Cerati Sinfónico en Teatro Coliseo:
5 de julio 2019.

Por Rodrigo Guzmán.
Fotografías por Javier Martínez.

Hace un par de días atrás el álbum Bocanada (1999) cumplió dos décadas. Las reseñas se multiplicaron hasta el hartazgo, evidenciando así la relevancia de un disco que se mantiene hasta el día de hoy como una producción capital dentro de la carrera de Gustavo Cerati y por qué no, del pop latinoamericano. En este contexto, llegó a Chile la gira Cerati Sinfónico, que busca montar en escena a una orquesta completa para interpretar el aclamado repertorio del músico argentino en dicha clave.

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Para quien esté relacionado con la producción artística del ex líder de Soda Stereo, no es extraño concebir una propuesta como la que anoche se presentó en el Teatro Coliseo, pues ya desde la época Soda es posible advertir la inquietud de Cerati por los instrumentos de cuerda, particularmente. El gusto por el pop barroco y/o la influencia de Paul McCartney en el músico trasandino se vio reflejada en cortes como “Efecto Dopler”, “Ella usó mi Cabeza como un Revólver” y “Verbo Carne”, por nombrar lo evidente. El caso de este último, cuya producción y grabación de las partes orquestadas estuvo a cargo de la sinfónica de Londres en los estudios Abbey Road, constituye un muestra fiel del gusto que Gustavo Cerati tuvo por la música orquestada, obviando el montaje de un proyecto de envergadura como 11 Episodios Sinfónicos.

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Sin duda alguna, un grueso del público asistente a la velada de anoche acudió motivado por la magia que estila el álbum sinfónico grabado por el trasandino y, con mucha probabilidad, la mayoría de tal público volvió extasiada a su hogar. La acogida que tuvo en Santiago el conjunto tributo Música Para Volar fue amplia y calurosa, denotando así dos cosas: el profesionalismo de los músicos que montaron este proyecto y el afán, el anhelo que despierta la música de Cerati entre sus seguidores.

A las 21:15 se proyectó en pantalla tras los músicos e intérpretes las opiniones y visiones de distintos estandartes de la música argentina sobre Gus. Las voces de Charly García, el Indio Solari y Spinetta, entre otros, fueron los primeros indicios de un espectáculo que buscó en todo minuto agrandar aún más la leyenda de Cerati. “Fuerza Natural” y “Hombre al Agua” fueron los primeros cortes a interpretar por una orquesta completa que incluyó cuerdas, bronces y maderas. La épica adosada a estos cortes se vio reforzada aún más por el aliento del Estudio Coral de Santiago, que complementó significativamente cada una de las composiciones en las que intervino.

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A pesar de la constante respuesta fanatizada del público ante cada uno de los cortes, hubo puntos realmente notables dentro de la velada. “Crimen” y “Cactus” fueron interpretadas al ritmo de arreglos orquestados brillantes, adosándole sólo ganancia a las composiciones de Cerati. Esto fue notorio, pues hizo pasar por alto un detalle que a más de alguno le rondó la cabeza. La voz de José Mateucci, encargada de interpretar la expresividad vocal de Gus, fue un elemento sonoro más bien modesto: ni deslumbró ni decepcionó, y quizás aquella era su propia función, pues el protagonismo de este proyecto no se encuentra tanto en emular a la perfección lo hecho por el ex líder de Soda, sino más bien en probar y sumar fórmulas y aderezos a las composiciones de Cerati. En este sentido, tal labor supone una cuota no menor de desenvoltura, pues para no pocos, la música del trasandino roza los límites de la perfección, en el sentido de ser trabajos acabados, que no necesitan ser adornados por nada, pues seducen tal cual como ya se inscribieron en la Historia. Ante la difícil decisión de reinterpretar una obra exacta y precisa en su desarrollo siempre se corren ciertos riesgos y dentro de la propuesta del conjunto Música para Volar hubo algunas flaquezas. La interpretación de “Cuando Pase el Temblor”, corte en el que se puede advertir la inclinación de Cerati hacia la música andina, se vio afectada por una decisión al menos curiosa: la clásica y reconocida melodía de sintetizador que emula a una zampoña fue sustituida por el sonido de un órgano Hammond. Esto hizo que dicha melodía se extraviara ante el barullo de los demás instrumentos, dejando algo trunco a un corte tan insigne como aquel.

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Fuera de lo anteriormente señalado, la propuesta de Música Para Volar fue una experiencia correcta, notable a ratos, sobre todo al momento de incorporar solos de distintos instrumentos a los cortes de Soda Stereo. Fagot, trompeta y un impresionante y hermoso solo de flauta traversa fueron anexados acertadamente, robusteciendo así a los distintos cortes compuestos por Cerati. En este sentido, la propuesta de Música Para Volar cumplió con las expectativas generadas, sin quedarse ni pasarse, en un público devoto de la exuberante música del argentino, que al parecer, crece más y más ante el paso del tiempo.

Setlist:
Fuerza Natural
Hombre Al Agua
Entre Canibales
Té Para 3
El Rito
Tu Cicatriz En Mi
Artefacto
Zoom
Cuando Pase El Temblor
Lo Que Sangra (La Cúpula)
Ella Usó Mi Cabeza Como Un Revólver
Cosas Imposibles
Crimen
Un Millón De Años Luz
Zona De Promesas
Cactus
Corazón Delator
Paseo Inmoral
Puente

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