Flogging Molly en Blondie: Brindo por mis amigos
10 de octubre 2018.
Por Sebastián Allende.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
El punk siempre se ha tratado mucho más que de un sonido establecido, sino que siempre ha tenido relación a vivir la vida con una actitud. A lo largo de los años, este particular estilo musical ha mutado y se ha nutrido de decenas de colores lo que lo ha ayudado a persistir en el tiempo y al mismo tiempo a crecer. A mediados del siglo XIX una ola de hambre azotó a Irlanda lo que provocó una migración masiva hacia Norteamérica que transformó y evolucionó a muchas ciudades como Boston, Los Ángeles y Nueva York, por nombrar a algunas. Como resultado de esta migración, el contexto musical de dichas plazas incorporó elementos de sus orígenes lo que influyó en el sonido de varios estilos que se interpretaban. Gaitas, mandolinas, banjos y acordeones se hicieron comunes junto a las notas del punk, lo que ayudó a cimentar el estilo que hoy se conoce como Celtic Punk.
Una de las bandas más populares y fiel representantes de esta música son los Flogging Molly, quienes formados en 1997 en Los Ángeles por el vocalista Dave King, músico nacido en Dublín, nos visitaron este miércoles 10 de octubre en Blondie para entregarnos lo mejor de su carrera artística que ya recorre dos décadas de vida, 6 álbumes de estudio y con su más reciente trabajo titulado Life Is Good el que fue lanzado el año pasado.
La cerveza, compartir con los amigos y un ambiente fiestero se tomaba este clásico recinto de Santiago tal como si fuera una versión nacional de la particular celebración St. Patrick’s Day. Los encargados de dar comienzo al show serían los nacionales de La Fiesta del Diablo, quienes a las 20:15 horas subieron a escena para entregarnos lo mejor de su trayectoria y de sus sonidos multiculturales los que cayeron como anillo al dedo durante la noche, logrando que los presentes disfrutaran de canciones como “No Existe el Fracaso”, “Vendedor de Mentiras”, “Calavera” y “Juan Charrasqueado”, donde saltaron y acompañaron con las palmas a los músicos que recogieron el reconocimiento a la buena muestra musical entregada por los muchachos.
Una vez finalizada la apertura de la noche a cargo de los nacionales, el set derrochado de música embasada (Rancid, Hot Water Music, Face To Face, entre otros) ayudaba a los presentes a no hacer tan larga la espera y aprovechar los momentos que fueran necesarios para abrir una cerveza más para ponerse a tono con la celebración musical que a minutos estaba de comenzar.
Tras una introducción musical a cargo de las notas de “There’s Nothing Left”, la banda comandada por Dave King en voz y guitarra; Bridget Regan a cargo del violín, flauta celta y coros; Dennis Casey en la guitarra y voz; Nathen Maxwell en el bajo y voces; Matt Hensley en el acordeón; Bob Schmidt en la mandolina, banjo y guitarra; y cerrando un correcto Mike Alonso a cargo de la batería. King alza al cielo una cerveza Guinness y nos sumergen de lleno en el mundo de los Mollys con “(No More) Paddy’s Lament” y “The Hand of John L. Sullivan”, canciones rápidas y melódicas que invitan a pasarlo bien, a bailar, saltar y celebrar en cofradía.
“Gracias Santiago” fue la primera de las intervenciones de Dave durante una noche en que nos contara su “molestia”, debido a que en su presentación pasada en Buenos Aires (ocurrida la noche anterior) no existía cerveza para todos los presentes. Posterior a levantar su birra al cielo y al grito de un salud al unísono, nos golpearían de lleno con una de las canciones más conocidas de esta agrupación “Drunken Lullabies”. Un verdadero himno de “borrachos” que es la síntesis exacta de cómo suena esta banda.
Pero no solo la fiesta es lo que se siente en un show de Flogging Molly, hay momentos en donde la guitarra acústica toma más protagonismo como lo fue en las canciones «Float», «Life Is Good», tema que fue dedicado a la madre de Dave, y en «If I Ever Leave This World Alive», canciones donde se nota una veta más folk en las que el mensaje cercano a la conciencia social y política se hace presente con una raíz sonora bien norteamericana y que ameritan una escucha; para tomar en cuenta sobre la versatilidad de esta agrupación.
Tras más de 19 canciones que nos hablan de fiesta, de historias de alcohol, de conciencia social, del orgullo de la clase, de la amistad y el positivismo, estos verdaderos magos verdes se despiden de todos al compás de “Salty Dog”, y con la música bien en alto y con el ambiente de fiesta y buena onda dominando la Blondie. No queda más que abrir una cerveza más y dejarse llevar por los sonidos que cruzan los océanos y que en menos de 3 minutos nos invitan a hacer ¡salud!
Setlist:
No More) Paddy’s Lament
The Hand of John L. Sullivan
The Likes of You Again
Swagger
The Days We’ve Yet to Meet
Requiem for a Dying Song
Life in a Tenement Square
FloatThe Spoken Wheel
Black Friday Rule
Life Is Good
Rebels of the Sacred Heart
Devil’s Dance Floor
If I Ever Leave This World Alive
What’s Left of the Flag
Seven Deadly Sins
Encore:
Crushed
Salty Dog
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