Banda invitada: La Ciencia Simple
8 de septiembre 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Marcelo González.

Heráclito de Éfeso, conocido como el «filósofo del cambio», postulaba que la realidad es un flujo constante, una visión sintetizada en su famosa frase «todo fluye». Para Heráclito, el mundo no es estático; todo está en permanente transformación, desde los elementos de la naturaleza hasta la vida humana. El cambio es el principio fundamental del cosmos, y nada permanece igual. Su célebre metáfora del río ilustra este concepto: aunque parezca el mismo, el río siempre fluye con nuevas aguas, de la misma manera que nosotros cambiamos continuamente en cada instante de nuestra existencia.

Y DIIV es una banda que no ha dejado de fluir. No son los mismo que tuvimos la posibilidad de ver allá en un lejano 2015. Han cambiado de integrantes, han sacado nuevos discos, han mutado su sonido y, por ende, su existencia. Desde aquel ya lejano Oshin, del 2012, al Frog in the boiling wáter, placa de este año y motivo de esta nueva visita de los norteamericanos conformados por la mente maestra de Zachary Cole Smith (vocalista, guitarra), acompañado por Andrew Bailey (guitarra), Colin Caulfield (bajo, guitarra, teclados) y Ben Newman (batería), generaba muchas expectativas.

De una banda con un sonido bien indie rock a la complejidad sonora que los caracteriza en la actualidad, con elementos del shoegaze, el post rock, pero también con una densidad e ironía en las letras y videos, lo que ha ampliado su base de seguidores en todo el orbe. Es a raíz de esta cercanía a otros sonidos que, los locales de La Ciencia Simple abrieron el concierto de DIIV en el Club Chocolate con una actuación que logró capturar la esencia de la introspección y la sutileza emocional que caracteriza a la banda.

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Con «Ecos», la atmósfera comenzó a tejerse lentamente, construyendo una sensación de inmensidad sonora, donde cada nota parecía resonar en lo más profundo del espacio. «Pájaros Negros» trajo una oscuridad latente, con una melodía que evocaba paisajes melancólicos, mientras «Cruz del Sur» se alzaba como un canto nostálgico, lleno de simbolismo y belleza. «Magnolia» fue una de las joyas de la noche, su delicadeza y estructura instrumental envolvieron al público en un viaje emocional. Finalmente, «Noisetalgia» cerró su set con una mezcla de nostalgia y ruido, un final que dejó a todos expectantes para lo que vendría con DIIV.

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Lo de los formados en Brooklyn fue lisa y llanamente, perfecto. Con un complemento de videos que entre canción y canción, de manera irónica posicionaban a DIIV como un gran bálsamo de autoayuda, de apoyo, sustentabilidad y también de avance tecnológico, el show fue subiendo en intensidad y desarrollo. También es importante relevar el posicionamiento político que tiene una banda que, de buenas a primeras, uno podría pensar que su foco es otro. Decimos esto puesto que al momento de recibir una bandera de Palestina, los integrantes entendieron el mensaje, la colocaron en el sitial que se merece e hicieron breves pero certeras a alocuciones ante lo que está sucediendo tan lejos de nuestra patria, pero simbólicamente tan cerca nuestro, sabiendo que a cuadras del recinto, se ha situado históricamente la diáspora más grande de palestinos del planeta.

La velada comenzó con «In Amber», una pieza melancólica que desde sus primeras notas resonó con un eco de incertidumbre, un himno desde el abismo. Perteneciente a su álbum Deceiver, la canción se despliega como una reflexión sobre la transitoriedad y el peso de las decisiones, una lucha interna entre el querer escapar y la realidad de estar atrapado en el tiempo. «Like Before You Were Born» siguió, y su atmósfera envolvente nos llevó a un lugar donde el pasado y el presente colisionan. Esta canción, también parte de Deceiver, es un recordatorio de que el tiempo nunca se detiene, pero que las heridas del pasado siempre dejan su huella.

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El pulso cambió con «Brown Paper Bag», un tema crudo de Is the Is Are, que nos sumergió en un mar de confusión y adicción, una historia de autoengaño narrada con una calma inquietante. El público se vio reflejado en sus letras, en esa fragilidad que nos recuerda cuán fácil es perder el control. Luego, «Under the Sun» fue un destello de esperanza. De Is the Is Are, esta canción irradió una luz que atravesó la oscuridad. Sus guitarras, bañadas en reverberación, se elevaron como si buscaran redención, y por un momento, todo pareció más brillante bajo su influjo.

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La instrumental «(Druun, Part II)» ofreció un respiro, un viaje a través de paisajes sonoros llenos de nostalgia y caos, dejando al público en una especie de trance, anticipando el siguiente golpe emocional que llegaría con «Sometime». Este tema, un favorito de Oshin, trajo una descarga eléctrica de angustia juvenil, evocando recuerdos de aquellos días donde todo parecía incierto y, sin embargo, tan lleno de posibilidades. «Soul-net» y «Frog in Boiling Water» volvieron a Deceiver, transportándonos a un espacio donde el dolor y la desesperación se entrelazan, un espacio donde las relaciones se desmoronan y el sentido de uno mismo parece desvanecerse lentamente.

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El momento de «Take Your Time / Taker» nos envolvió en una especie de meditación introspectiva, antes de que «Reflected» nos condujera a una experiencia casi onírica. Ambos temas fueron una montaña rusa emocional, donde la espera y la liberación se mezclaban de manera vertiginosa. «Somber the Drums» y «Between Tides» fueron un recordatorio del dominio de DIIV en la creación de paisajes emocionales que se sienten universales y profundamente personales al mismo tiempo. Mientras que «Blankenship» y «Acheron» cerraron la primera parte del set con un poder devastador, llevando al público al límite de sus emociones. Estos temas, de Deceiver, exploran la vulnerabilidad en su estado más puro, un llamado a confrontar los demonios internos.

El encore comenzó con «Healthy Moon», una joya de Oshin que ofreció una pausa antes de la tormenta. «Raining on Your Pillow» fue un susurro de alivio, un bálsamo para las heridas abiertas por las canciones anteriores. Y luego, llegó «Horsehead», con una energía que reavivó al público, preparando el terreno para el clímax final.

«Doused» fue la erupción final, un momento en el que todo el peso de la noche culminó en una explosión de ruido y emoción. Este tema de Oshin siempre ha sido un grito visceral, y anoche no fue la excepción. Las guitarras se alzaron como olas en una tormenta, y en ese instante, todos en el club se sumergieron en la catarsis que solo DIIV puede ofrecer. Fue una noche en la que las emociones más profundas encontraron su eco en cada acorde, cada palabra, cada silencio.

Setlist La Ciencia Simple:
Ecos
Pájaros Negros
Cruz del Sur
Magnolia
Noisetalgia

Setlist DIIV:
In Amber
Like Before You Were Born
Brown Paper Bag
Under the Sun
(Druun, Part II)
Sometime
Soul-net
Frog in Boiling Water
Take Your Time / Taker
Reflected
Somber the Drums
Between Tides
Blankenship
Acheron
Encore:
Healthy Moon
Raining on Your Pillow
Horsehead
Doused

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