Por Sebastián Allende.
Uno de los nuevos nombres que está llamado a refrescar el ambiente del pop nacional es el de Francisco Victoria. Este músico y compositor sureño se hizo conocido, en un principio, por ser uno de los integrantes de la banda de soporte de Álex Anwandter, pero hoy, ya brilla con luces propias. Prenda, es el nombre de su primer disco en el que se cruzan historias de amor, vivencias y sobre todo mucho pop bien elaborado que, seguramente, no dejará a nadie indiferente.
Para hablar acerca de sus comienzos, de música, de su disco debut y de su próximo lanzamiento, conversamos con este artista en lo que podemos revisar a continuación:
Francisco, muchas gracias por conversar con nosotros en Parlante.cl Para comenzar con esta entrevista nos gustaría saber ¿cómo partió tu interés por la música?
Desde muy chico, yo estaba en un colegio católico en donde mi mamá era la profesora de música y a partir de los 8 años tuve que aprender a tocar guitarra y empezar a cantar en el coro de la iglesia, una cosa que fue terrible. Después me metí a clases de guitarra clásica por casi dos años, me salí, después bien chico hice un grupo de música latinoamericana, en donde tocaba la quena, la zampoña, el cajón peruano y otras cosas. Después de eso empecé a componer a los trece años y me metí como a unos certámenes que se llamaban “Pepsi al Máximo” y el último año que se hizo gané. Eso me dio la seguridad de que en lo que yo estaba no andaba mal, aunque en retrospectiva siento que esas canciones no funcionaban en lo absoluto, no me gustan mucho, eran como mentirosas.
Durante esos años ¿tenías algún estilo desarrollado?, ¿era algo similar a lo que estás haciendo en este momento?
Sabía que quería hacer canciones con coro. O sea, quería hacer canciones que se pudieran escuchar fácilmente. Pero más allá de eso, en esos años me gustaba mucho Placebo por decirte algo, entonces después llegue acá (a Santiago), conocí al Álex (Anwandter) y empecé a descubrir más cosas de los sesenta. El encuentro con él también y su influencia asimiló en cómo iba a componer después de eso.
Ya que tocas el tema de tu relación con Álex Anwandter, tocas harto con él, eres parte de su banda, ¿cómo llegas tú, un chico de Victoria a tocar con alguien que es bastante conocido a nivel nacional y latinoamericano?
Por un taller de producción musical que se hizo en Balmaceda Arte Joven se me dio la posibilidad de enviarle mis demos a Álex. Hay que destacar que era un taller gratuito y yo estaba peleando si es que iba a estudiar música en forma más seria en algo así como la escuela moderna y como que realmente salió esto y tuve que aprovecharlo. Estuve como tres meses viajando todos los lunes a Santiago y después de eso se fue mucha gente del taller, porque es bastante exigente trabajar a un ritmo en el que tienes que trabajar en lo que más te cuesta, a diferencia de estar haciendo lo que más sabes hacer. Para mí fue como estar trabajando toda la noche en un computador y darte cuenta que no has realizado nada. El rollo con este taller era avanzar en exactamente lo que más te costaba y yo estaba dispuesto a hacer eso.
En ese proceso ¿qué era lo que más te costaba?
Lo que más me costaba era hacer que una melodía fuera bien redonda, redonda en términos de composición. Que una melodía no tuviese accidentes, que fluyese horizontalmente. Usualmente hay mucha música que en las melodías se van los acordes y no se siente como una cosa natural y nunca vas a tener un coro de verdad porque la melodía no te llevó a eso. Ese tipo de cosas aprendí con el Álex en ese taller y de ahí para adelante fueron muchas cosas más por aprender.
¿Y cómo entraste a ser músico de su banda?
Me lo ofreció, de repente quería ampliar su banda, ya que se fue el Marcos Meza a vivir a Berlín y su guitarrista quedó como tecladista (quien siempre fue tecladista) y entré yo como guitarrista y empezamos a tocar, a girar y de repente estaba arriba de escenarios como Lollapalooza, Caupolicán, fue todo rápido.
¿Qué sentías al verte en escenarios tan grandes y recordar esos momentos en Victoria?
No tuve presión, como que nunca me han amedrentado las multitudes, me pongo más nervioso con tocarle algo a mi mamá en la pieza. Además que llega un momento en tu vida en que tú dices “esto es lo que yo quiero hacer”. A los quince años me pasó eso y ya lo tenía claro.
Para muchos que no lo saben, Francisco Victoria no es tu verdadero nombre y asumiste el nombre de tu ciudad de origen como apellido. ¿Cuéntanos por qué decidiste tomar esa bandera?
Fue una manera de hacer caso de mi experiencia, de los 18 años que pasé allá. La pasé bien mal. Victoria es un pueblo súper católico en donde no se puede decir nada sobre nada, donde el clasismo es un lema súper general en la sala de clases, donde el racismo se ve en todas las salas y todos se hacen los hueones. Para mí fue como estar ahogándome varios años allá. Decidí que la manera en que iba a enfrentar a mi experiencia no iba a ser negándola ni ocultándola, sino que enfrentándola. Y qué mejor que ocupar el nombre del lugar de donde vengo para apropiarme de eso.
Hablando un poco más de tu música ¿Qué es lo que te inspira para componer? ¿Tienes algún referente o influencia independiente del espaldarazo que te da Álex y mucha gente te puede ver hoy como su protegido?
Puede ser que me vean como el protegido. Aunque mi inspiración viene desde distintos lados y con Álex somos de experiencias e historias distintas. Él es de acá (Santiago) y yo vengo del sur. Yo soy una persona súper romántica realmente y el disco si bien encuentro que es súper romántico, casi todas son canciones de amor. Aunque cuando yo más he sentido la necesidad de escribir algo, no es solamente cuando uno está enamorándose o cuando te están dejando, sino que cuando en tu vida están pasando un montón de cosas. En el primer single que sacamos hay una cita sobre un suicidio, como que eso no es solo por amor y nosotros no estamos todo el tiempo pensando en el amor y en este disco que, si bien es romántico, está lleno de lugares específicos en donde se rodea esta historia.
Ya que estamos conversando sobre lo que es tu debut titulado Prenda. ¿Cómo fue el proceso de grabación?, ¿dónde lo grabaron?, ¿cómo fue el proceso de producción de Álex Anwandter?
Lo grabamos sin calcetines en el campo (risas). Bueno, lo empecé a escribir en el sur. La última canción del disco es en realidad la primera canción que hice y la hice allá. Fueron saliendo muchas canciones, varias canciones quedaron fuera del disco a medida que íbamos trabajando las que ya tenía. De hecho, hay varias canciones que las eliminé porque no cumplían los estándares del disco. De hecho, el disco tiene 8 canciones porque a esas 8 canciones no les sobra nada.
Podríamos decir que tú te propusiste a hacer este disco para que fuera un producto de calidad.
Lo que realmente yo quería hacer era un disco. No como varios singles sueltos, sino que todo como un conjunto y eso era un reto junto con Álex desde el lado de la composición. Cuando me vine a Santiago me tuve que adaptar a un montón de cosas, un montón de violencia y obviamente viví experiencias románticas y deje de ser un adolescente súper rápido. Yo tengo 22 años. Fue heavy eso de que a medida de que pasaban cosas en mi vida, salían muchas canciones y yo siempre estaba alerta para agarrarlas cuando venían y eso era lo que siempre tenía que hacer, estar siempre trabajando y si venía una canción, que me pillara siempre trabajando. Estuve trabajando las letras hasta el último detalle. Fue una cosa súper intensa de principio a fin, en donde todo el camino de grabar el disco para mí fue una experiencia súper intensa.
¿Cómo definirías los sonidos y el estilo de este disco?
Hay una palabra, que cuesta que definamos en español, pero está en portugués y es el “saudage”, que es como esta no nostalgia, es la atadura que tienes con el pasado y las experiencias que viviste y las sensaciones que te dejaron las cosas a las que te amarras emocionalmente, pero nunca puedes volver. Siento que eso es el disco.
¿Y a que sonaría Francisco Victoria?
