El sencillo, encargado de dar nombre al próximo álbum de Pablo Álvarez, sigue presentando la mixtura entre lo orgánico y lo electrónico, engrosando el imaginario acuático al que nos introduce. En esta oportunidad, junto al rapero oriundo de Talcahuano, Dek Primero.

En el mar está la sanación. El nuevo imaginario de Arranquemos del Invierno sigue tomando forma. Luego de presentar «Todas tus Flores» junto a Camila Moreno, «Salto al Vacío», «Bruma» en colaboración a la ecuatoriana Paola Navarrete y un epé del mismo nombre donde fueron reversionados los estrenos, llega el turno del último track antes de la liberación de su nuevo disco de estudio.

“El Poder del Mar” es la canción encargada de titular al sucesor de “Ancestros”, el debut del 2014. Un single “importante porque engloba el sentir del álbum en cuanto al relato, también al sonido pero por sobre todo a este imaginario de ficción marina nostálgica”, explica Pablo Álvarez.

Fiel a lo que ha venido presentando junto a Cocó en la producción, “El Poder del Mar” tiene una mixtura entre lo orgánico y lo electrónico, “esta cosa atmosférica bien acuática; máquinas de ritmo mezcladas con sonidos más acústicos”, dice el cantante respecto a este cierre de adelantos y preámbulos antes de revelar el resultado final de una de las placas más esperadas del indie chileno.

Siguiendo en la línea colaborativa, Arranquemos del Invierno invita a Dek Primero para refrescar su propuesta. “Este feat lo veníamos pensando hace muchos años, incluso antes de que yo empezara a hacer canciones. Dek Primero es un amigo, rapero de Talcahuano, a quien admiro mucho. Siempre he querido hacer algo con él y recién pudimos concretar esta canción que nos deja muy contentos. Es una colaboración especial a nivel personal y emocional para ambos, un pendiente que teníamos hace mucho tiempo», cuenta sobre la fundamental participación del exponente de hip hop.

Un último pasaje antes de adentrarnos en el álbum que es más bien un ritual con la naturaleza, específicamente con el mar. Una conversación acuosa musicalizada por una de las voces más relevantes del sur de Chile, que se atreve a convertir sus procesos y vínculos con el océano en ofrendas colectivas, un espacio reconfortante donde el dolor se vuelve lección y el sonido de las olas se transforma en canción.