9 de diciembre 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

El 2024 ha sido un año memorable para los amantes del hardcore y el punk en Chile. Desde la intensidad de Bane, la brutalidad de Arkangel, el crudo poder de Madball, la energía desbordante de Turnstile, hasta la emotividad melódica de The Get Up Kids, la escena local ha vibrado como nunca. Cada tocata reforzó los lazos de comunión y unidad dentro de una comunidad que, lejos de fragmentarse, parece más sólida que nunca. En ese contexto, cerrar el año con dos pilares del punk californiano como Circle Jerks y Descendents fue el broche de oro. Son bandas que han moldeado generaciones, influenciando a innumerables músicos y ofreciendo himnos que han trascendido décadas. No exageramos al llamarlas «las bandas favoritas de tus bandas favoritas».

El show comenzó con la explosión de energía característica de Circle Jerks. Desde sus primeros acordes, quedó claro que esta sería una noche para recordar. Keith Morris, con su peculiar estilo locuaz y cercano, no solo lideró a la banda con su energía desbordante, sino que también se tomó el tiempo para relatar anécdotas y detalles que contextualizaron la formación del sonido hardcore punk en California. Su narrativa no fue solo entretenida, sino también un recordatorio del lugar crucial que ocupa esta banda en la historia del género. El hombre tiene 69 años y sigue batallando contra todo lo establecido.

null

La noche comenzó de manera frenética con «Deny Everything», un clásico de menos de un minuto que encapsula el ethos directo y sin concesiones de la banda. Morris, con su presencia magnética y voz inconfundible, se dirigió al público desde el primer momento, marcando un tono de complicidad y nostalgia. Le siguió «Letterbomb», incendiando el ambiente y dejando claro que el paso del tiempo no ha apagado la furia ni la precisión de la banda. El setlist fue un recorrido por la historia del hardcore punk, con temas emblemáticos como «Wild in the Streets» y «Moral Majority», que resonaron tanto por su contenido político como por su energía abrasiva. El público no dejó de corear y hacer pogo, especialmente en momentos cumbre como «I Just Want Some Skank» y «Beverly Hills», donde la conexión entre banda y audiencia se sintió casi palpable.

null

Uno de los momentos más memorables llegó con «When the Shit Hits the Fan», donde el ritmo más relajado permitió un breve respiro antes de regresar a la intensidad habitual con canciones como «Trapped» y «Coup d’État», esta última un recordatorio de la capacidad de la banda para capturar la ira y el descontento social en menos de dos minutos. La recta final del concierto fue una descarga de adrenalina con himnos como «Live Fast Die Young», «World Up My Ass», y el inolvidable «Wasted», un tema que encapsula el nihilismo y la rebeldía juvenil que definieron a toda una generación. La ejecución de «Red Tape» y «Question Authority» cerró el espectáculo con una fuerza arrolladora, dejando a la audiencia extasiada y acalorada en el Teatro ubicado en calle Rosas.

Ese intertanto entre show y show permitió que nos encontráramos con antiguas y nuevas amistades, ir al baño, tomar un poco de agua dado el calor que nos abrazaba en la ya casi veraniega tarde noche santiaguina, y también para ir a hacer alguna compra del merch establecido.

Entre intentos de avalanchas y el resguardo en las medidas de seguridad correspondientes – un clásico en la escena, por cierto -, pasadas las 21:00 horas, Milo Aukerman, Bill Stevenson, Karl Alvarez y Stephen Egerton saltaron a escena. Descendents es una banda que siempre ha tenido una conexión especial con el público latinoamericano. Su mezcla de desamor, humor y crudeza encaja perfectamente en una región donde las emociones intensas son parte del día a día. Con un setlist cargado de clásicos y una ejecución impecable, la icónica banda de punk rock demostró por qué, después de más de cuatro décadas de carrera, siguen siendo referentes del género.

null

Arrancaron con «Feel This», marcando desde el primer acorde una conexión instantánea con un público que no dejó de corear. Temas como «Hope» y «Silly Girl» evocaron una ola de emociones, transportando a los asistentes a la crudeza emocional de su juventud. La velocidad y el humor característico de la banda se hicieron presentes con himnos como «I Wanna Be a Bear» y la brevísima pero contundente «Weinerschnitzel», que desató una ola de pogo en las primeras filas. El repertorio fue un recorrido por su vasta discografía, destacando cortes de álbumes esenciales como Milo Goes to College (1982) y Everything Sucks (1996). «Clean Sheets» y «Everything Sux» resonaron como declaraciones de identidad para muchos fans que han hecho de estas canciones su banda sonora personal. La explosión de energía continuó con piezas emblemáticas como «Victim of Me», «Nothing With You», y la veloz «Coffee Mug», un recordatorio de la pasión por lo simple que caracteriza a la banda.

null
null

El carisma de Milo Aukerman como vocalista fue un punto alto de la noche, alternando entre bromas rápidas y una entrega vocal sin fisuras. Bill Stevenson, en la batería, y Karl Alvarez, en el bajo, mostraron su habilidad para mantener la base rítmica sólida que caracteriza el sonido del grupo, mientras que Stephen Egerton, en la guitarra, dio vida a los riffs rápidos y melódicos que hicieron saltar a la audiencia. El cierre del set principal, con clásicos como «I’m the One» y «Bikeage», culminó en un emotivo «Thank You» que parecía dirigido tanto al público como a la propia música que los ha mantenido unidos todos estos años. El encore fue una celebración pura. Canciones como «Good Good Things» y «Suburban Home» mantuvieron el ambiente electrizado, mientras que «Catalina» cerró la noche con una energía contagiosa, dejando a los asistentes pidiendo más.

null
null
null

«¿Seguiré corriendo? ¿Seguiré soñando en grande? ¿Seguiré queriendo cantar mis canciones cuando sea viejo?» Son frases que Milo se pregunta en “When I Get Old” y con orgullo podemos decir que sí. Nuevas generaciones que se suman a este compromiso con la actitud punk. Viejas generaciones que, con orgullo se muestran coreando cada letra, simulando guitarras o baterías de aire, o simplemente con un puño en alto, siguen de pie y seguirán estando de pie.

El punk es una pira de fuego incombustible que una vez que toca nuestros corazones, jamás se olvida. Muere y renace con cada derrota. Con cada minúscula victoria. Somos lo fértil dentro de lo yermo. Y tener a Circle Jerks y Descendents en escena, con sus más de cuatro décadas de trayectoria, nos hacen creer que todavía es posible resistir, con orgullo, con pasión y, sobre todo, con consecuencia.

Setlist Circle Jerks:
Deny Everything
Letterbomb
In Your Eyes
Stars and Stripes
Back Against the Wall
Behind the Door
I Just Want Some Skank
Beverly Hills
When the Shit Hits the Fan
Under the Gun
Trapped
Coup d’état
Wild in the Streets
Moral Majority
Don’t Care
Live Fast Die Young
Paid Vacation
Junk Mail
Parade of the Horribles
I, I & I
Leave Me Alone
I Don’t
Beat Me Senseless
World Up My Ass
Wasted
Operation
High Price On Our Heads
Red Tape
What’s Your Problem
Question Authority

Setlist Descendents:
Feel This
Hope
Silly Girl
I Wanna Be a Bear
Clean Sheets
Everything Sux
Nightage
Victim of Me
Nothing With You
I Like Food
Rotting Out
Myage
Pop
Van
On Paper
I’m Not a Punk
‘Merican
Weinerschnitzel
When I Get Old
Coolidge
Without Love
Coffee Mug
I Don’t Want to Grow Up
I’m the One
Bikeage
Thank You
Smile
Good Good Things
Kabuki Girl
Grudge
Suburban Home
Catalina

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<