Hay hartas cosas. Soy super fan de Marianne Faithfull, de Prince. Me gusta The Cardigans, no sé si eso está en el disco, pero sí hay algo de ese tipo de melodías en el disco. Las influencias nunca son como “quiero sonar a alguien”, sino que me gusta como componían The Cardigans, voy a estudiar cómo componían y voy a ver cómo puedo hacer que este tipo de composiciones esté en mi canciones. En términos más estrictos, suena mucho a los ochenta, a Prince, hay hartas cosas, está el sonido de los sesenta tipo Burt Bacharach, ese tipo de canción que tiene vibráfono, que tienes que interpretarla bien o si no, no funciona. Tiene mucho de Dionne Warwick, que es como la principal cantante de Burt Bacharach, aprendí mucho de ser cantante a través de ella ya que hay muy pocas cantantes en la historia que pueden transmitir una canción de desamor tan dignamente como Dionne Warwick, tiene una manera de impostar la voz, en la que cada palabra que puede estar diciendo, del tipo “me dejaste, te olvido”, lo hace muy digno, como muy puntudo y eso lo intente aplicar un montón en el disco.
Sacándote un poco de la música, ¿cual crees tú que es el rol del músico en la sociedad, acerca del respeto de las mujeres, respeto a las tendencias políticas, el temor a los abusos, etc? ¿O sientes que el músico solo debe preocuparse de su arte?
No creo eso, o no publicaríamos discos. Cada artista tiene que saber dónde está parado, debe saber cuál es su contexto más próximo y tiene algo que decir sobre eso. Pero ese algo que decir tiene que ser honesto, si no tienes algo honesto que decir sobre eso mejor que no lo digas. Eso es lo que pienso que debe tener un artista en Chile, hoy, con respecto a cualquier cosa. Puedes extrapolarlo a millones de situaciones pero hay un montón de artistas que se quieren hacer cargo de montón de circunstancias de las que no tienen que hacerse cargo. Hay un montón de hombres artistas que se quieren hacer cargo de cosas de las que no pueden hacerse cargo. Yo no voy a ir a una marcha feminista a pararme al frente a decir “porque somos feministas”, porque no puedo además y creo que los artistas creen que están en un pedestal superior en donde pueden hacerse cargo de todo esto y pasarlo por su filtro de arte, pero no, hay un millón de cosas de las que no puedes hacerte cargo. Tienes que hacerte cargo de tu contexto más cercano.
Volviendo a la música, ¿qué tienes preparado para el lanzamiento del disco Prenda a desarrollarse el próximo 9 de junio en Matucana 100?
Para el lanzamiento he planeado hacer algo bien despojado, algo bien íntimo. La razón por la que invité a Begoña Ortuzar de Tormenta a cantar es porque quiero que el show se abra con baladas en piano y se generé un ambiente más familiar. Obviamente estará toda mi familia ahí, en pleno, y por eso quiero que estén todos seguros.
¿Vas a tocar con banda?
Sí, tocaremos con una banda completa, en pleno. Pero el comienzo del show lo quiero hacer íntimo. Vamos a hacer un par de covers, de canciones latinas de cantantes que me gustan. Como adelanto te puedo decir que tocaré algo de Julieta Venegas y que quizás toque algo del disco que ya estoy haciendo.
Para finalizar y agradeciéndote, Francisco, tu tiempo de conversar con nosotros. ¿Cómo se viene el 2018 para Francisco Victoria?
Para el 2018 ya tenemos fecha en Lima, en agosto. Espero poder hacer algunos shows en el sur. Vamos a tocar harto en Santiago, estamos en proceso de confirmar hartas fechas. Se viene harto tocar, ya estoy trabajando en un disco nuevo, pero habrá que esperar.
Prenda, el disco debut de Francisco Victoria, ya se encuentra disponible para ser escuchado en streaming y próximamente será presentado, en forma oficial, en vivo el sábado 9 de junio en Matucana 100 a partir de las 22:00 horas. Las entradas tienen un valor de $5000 general y se encuentran disponibles a través de www.m100.cl y en boleterías.