Durante el segundo semestre de este año, el chileno liberará un nuevo trabajo de estudio bajo Quemasucabeza; un disco que apuesta a la interpelación sin privarse de estilos ni géneros.
El tiempo puede deteriorar las banderas, pero las canciones son eternas cuando hacen frente a la norma. Matías Soto, músico detrás de Armisticio, se prepara para estrenar su cuarto álbum de estudio durante este 2019, y luego de presentarnos el primer adelanto titulado “Médula”, es el turno de un nuevo sencillo clave para entender la convergencia estilística que presenta el chileno.
Pop, experimentación y electrónica en partes iguales como punto inicial para un mundo musical que no se limita a géneros específicos ni mucho menos teme cruzarlos a su antojo. El artista está listo para suceder a “Superficial 3” (Quemasucabeza, 2018) con la decisión de la metodología por sobre el azar creativo.
Es este leitmotiv lo que permite que «Insecto de Sueños» sea una excelente pieza para reconocer los intereses y talentos de Armisticio: “este proyecto siempre ha tratado de curvar el status quo y aquella sensación estandarizada de nuestra música digital contemporánea, especialmente en Latinoamérica”, dice el artista que da frente a la reiterada fórmula musical que vivimos, en la que la apropiación cultural impera en los países del sur del continente.
Explorando la relación entre el sujeto, la música y la sociedad, Matías reacciona en contra de la norma actual y apuesta por la diversificación de sonidos e historias que trascienden a toda la región, todo mediante un track que “reside entre todo género, sin limitaciones. Carente de instrumentos de cuerda y conformado, principalmente, de múltiples sintetizadores polifónicos configurados a diferentes timbres”, creando una red de sonido diatónica difícil de ignorar.