Backstreet Boys en Estadio Bicentenario La Florida: Un noviazgo de 24 años
4 de marzo 2020.
Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
Corría el año 1996 y en radios y canales musicales sonaba incansablemente una pegadiza canción de una nueva banda de jóvenes norteamericanos vestidos con poleras de basketball. Pero no sólo eran jóvenes, sino que guapos. Eran cinco que, además de cantar, bailaban. Y aunque tenían un nombre extraño y un poco impronunciable para Latinoamérica, aprendimos a pronunciar la palabra “Backstreet” antes que muchas otras de la clase de inglés.
Aprendimos con dificultad la letra de “We’ve got it going on” leyéndola del librito del casette en años en que no contábamos con internet para buscar las letras. Y un tiempo después, estrenaron dos canciones en castellano sólo para nosotras. Desde entonces, comenzamos una relación de 24 años de noviazgo con esta boyband y hasta hoy no hemos dejado de ser uno de los países que más masas mueve cada vez que el grupo de Orlando, Florida pisa nuestra tierra. Lo interesante es que esta relación es recíproca y conlleva un interés mutuo y un cariño real de los Backstreet Boys hacia el público chileno. Basta con pensar en el Festival de Viña de 1998, donde fueron invitados como una de las bandas más populares del momento en el espacio anglo del festival, recibiendo premios y reconocimientos del público y provocando el trasnoche de miles de niñas y adolescentes que los vieron por la tele. Todo esto, en un momento en que en Estados Unidos su popularidad seguía siendo incipiente y no provocaban ni de cerca la locura que aquí veíamos. Revistas como Miss 17 cubrían el éxito y la euforia del momento festivalero y no podíamos creer que un “fenómeno” (así los llamó la revista TVGrama) de ese nivel estuviera actuando en vivo en Chile. Bueno, para ellos fue igual. Sin contar con reconocimiento en su propio país, desde los ojos de un Nick Carter de 18 años, o un AJ de 20, venir a Chile, también fue un sueño cumplido.
Han pasado décadas desde 1998, crecimos y los BSB fueron creciendo con nosotras. Como toda agrupación del género boyband, pasaron de moda y desaparecieron de nuestras vidas cuando ya no quedaba tanto interés de nuestra parte. Todas las relaciones tienen sus altos y bajos, pero esta parece ser duradera. Los tuvimos de vuelta en Viña el año pasado como un déjà vu 21 años después, reinventados, más adultos y con nuevo disco. Y este año los tenemos nuevamente reafirmando su compromiso con la fanaticada chilena con dos conciertos en el Estadio Bicentenario La Florida, uno realizado anoche con las entradas completamente agotadas y otro para hoy que promete ser tan luminoso como el de ayer.
Lo primero que llamó la atención al entrar al estadio, fue el tamaño del escenario, la parrilla de luces exageradamente grande y la pasarela que permitiría que los integrantes de la banda se acercaran al público. Sin banda en vivo, los Backstreet Boys salieron al escenario precedidos por el encendido de las pantallas que mostraban una lista de sus discos en orden cronológico y luego a cada uno de sus integrantes presentándose uno por uno cual Avengers. Por supuesto los gritos del público a esas alturas sonaban más fuerte que la música y esa fue la tónica durante todo el espectáculo. Ya desde la primera canción se notó que este era un show pensado para sus fans más fieles, comenzando con “I wanna be with you”, una canción de su primer disco que no llegó a single, pero que el estadio coreó como si lo fuera, seguida por “The Call”, una canción de los tiempos más maduros de BSB que sorprendió en su tiempo por mostrar un lado más oscuro de las relaciones en su contenido. A esas alturas ya tenían al público envuelto en un juego de luces y rayos láser con un nivel de espectacularidad impensado en los años 90.
Luego de “Don’t want you back”, Brian tomó el micrófono para saludar al público. Primero en un español muy precario, para luego dar las gracias en inglés, diciendo que “sin ustedes los Backstreet Boys no existirían hoy”. A esto le siguió una canción de su nuevo disco, DNA, llamada “New Love”, para rematar el inicio con un clásico de clásicos: “Get Down” de su primer disco. Fue el turno de Howie D de saludar, con un poco mejor manejo del castellano que sus compañeros y dando a entender que durante el concierto, todos tomarían el micrófono para hablarle al público.
