«Rayo Verde» es un single que, al igual que la misma Begoña, tiene más de una dimensión. Por un lado, funciona como un adelanto de su próximo disco, sucesor del EP solista «Siempre estoy a punto de llorar, 23-25» (2017) y del EP «Primera parte» (2017), junto al músico Cristián Heyne bajo el nombre de Tormenta. Por otro lado, la canción es una de las ganadoras de «El canto de todas: Concurso de canciones Scottie Scott para autoras y compositoras 2021» y es parte del recopilatorio femenino anual que la SCD publicó recientemente a raíz de esta iniciativa.
Tanto en la música como en el videoarte, Begoña Ortúzar (30) se siente cómoda habitando justo en los bordes que separan lo privado de lo público. «Me relaciono de la misma forma con el video que con la música: desde la emotividad, los afectos y los vínculos íntimos”, explica la artista desde su hogar en la playa, donde acaba de grabar el video para una nueva canción: «Rayo verde».
El complemento visual de «Rayo verde» es un onírico videoclip en blanco y negro, parte de una serie de videos que aspiran a ser un contrapunto menos oscuro de la trilogía audiovisual que ella misma dirigió para Tormenta hace cuatro años. “Cuando hice los videos de Tormenta estaba conectada con una energía que ahora he intentado manejar desde un lugar más racional, que me permita crear sin necesariamente tener que estar en una oscuridad profunda. Creo que lo nuevo pertenece a un imaginario aparentemente más leve y cotidiano”, reflexiona.
El estreno de su primera canción en cuatro años viene de la mano del lanzamiento de dos trabajos en clave videoarte, realizados por ella para su primer EP, «Siempre estoy a punto de llorar, 23-25», y que hasta ahora se habían mantenido inéditos: la serie homónima de videos (recién subida como una única pieza a YouTube) en que cinco de sus amigas se registran en sus piezas mientras escucha las canciones; y la experimentación del video doble en tono lúdico para «No hay lugar» y «El farsante», grabado durante una fiesta en su pieza en 2014.
“Todo está hecho con pedazos de grabaciones en distintos momentos y lugares”, explica Ortúzar, hablando de música y videoarte al mismo tiempo. En lo visual, adelanta que su próxima obra “busca tensionar la relación entre video y música”, mientras que su próximo disco, armado a partir de diversas fuentes, texturas y calidades, será fiel al espíritu de una obra que renuncia a la perfección técnica para resaltar su origen y su aura casera.