“Quiero encontrar ese lugar donde conectamos tan bien”. En medio del complejo panorama mundial a raíz de la expansión del COVID-19, una de las frases que Gepe canta en su nuevo single, “Calle Cima”, nos devuelve la nostalgia y la mezcla con la contingencia que nos ha obligado a distanciarnos de quienes queremos. Con este estreno, ya disponible en todas las plataformas, el músico chileno nos entrega otra pista de su nuevo y esperado álbum 2020.
Luego de “Prisionero” y el comentado lanzamiento de “Timidez”, en que comparte créditos con la mexicana Natalia Lafourcade, el músico chileno recurre a imágenes cotidianas en tiempos de encierro para adentrarse en el soul desde su particular y ecléctica mirada. El resultado es un sencillo que viene a demostrar una vez más las habilidades compositivas del artista, que para esta canción, se propuso derechamente acercarse al pop adulto con una impronta vintage que a juicio del propio Gepe hace guiños a artistas tan diferentes entre sí como John Mayer o Miguel Bosé.
La canción, cuya producción estuvo a cargo del argentino “Cachorro” López, se suma a los mencionados adelantos de su octavo álbum de estudio y, en palabras del propio artista es un tema que se fue construyendo de a poco y que relata una búsqueda permanente: “la letra es un puzzle, no hay una historia que se esté contando, sino que son imágenes que escribí en diferentes momentos e incluso en diferentes lugares geográficos, y que apuntan a lo que dice el coro: la necesidad de encontrar un lugar, un lugar en que todas esas letras se unan, un lugar en que quien habla en esa letra se encuentre de una buena vez”.
Un desafío de introspección en tiempos de aislamiento. “Yo creo que hacer música en este contexto es lo más adecuado, es lo necesario”, dice Gepe sobre el complicado escenario que recibe el estreno de “Calle Cima”, con medidas que han obligado a gran parte del mundo al confinamiento. “Todos estamos enfrentando un problema transversal, súper importante, súper básico, que nos conecta con un montón de cosas esenciales. Nos lleva a un lugar profundamente sensible, que tiene que ver con nuestra seguridad, con nuestra salud, que nos llena de miedo, que nos llena de una emocionalidad súper básica… El miedo a morir es un miedo casi primitivo, y la música por supuesto que se conecta con esa raíz del ser humano, con sus sentimientos más básicos”, señala el artista.