Claptone en La Cúpula Multiespacio: Sonidos elegantes
25 de marzo 2017.
Por Jorge Tello.
Fotografías por Alicia Martínez.
La noche de ayer, luego de un día de contrastes: Con luz y sombras, sol y nubes, en una semana agitada y muy movida, la cual nos tuvo con presentaciones como la de Justin Bieber o el juego de la Selección Chilena de fútbol.
Todo nos indicaba que luego de tanto ajetreo, la oscuridad del fin de semana traería algo de calma a nuestra vida cotidiana. Pero quedaba algo más, acudir al Parque O’Higgins, específicamente al Teatro la Cúpula, para darnos cuenta que aquella tranquilidad que nos dan los árboles y parajes de las áreas verdes, estaban siendo interrumpidas por la llegada nuevamente a nuestro país del mítico pájaro de Berlín que, como los dos años anteriores, llegó con colores y con uno de los sonidos más puros y nítidos del Deep House. Serían testigos de quienes en poco tiempo han podido consolidarse en escenarios tan prestigiosos como el Festival Coachella, Glastonbury, Mysteryland y Ministry Of Sound, además de innumerables clubes en el mundo de ciudades tan importantes como Paris, Berlín y Nueva York.
Con un recinto repleto, Claptone se presentó como dúo, con una vestimenta negra y sus clásicas máscaras que cambiaban de colores, además de vestir con guantes blancos y mezclando y creando con sintetizadores en vivo, lo que dio un sonido realmente pulcro. Lo que demuestra que esto es parte de los objetivos del Dj alemán, alcanzar o mejorar constantemente, tema que ya ha sido demostrado en su disco “Charmer”, y posteriormente en los remixes y en la calidad de cada una de sus presentaciones. El público colmó cada uno de los rincones del recinto, moviéndose en cada espacio que encontraba, para lograr menear sus brazos, cuerpo completo o apoyados en las rejas, no importaba como, pero las vibraciones de cada canción que interpretaba Claptone invitaba para ello.
“No Eyes” y “Wrong”, fueron sólo un ejemplo de aquel sonido que caracteriza a los europeos, que escapaban del teatro ayudados por una pantalla tras ellos que, con líneas y colores, laberintos y ondas entrelazados a los beats de Claptone, estimulaban tanto nuestros oídos como la vista.
Una fiesta desde su inicio, que alrededor de la una de la madrugada iba poniendo el punto final a su acto, regalando los músicos al público sus guantes blancos, en una señal de un trabajo fino y elegante. Un gran show que abre éste año el ciclo que Fauna ya nos tiene acostumbrados, ad portas del Fauna Otoño que el 2017 se inaugura luego de las exitosas versiones Primavera.
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