Por Juan Pablo Ibarra.
Otros de los tantos álbumes más esperados para finales del 2019 fue el segundo trabajo de Cigarettes After Sex, Cry. Titulo sobrio, breve, sintético, descriptivo y contundente, el cual luego de atravesar estos 40 minutos de música nueva, se explica de mejor forma, por sí solo.
La nueva placa no es un álbum lleno de tristezas o depresiones. Más bien todo va por la línea de la pasividad, la contemplación, el asombro, la emocionalidad a flor de piel, la entrega en el amor hacia otro y la búsqueda – entre encuentros y desencuentros – de lo íntimo. Temáticas cruciales para la banda de Greg González y compañía, tan así, que son fundantes en cuanto a motorizar el porqué, del sentido mismo de la banda.
Que más podíamos esperar de una banda que hace gala de la monotonía como uno de los recursos más vanagloriados a lo largo de su reciente trayectoria. He ahí el problema: la expectativa ansiosa y desmesurada. Una banda como Cigarettes After Sex desde un inicio ya tenía un sonido propio, una estable paleta de colores grises por donde moverse. Un estricto plano trazado en la mente de estos creadores. Es decir, esta banda logró lo que muchas solo a lo largo del tiempo y del trabajo logran: consolidar una cierta identidad que destaque entre las millones y millones de bandas que existen y salen cada día. Lo más esperable, a fin de cuentas, era tener a la banda de El Paso, Texas, haciendo gala de su propio microcosmos, experimentándolo en nuevas composiciones que les permitiesen seguir extendiendo su crepuscular resoplido sonoro.
Cry está compuesto por 9 nuevas canciones. Desde «Don’t Le Me Go» hasta «Pure» tenemos la constante recreación cinematográfica e íntima de los pasajes de este álbum, en donde en todos y en cada uno de ellos, su peculiar Indie Pop, Drem-Pop, Shoegaze Ambient Pop, Slowcore, o llámese como sea, es más bien únicamente la total pureza y delicadeza musical con que la estos músicos nos tienen acostumbrados, y que en esta oportunidad, solo somos invitados a sumergirnos en su fogoso microcosmos.
«Don’t Le Me Go», es el primer track. Y el efecto característico de la banda surte efecto de inmediato con estos pasajes hermosos. Simplemente en el primer minuto de la canción todo lo que esperamos de ellos (con los pies en la tierra) es un cumplido y la refinación del sonido, el perfeccionamiento del sonido a lo largo de los años es ya destacable en esta nueva placa. La clásica voz de Gonzalez sobresale de inmediato y sus arreglos de guitarra también. Elevadas pasiones humanas inmutables y permanentes, tales como el amor o la melancolía, comienzan poco a poco a ser evocadas y encendidas a través de las cálidas llamas que la banda nos despierta.
«Kiss It Of Me» continua con este tranquilo éxtasis que es Cigarettes After Sex. Aunque es un sintetizador en el que le entrega identidad al comienzo de la canción, los arreglos de guitarra tardan en entrar y cuando lo hacen, lo hacen muy sigilosamente entregándole a la canción todo lo que necesita. El bajo y la batería prosiguen monótonos en toda la canción. Son las entradas y salidas de la voz, los arreglos de guitarra, los solos de guitarra y de tanto en tanto el sintetizador, los que entregan la acotada variación que una banda como esta necesita para lucirse a su manera. Por ahí se escucha también una guitarra acústica que acompaña los últimos pasajes de esta canción.
«Heavenly» en su inicio tiene una estructura similar a la canción anterior, salvo que mostrándose a su manera. Cuando el coro llega la guitarra rasguea y no hace un solo o un arreglo, gran diferencia casi imperceptibles para esta agrupación. Luego de eso se oyen unos arreglos bellísimos que preceden la entrada del canto. Esta canción deviene como una de las más cantables del álbum.
«You’re The Only Good Thing In My Life» pone las cosas más calmas y tristes a la ve. Es sobrecogedora su intención. Uno de los factores importantes del concepto de la banda es la fuerza de sus líricas. En donde todo lo que estas nos dicen, la banda lo trasmite a su forma particular de hacer música. Eso es algo que trasciende todas sus canciones. No es solo un caso particular aquí. Otro factor importante es la prudencia en la construcción y en la producción de sus canciones. Todo es muy limpio y acotado a lo que estos músicos hacen. La canción acaba y deja las cosas tensas.
«Touch» inicia y el ambiente vuelve a ser de lo más clásico de la banda, pero en la era actual. Esta es música para apreciar todo de forma crepuscular, calma y sin ningún tipo de alboroto más que los de la trama emocional y sentimental que la banda pone siempre en primer plano. Cigarettes After Sex es una de las agrupaciones que elabora de mejor forma el romanticismo mismo (a su manera obviamente) en su música. Es esa la llama que sus canciones encienden, y, dicho sea de paso, recorrer la cuidad y la geografía no intervenida por el ser humano en un profundo blanco y negro, donde los detalles mininos son los que atrapan nuestras mentes. Tal como ocurre en el desarrollo de sus canciones.
«Hentai» comienza tenue y levemente, la breve introducción que le da paso al acalorado y reposado canto de Greg. Como sexta canción del álbum creo que el destino de esta canción más allá de sobresalir por sí misma, es la de darle cohesión al álbum, sostenerlo en todas sus aristas. Todo lo característico de la banda sigue continua aquí, expresándose delicada y pasionalmente.
Luego llega el track que le da título al álbum y es el que pone las cosas más ambientales que de lo común, aunque rápidamente ese breve pasaje atmosférico es reforzado por la banda entera. Tras aquello, prosigue el cantante y guitarrista con la formula común de sus canciones anteriores para así llegar al coro, el que debe ser uno de los momentos más notables del álbum, ya que en ese pasaje la intensidad reposada de Cigarettes, la que vislumbra notablemente.
«Falling In Love» entra en escena y la formula musical es la misma. El centro de estas canciones es el canto, y en especial en este (aunque en todas) es absolutamente especial, pleno y armonioso. Esta es una de las mejores de Cry. Es como si poco a poco todo hubiese sido una progresión incansable hasta decantar en lo maravilloso que este tema nos presenta. Musicalmente hablando, la formula y la estructura son las mismas de siempre, son variaciones de lo mismo, lo que es marca registrada en este microcosmos llamado Cigarettes After Sex.
«Pure» es la canción final del álbum. Y más delicada y pura que de lo común, la canción se abre poco a poco para simplemente dejarnos con el fenómeno Cigarettes After Sex en otra cúspide de su carrera.
Finalmente es momento para aplaudir a la banda por este nuevo trabajo, la que en vez de agotar su clásica fórmula ya consagrada para crear canciones, logra generar ampliar ese espectro a nuevos desafíos. Algo que bajo nuestra lupa, en Cry, es un logro indiscutible.