Por Jorge Fernández.
El 2015 fue un año intenso y emotivo para Jorge González. En febrero sufría un inesperado accidente cerebrovascular que dejaba con el alma en un hilo a sus fanáticos eternos. En noviembre, después de una afanosa recuperación, logró renacer de las cenizas y lo hizo con todo, pues aún no terminaba dicho mes cuando en medio de un Movistar Arena repleto, tuvo su retorno en gloria y majestad junto a músicos y amigos que han estado siempre junto a él. Álvaro Henríquez, Roberto Márquez, Beto Cuevas y Juanita Parra son solo unos pocos referentes que se hicieron presente esa noche en compañía de la banda base del ex Prisionero entre los que se cuenta a Gonzalo Yáñez y Pedropiedra.
Tener un registro audiovisual de este masivo concierto era la idea en primera instancia, pero el hambre era mayor y la admiración dio paso a la creación de un documental más completo, donde se incluía parte de su vida: de su ayer y de su hoy. Retazos de memoria y voces externas de su presencia y devoción constante, “El viaje de vuelta” nos hizo recorrer, en aproximadamente 60 minutos, todo lo que significa ser una estrella de una gran envergadura nacional e internacional.
Si hay algo que tiene Jorge González es que dice lo que tiene que decir, aunque no siempre sea el momento para hacerlo. Eso lo ha hecho transparente y creíble. Un ser de verdad. Por eso no tiene problemas en sentenciar que la humanidad está en crisis desde hace unos 5.000 años o que en algún momento se sintió como ídolo y héroe a la vez, algo así como un híbrido del Pollo Fuentes y de Víctor Jara en un cuerpo único.
Con un recorrido que parte con La Voz de los 80 (1984) y termina con el concierto de despedida en “La Cumbre del Rock Chileno” a inicios de este año, el documental va descascarando fragmentos de la vida de un artista equiparado por muchos con la Violeta y con el propio Víctor Jara.
Si bien, este trabajo recopilatorio no marca precedentes novedosos ni inéditos sobre la vida del cantante, si es una pieza única al incluir trozos creativos de González que, muchas veces, no se toman tan en cuenta, como su paso por la cumbia electrónica, el dance y los beats altisonantes, cantando en inglés, con un teclado o una guitarra, con su voz aguda o su voz más pastosa. Todo estaba allí, en medio de “Pa Pa Pa”, de “Una Casa en un Árbol” o de “La Cumbia Triste”.
El registro incluye también las reversiones de sus canciones interpretadas por grandes músicos nacionales entre las que destacaban “Tren al Sur” por Roberto Márquez, “Sexo” por Pedropiedra, “No Necesitamos Banderas” con las baquetas en las manos prodigiosas de la baterista de Los Jaivas, Juanita Parra o “Estrechez de Corazón” en la voz del Ex vocalista de La Ley, Beto Cuevas.
Dicen que Chile es un país que tiende a equilibrar para abajo el talento, por lo que los grandes artistas se aburren al estar permanentemente tocando una tecla distinta a la que suelen tocar los otros. Por eso se desesperó la Violeta y se ocultó en un lugar desconocido y por eso mismo también lo hizo Jorge González buscando inspiración en Norteamérica y Europa. La buscó, la encontró y la trajo consigo y aquí está nuevamente. No como antes, pero sí como hoy.
Dicen también que “Nada es para Siempre”. El propio González lo dice de hecho, aunque tal afirmación no es del todo cierta, pues su música, su influencia y su talento están muy lejos de desaparecer en algún momento de nuestras vidas.
La producción se estrena este domingo 5 de noviembre por TVN, en la espera, les dejamos el trailer: