Por Francisco Aguilar A.
Vevar es un músico nacional oriundo de la ciudad de Valdivia. Comenzó su carrera a muy temprana edad y participó en varias agrupaciones. En el 2014 lanzó su primer disco Uno presentando luego Gris (2016) y Gotas del año 2018. Su estilo musical, donde conjuga el pop con potentes toques de rock, ha sido catalogado por la crítica especializada como un trabajo “diferente” dentro del espacio del rock-pop nacional, mientras que las redes sociales han sido la vía por la que su trabajo se ha llenado de elogios de parte del público.
Pudimos conversar con Vevar. Todo el detalle a continuación:
Vevar, gracias por tu tiempo. Para iniciar esta entrevista, nos gustaría saber: ¿Cómo nace la idea de dedicarse a la música?
La verdad es que desde muy niño he estado ligado a la música en diferentes proyectos, y desde muy joven comencé a componer mis propios temas. El año 2014 sentí una necesidad muy urgente de producir y formalizar esos trabajos que hasta ese momento, solo sonaban en guitarra/voz, aunque las ideas y el resultado potencial estaban incrustados en mi mente generando a esa altura la incomodidad de su existencia a “medias”. En principio, la idea era solo formalizar, pero fue tan increíble el proceso, y a mi juicio tan bueno el resultado, que una vez iniciada esta etapa simplemente no pude parar. Para mí los días que paso en un estudio de grabación deben ser de los más felices y completos, y esa emoción y esa adrenalina se vuelven casi una adicción.
¿Cómo definirías tu propuesta musical?
Yo creo que mi música es simple, clara, muy directa y sin ningún propósito grandilocuente. Hago lo que me nace hacer con cada tema sin buscar conectores o coherencias complejas, tomo decisiones con honestidad respecto de lo que me gusta y de lo que siento que es correcto, muchas veces me inclino por el pop y en otras aparece también con fuerza el rock. Quizás por todo lo anterior, un comentario que se repite entre los analistas y la audiencia es que mi música como un todo es dificil de clasificar o encasillar, y eso me parece bien. Tengo el juicio de que mi música es pagajosa, muy transversal, y puedo asegurar que está desarrollada con mucha pasión y con una obsesión por los detalles que solo quienes han trabajado conmigo podrían corroborar.
¿Cuáles reconoces como tus principales influencias a la hora de componer?
Mi juicio es que el resultado de lo que uno hace muy probablemente es la mezcla honesta y ecléctica de todo lo que te ha tocado escuchar y disfrutar (musicalmente hablando). En ese sentido, se cruzan por mi cabeza dos grandes vertientes, por un lado, todo el rock argentino desde los 70s en adelante (Seru Girán, Sui Generis, La máquina de hacer pájaros, Spinetta, Charly García, Pedro Aznar, Gustavo Cerati, entre tantos y tantos otros) y por el otro lado, el Brit Pop/Rock más contemporáneo (Travis, Radiohead, Coldplay, Keane, Saybia, etc.). En mi caso, además, trabajo con un productor musical (Fernando Julio) que tiene su propia historia, sus influencias, y un gran conocimiento, lo que aporta significativamente en el resultado final.
¿Cómo ves la evolución de tu trabajo desde tu primera producción “Uno”, hasta el día de hoy?
Yo creo que en mi primer disco había mucha ansiedad respecto de lo “desconocido”, y por lo tanto mi participación estuvo siempre modelada por esa emoción. En mi último disco esa variable ya no existía, ya estábamos desarrollando el tercer trabajo con el mismo equipo, y creo que pude entregarme con mayor claridad y seguridad al desafío. Siento personalmente que hay una gran evolución entre mi primer disco y el último. En general, lo anterior es un juicio compartido por la audiencia más cercana. Y yo al menos quedé muy satisfecho.
Eres oriundo de Valdivia. ¿Te ha sido muy difícil dar a conocer tu propuesta musical en todo el país?
Soy muy Valdiviano, creo que siempre voy a seguir viviendo emocionalmente en Valdivia, pero estoy radicado en Santiago hace muchos años. En mi experiencia, las radios y los medios en general son muy receptivos a proyectos nuevos y emergentes, pero el acceso siempre es más expedito a través de empresas de comunicación que hacen esa gestión por ti, servicio que se debe pagar. En general no tengo un cuestionamiento sobre ese mecanismo, finalmente la música es un mercado y sus actores deben poder subsistir en él, de otra forma no existiría mercado. Lo que sí no logro entender, es cómo un artista nacional como yo, que tiene cerca de 400.000 reproducciones en Spotify, que estuvo más de un año en la lista del pop nacional más importante de Spotify, no está en las radios más masivas. Esa es una paradoja que observo con paciencia y mucha humildad.
¿Cómo ves el estado actual de la música chilena?
Tengo una visión que tiene luces y sombras, por un lado, creo que estamos en un minuto en donde la cantidad de proyectos musicales de distintos sabores y estilos es increíble, con un gran nivel y mucho potencial para representarnos y abrir mercado para otros que se asoman. Pero lo que produce cierta “picazón” es que, si miras las estadísticas que entrega Spotify, los chilenos hoy, en un porcentaje abrumador, escuchan trap, reguetón y pachanga. Voy a ser honesto en opinar que los tres movimientos me parecen bastante rudimentarios (desde una perspectiva artística y musical) y por supuesto esa realidad, que es un hecho fáctico, hace que el camino que seguimos músicos en mi estilo sea más complejo. Pero bien. ¡Bienvenida la diversidad!
Respecto a las redes de streaming, sabemos que Spotify ha sido bastante importante en tu carrera, ¿Cuál es tu visión del uso de estas nuevas herramientas de difusión?
Este fenómeno me parece increíble. En mi caso y en el caso de muchos proyectos musicales marca la diferencia entre existir y no existir. Acceder a Spotify es muy simple, casi gratis, por lo tanto, cualquier banda puede acceder y luego, es la audiencia la que democráticamente elige. Me parece que eso no tiene parangón, es simplemente una maravilla para quienes tenemos una propuesta musical independiente. Sí creo que este repositorio infinito de música ha tomado un grado de relevancia tal que ya estamos viendo que la maquinaria del mercado está de alguna forma interviniendo y nuevamente direccionando al mercado. Lo anterior es bastante esperable, pero no quita la opción de poder estar y poder convencer a la audiencia que participa (que son millones) con tu música.
Hablemos de tu single “Fondo”, cuéntame cómo nace esta canción.
Fondo es un tema bien particular, en su versión grabada tiene mucha potencia, guitarras distorsionadas, y un ritmo cadencioso que contagia. Pero si reemplazas esa base, por una guitarra acústica puedes hacer sonar ese mismo tema como un bolero. De hecho, en mi último concierto desenchufado hicimos un arreglo en donde lo trasladamos completamente hacia un bolero, con muy buena recepción en la audicencia. “Fondo” es un tema de mi primer disco, estuvo más de un año programado en la lista “Pop Chile” en Spotify así que me ha entregado la posibilidad de llegar a decenas de miles de personas.
Para cerrar y agradeciendo tu tiempo, cuéntanos cuales son tus planes en el corto plazo.
Estoy con varios proyectos relacionados, primero que nada, el 05 de Septiembre agendamos una fecha en “Sabor Zanelli”, un recinto en Ñuñoa que está dando harto que hablar (hace un par de días estuvo el Tata Barahona, Miguel Barriga está también tocando regularmente). Por otro lado, estoy cerrando un par de videos en vivo que grabamos en el último concierto con banda completa en la SCD de Plaza Egaña. Estoy grabando unos cortos para youtube/Instagram con versiones de mis temas en formato desenchufado, me anoté en IMESUR 2019 para participar buscando networking y promoción, estoy postulando a varios festivales que comienzan a rodar en el último trimestre, a fin de año es probable que grabe un par de temas, lo que sería mi cuarto EP, sigo semana a semana haciendo trabajo radial y en los medios, y quizás lo que más me gustaría para cerrar este año existoso es ser invitado al “Fluvial 2019” y poder tocar mi música en mi Valdivia querido. En fin, ¡actividad no me falta!