Por Jaime Farfán.
El asunto es así. Fatboy Slim se encontraba en la cima de su carrera. El DJ británico, llamado realmente Norman Cook, había abandonado sus principios en el indie por las pistas de baile, dominándolas armado con dos tornamesas Technics 1200 y su mejor selección de vinilos. Su nombre fue la alternativa más obvia cuando Channel 4, que organizaba un campeonato de cricket en la ciudad natal del músico, Brighton, tuvo que escoger algún artista para animar un escenario en la playa. La fiesta fue un éxito rotundo. Las autoridades locales desconocían el arrastre de la música electrónica y no se esperaban los beneficios en la economía local, y la buena onda de los locales ayudó a que todo ocurriera sin incidentes. Un carrete con tu gente, a la orilla del mar y animado por el hijo ilustre de la ciudad ¿por qué no repetirlo el próximo año? ¿qué podría salir mal?
Fatboy Slim: Right Here, Right now, es un documental del 2023 donde el director Jak Hutchcraft recopila los hechos alrededor del Big Beach Boutique II, como fue conocido el día 13 de julio del 2002, donde el DJ Norman Cook convocó a más de 250.000 personas a bailar a la playa de Brighton, llevando a la ciudad a un colapso total. Superando casi cuatro veces la cantidad de gente esperada, el evento, que fue gratuito, pilló a las autoridades totalmente desprevenidas, con consecuencias que duran hasta el día de hoy. Para nuestra suerte material audiovisual hay de sobra, el concierto fue retratado en una excelente grabación en vivo, apoyando el relato de un documental que resulta entretenido, rápido y animado, que te conecta con los lados buenos y malos de uno de los conciertos más importantes de la historia, y tal vez la última gran rave de todas. Por eso, resultó ser una de las opciones más atractivas dentro de la parrilla del festival In-Edit de este año.
Para contextualizar el director cuenta con testimonios de primera mano. Obviamente el protagonista, Norman Cook, participa en gran porción de la película, y el mánager del DJ, Gary Blackburn, encargado de la organización del evento. También participa la encargada de eventos públicos por parte del gobierno local, el jefe de policías, algunos miembros del staff, y hay varias declaraciones por parte de asistentes y ravers, que relatan de primera mano como una noche de fiesta y caos, les marcó por el resto de sus vidas. Animada por la música del DJ, la cinta es dinámica y atrapante, además de que la historia, que se va desarrollando en orden cronológico, guarda sorpresas hasta el final.
El documental parte relatando los inicios de Cook, y como pasó de cantar armonías junto a The Housemartins, a mezclar vinilos en las fiestas de sus amigos. El DJ británico inicia su carrera en medio de una cultura rave pujante y en la cresta de la ola del consumo de éxtasis, es decir, un público sediento por bailar y pasarla bien. Por eso, la colección de vinilos que Norman llevaba mucho tiempo atesorando empezó a sonar en pistas de baile cada vez más grandes, transformándose en uno de los mejores exponentes del Big Beat. Aparece Carl Cox a dar testimonio de lo agitado del ambiente rave en esos años, además de los actores Simon Pegg y Nick Frost, de la sitcom Spaced, quienes hablan de la importancia de la electrónica para la juventud británica de los noventa.
Pronto la fama de los DJ es imparable, llenan arenas y estadios sin dificultad, y son considerados superestrellas. Todo esto consecuencia de una época de fuerte represión contra la cultura rave que impulsó el gobierno británico, ahogando las fiestas underground. Cuando los eventos gratuitos y espontáneos se van haciendo cada vez más raros, el anuncio de que Fatboy Slim volvería a la playa de Brighton para repetir el éxito de la fiesta del campeonato de Cricket, la voz se esparció rápidamente por la juventud y los ravers del país. Nadie imaginó tal éxito, recuerda una de las organizadoras en el documental “Es solo un DJ, no son The Beatles”, le responden al manifestar su preocupación por la creciente popularidad del evento. De todas maneras el fenómeno no se logrará detener.
El éxito de la cinta radica en que logra sumergirte algunos minutos en aquella tarde en Brighton, con la playa repleta de personas, con varias limitaciones pero una vibra de unión, una felicidad contagiosa. Las consecuencias, un muerto, decenas de heridos, varios presos, y una acumulación de basura que costó semanas retirar, hicieron que Big Beach Boutique II fuera el último evento gratuito en Inglaterra, y modificaron las exigencias mínimas de seguridad para desarrollar instancias así a nivel mundial, para siempre. No obstante con el tiempo todas las heridas sanan, Fatboy Slim regresó el 2022 a la misma costa, para cerrar el ciclo. Al final es innegable que fue un hito generacional, y al ver como brillan de alegría los ojos de los asistentes entrevistados, dan unas ganas tremendas de haber estado ahí.