El dúo chileno radicado en España presenta su single debut que va un viaje sensorial hacia un territorio desconocido y enloquecido.
‘Territorio de Delirio’ es el primer single con el que Emilia y Pablo se presentan en sociedad. Este dúo chileno que lleva años trabajando en el teatro en España ha llevado sus inquietudes artísticas a la música, donde ha pisado escenarios de ciudades como Berlín, Barcelona, Marsella o Madrid, pasando por su punto de origen, Santiago de Chile, donde han compuesto algunas composiciones y llamando la atención en especial del circuito español entre ellos el sello Madame Vodevil, su actual casa discográfica.
Con una capacidad innata para fusionar la música latinoamericana de sus raíces con los sonidos del mundo, esta suerte de Maria Arnal i Marcel Bagès en versión andina tiende un puente entre continentes, con el objeto de entender la música desde una percepción más amplia, sensible y empática.
A lo largo de los seis años que ya llevan en Madrid, Emilia y Pablo han alumbrado un folk contemporáneo con ecos flamencos que se desarrolla a caballo entre el mundo actoral y la música. Cada uno de sus directos es una experiencia casi ritual, un tour emocional y simbólico en el que nos dirigen valiéndose de sus voces y sus cuerpos. Por eso, ‘Territorio de Delirio’ no es solo una canción o un videoclip. Es un producto complejo y completo en el que convergen diferentes lenguajes artísticos: música, teatro, cine, expresión corporal y artes visuales.
«Territorio de Delirio» es también el nombre con el que han bautizado su primer disco, que verá la luz en 2021, bajo la producción del insigne Diego Galaz, responsable de trabajos para La M.O.D.A., Quique González y alma mater de Fetén Fetén, Diego ha compartido estudio con Joaquín Sabina y acompaña en directo a músicos de la talla de Jorge Drexler, Quique González o Ismael Serrano, entre muchos otros. La grabación se llevó a cabo en el estudio Superaudiomatic con José María Rosillo (Amaral, Duncan Dhu, Christina Rosenvinge) como ingeniero de sonido, y las percusiones corrieron a cargo de Martin Bruhn (Andrés Calamaro, Depedro), encargándose del contrabajo el destacado Yerik Núñez.