Al saludo del backstreet “latino”, siguió una sección de canciones más dramáticas y más actuales si consideramos que son de discos que ya entraban en la década de los 2000. Canciones como “Incomplete”, “Undone”, “More than that”, y “Shape of my heart”, repasamos discos como Black and Blue, Never Gone, e incluso This is Us, de 2009, disco que no trascendió tanto, pero que demostraba el ímpetu de estos jóvenes ya no tan jóvenes por seguir vigentes. Luego de la tanda dosmilera, Nick tomó el micrófono. El rubio de rubios agradeció con mucha simpatía y alegría al público presente sin poder contener su alegría por ver un estadio lleno y eufórico por verlos a ellos. Luego de más clásicos como “Quit playing games” y “As long as you love me”, presentaron otra canción de DNA llamada “No place” en la que, a través del video clip, abrieron las puertas de su intimidad mostrando imágenes de ellos junto a sus familias en sus casas y compartiendo desde la cotidianeidad. Cada uno habló de sus hijos y de lo significativa que es para ellos esa canción, dejando claro que ya no son los lolos que conocimos hace más de dos décadas, sino que son hombres de familia que han sabido reinventarse y que siguen tan activos como en sus inicios, no intentando aparentar una juventud eterna, sino que cantando desde su posición actual.
Saliéndose de su setlist original, recordaron una de las canciones más queridas por el público millenial y cantaron sólo el coro, pero nada menos que en su versión en español. El estadio cantó con ellos “Anywhere for you” y todos, incluidos los cantantes, nos sentimos un poquito viejos.
Terminado el momento familiar, AJ y Kevin quedaron en el escenario y fue su momento de saludar y cambiarse de ropa en frente de todos, incluso lanzando su ropa y calzoncillos al público. El cambio de vestuario llevó al momento más romanticón de la noche, comenzando con una canción a capella del nuevo disco llamada “Breathe” y seguida de singles como “I’ll never break your heart”, “All I have to give” e incluso una que venía del lado B del cassette “Don’t want to loose you now”, del álbum Millenium.
Marcaron el final con las canciones más esperadas “Everybody” y “We’ve got it going on”, el primer single de su segundo y primer álbum respectivamente, y también esas canciones perdidas en los cassettes que sólo las más fanáticas conocemos como “It’s gotta be you”, “That’s the way I like it” o “Get another boyfriend”. “The One” y “I want it that way” cerraron el concierto con más de 30 canciones, pero aún no estábamos conformes. Por supuesto que regresaron para cantar el primer single con el que los vimos aparecer en esta década, “Don’t go breaking my heart” y remataron con la canción que en algún momento del pasado nos pareció futurista “Larger than life”. Creo que todas y todos los asistentes estarían de acuerdo si dijéramos que fue un concierto espectacular, redondito y dedicado con mucho amor a los más fieles fanáticos y, sobre todo, fanáticas. Los Backstreet Boys, de Florida a La Florida, desplegaron pura simpatía y se mostraron genuinamente agradecidos con un público que no abandona el compromiso que toda fanática de una boyband hace en su pre adolescencia de amarlos para siempre. Lo bueno es que ellos también nos aman de vuelta. Y por eso sólo queremos decirles: Gracias a ustedes.
Setlist:
I wanna be with you
The Call
Don’t want you back
New Love
Get Down
Show me the meaning of being lonely
Incomplete
Undone
More than that
Chances
Shape of my heart
Drowning
Quit playing games
As long as you love me
No Place
Breathe
Don’t want to loose you now
I’ll never break your heart
All I have to give
Everybody (Backstreet’s Back)
We’ve got it going on
It’s gotta be you
That’s the way I like it
Get another boyfriend
The One
I want it that way
Encore:
Don’t go breaking my heart
Larger than life
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