21 de marzo 2023.

Por Pablo Pavez.
Fotografías por Javier Martínez.

Devendra Banhart siempre vuelve a Sudamérica, es la sangre, podríamos decir. De madre venezolana y padre estadounidense, y con más de 14 años viviendo en el país llanero en infancia y adolescencia, tiene mucho más que una mezcla de acentos: la multiculturalidad vive en él. Porque sus inicios musicales en San Francisco nunca dejaron de lado su esencia latina, de hecho una de sus mayores referencias están en el tropicalismo brasilero de los 60 y 70, mezclado con Folk y un sin fin de ritmos que lo han hecho ser comparado con músicos como Atahualpa Yupanqui, Daniel Drake, Manu Chao, Marc Bolan, entre otros. Dando como resultado un surrealismo musical psicodélico folk latin (y un gran etc.) que nunca termina de suceder.

Ayer en Teatro Coliseo dio otra muestra de su poderío “atmosférico”, haciendo que todos quienes no pudieron verlo en Fauna Primavera el año pasado por – qué otra cosa puede ser – covid, puedan asistir de manera gratuita junto a los fanáticos de siempre. Así, los concurrentes entraron en la marea de sus canciones, con un telón de fondo con olas que reventaban en playas y roqueríos, llevando el ritmo de la presentación. Un trance que comenzó con clásicos como “Mi Negrita” y recorrió en su mayoría los mean-dros de sus discos Mala y Ape in Pink Marble, con “Für Hildegard von Bingen”, “Golden Girls”, “Fancy Man” y “Fig in Leather” como principales estaciones.

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“Cuando llegué a Santiago me llamó la atención un graffiti; porque solo hay un graffiti en Santiago” partió diciendo con una ironía que saco risas en la gente. “Decía: extrema ternura. Extreme tenderness” y lo acompañó con una onomatopeya que explotó su ca-beza: “Puum”. Y no es raro en él, porque mientras bailó, interactuó y cantó en el escenario fue esa exactamente su proyección, una ternura musical que invitó a sumergirse en el mundo Devendra. Aunque intentó sacarse sus clásicas canciones de encima tocando “2 segundo de cada una, para que se queden tranquilos”, igual dio en el gusto a todos con una presentación líquida, que se amoldó a lo que el público pedía. Sobre todo porque ese lapsus de “Santa Maria de Feira” y “Quédate luna” bastaron para saciar la sed de los ansiosos.

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Un punto alto de la noche fue su extracto de “Luchín” de Víctor Jara, que fruyó como si fuera una creación suya, demostrando por qué es, además de un gran cantautor, un intérprete fuera de serie, llenando de flores esa pieza del artista chileno. Sus músicos no quedan fuera de esto, quienes son claves en lo que provocan sus presentaciones, mostrando una íntima conexión el uno con el otro. Para muestra un botón cuando sonó el cover de Madonna “Don’t Tell Me” en la voz de la tecladista, que logró navegar una versión Banhart de alto caudal.

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Siempre es una buena noticia que Devendra Banhart venga a Chile, un músico que transporta y logra transmitir sin pretensiones esa espiritualidad que tanto profesa y, lo más importante, sin los vacíos de ese mundo, solo con lo que sabe hacer: música. Él mismo lo dijo, le encanta venir a Chile, y afortunadamente eso queda a la vista. Esperemos que la marea lo vuelva a traer pronto por estas tierras. Ah, obviamente, terminó con “Carmensita”, haciendo que todos se vayan flotando a sus casas, o a donde sea que fueron.

Setlist:
Mi negrita
Take a Page
Für Hildegard von Bingen
Love Song
Baby
Golden Girls
Daniel
Don’t Tell Me (Madonna)
Kantori Ongaku
Never Seen Such Good Things
Fancy Man
Fig in Leather
Let’s See
Abre las manos
Quédate luna
Luchín (Víctor Jara)
Celebration
Guillermina
Carmensita