Frank’s White Canvas en La Batuta: Esto recién comienza, señores
6 de julio 2018.

Por Francisca Neira.
Fotografías por Víctor Santibáñez.

Chile es un país sumamente prolífico en cuanto a música se refiere. La cantidad de bandas, solistas y estilos que colman la escena nacional es enorme. Y no solo en la capital sino a todo lo largo de esta delgada franja de tierra. Aún así, a veces pareciera que el circuito de bares y recintos destinados a recibir las presentaciones en vivo de estos exponentes es ocupado por las mismas personas una y otra vez. Bueno, anoche se vivió una notable excepción a esta funesta realidad cuando la mítica Batuta abrió sus puertas para recibir a dos bandas nacionales de corta data, pero de increíble calidad musical e interesantes propuestas sobre el escenario.

Los fuegos fueron abiertos por el cuarteto que debutó en 2015, Nolana, quienes en algo así como 40 minutos supieron subir la temperatura de una Batuta a media capacidad que buscaba ser el refugio predilecto frente al frío que afuera, en la calle, arreciaba. “Corriendo en la Luna” nos transportó automáticamente a una década noventera en la que incluso las melodías más dulces sonaban a rock, aunque de improviso todo en el escenario estalló en distorsión y exceso, ensordeciendo a todos quienes, poco a poco, comenzábamos a llenar el lugar.

La ocasión, por lo demás, fue perfecta para que la agrupación mostrará dos nuevos trabajos: “Como Antes” y “Rapaz”, ambas manteniendo su estilo tan característico que fusiona sonidos latinoamericanos y un rock bastante más duro, muy en el estilo de Faith No More, algo que también se evidencia en su puesta en escena. Los constantes cambios de ritmo y de intensidad en las canciones provocaban giros inesperados en el show que dieron cuenta de la tradición progresiva de la que (en parte) se hacen cargo y que nos mantuvieron atentos e hicieron de la propuesta de la banda liderada por el histriónico Emilio Miranda, una muy interesante y que vale completamente la pena ver.

Tras una pausa de media hora, dos pantallas sobre el escenario se encendieron y comenzaron a proyectar un video con la historia de Frank’s White Canvas y, principalmente, de la travesía que vivieron para llegar a formar parte del cartel oficial del Mad Cool Festival 2018, a realizarse el 12, 13 y 14 de julio en España y en el que se presentarán el mismo día que Pearl Jam, Tame Impala y Kasabian. Con esa notable credencial a cuestas, con dos EP en el bolsillo y el fichaje por parte de TVN records, Francisca Torés y Karin Aguilera se subieron al escenario del recinto ñuñoíno en medio de una intro que sonaba desde la mesa de sonido y que colmaba el ambiente presagiando que algo bueno estaba por ocurrir.

Bullseye” sonó fuerte y nítida en el enrejado escenario y automáticamente puso al heterogéneo público presente a corear a todo pulmón cada frase de una letra que era pronunciada por Karin en un perfecto inglés. La batería de Torés sonaba potente e impregnaba a la presentación una energía particular que trascendía el ámbito puramente musical. Porque claro, las dos integrantes de la banda están plenamente conscientes de su imagen y de que la buena música se potencia cuando es acompañada por una buena puesta en escena. Y de eso, ellas saben y conquistan rápidamente al público haciendo contacto visual con ellos, tocando apasionadamente y, en el caso de Karin, en el micrófono, interpretando gestualmente el contenido de todo su discurso lírico.

La música de Frank’s White Canvas es un pop duro, crudísimo, melódico pero potente a la vez, en el que la dureza de la batería, el clash de los platillos golpeados sin piedad, marcan la pauta de un sonido fuerte que, de todas formas, abre el espacio necesario para que se oiga la increíble voz de Aguilera quien a punta de notas extendidas y falsetes emociona y se contacta con su público. En ese sentido, la influencia del sonido pop rock estadounidense es innegable en la banda: escucharlas es como transportarse en el tiempo a la primera década de este milenio, pero no, estamos en 2018 y el sonido del dúo es actual, interesante y variado. Sí, porque sin miedo del desconcierto, las Canvas pasan de un pop rock melódico a canciones como “Grey Devenir” con tintes que recuerdan al New Wave en la voz y luego a baladas sutiles en las que la voz es solo acompañada por una suave guitarra, esta vez en las manos de Torés, como en “Mad World” y “Secret Garden”.

Conscientes, en todo caso, de que quizá en su debut en La Batuta habría una parte del público que no las conocería, la banda incluyó en su setlist cuatro covers de canciones bastante difundidas en los medios nacionales: “Teenage Angst” de los británicos Placebo, “Beat It” del rey del pop, Michael Jackson, “House of the Wolves” de los estadounidenses My Chemical Romance y «Chandelier» de SIA, cuatro canciones que hicieron vibrar a los presentes, fans o no.

En síntesis, se sabe que en Chile nunca falta la creación artística y musical, particularmente. Ponerle atención a estas nuevas bandas, de gente joven y que no tienen nada que envidiar a nadie, en cuanto a calidad se trata, es casi un deber para los amantes de la música, ya que la renovación depende de todos y es un pilar fundamental para que este circuito se mantenga con vida y sano por mucho tiempo más.

Setlist:
Intro
Bullseye
Héctor
Grey Devenir
Teenage Angst
Wake Up
Beat It
Good Enough
Be Quiet
Let it Go
House of the Wolves
Best One Yet

Encore:
Mad World
Secret Garden
Chandelier
Good Rebel

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