerza mancomunada del público chileno. La noche fue un recordatorio de que el hardcore punk está más vivo que nunca en Chile, y que la comunidad sigue unida a través de la música y la pasión compartida. Es más, ver los rostros y cuerpos golpeados, pero felices de haberlo dado todo, hará que esta fecha sea recordada como una velada festiva, donde la música y la comunidad se unieron en una celebración inolvidable, dejando una huella profunda en los corazones de todos los presentes. ¡Una noche que, sin duda, quedará grabada en la historia del punk local!

Setlist Gorilla Biscuits:
New Direction
Stand Still
Degradation
Forgotten
Things We Say
High Hopes
Good Intentions
Big Mouth
No Reason
Why Sitting Round at Home (Buzzcocks cover)
Biscuit Power
Hold Your Ground
First Failure Do Something (CIV cover)
As One (Warzone cover)
Time Flies
Minor Threat (Minor Threat cover)
Breaking Free
Cats and Dogs
Start Today

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