AntonFest en Teatro Caupolicán: Reisenegger al cuadrado
18 de enero 2019.
Por Rodrigo Guzmán.
Fotografías por Eric Parra.
El próximo 21 de enero Anton Reisenegger cumplirá 50 años y para celebrarlo, el ilustre músico quiso reunir a una serie de agrupaciones nacionales que hicieron temblar hasta los cimientos del Teatro Caupolicán. De dicho modo, el AntonFest fue pensado como una fiesta del metal nacional que reunió a varios de los proyectos más interesantes de la música extrema chilena. Para dar inicio al ritual, agrupaciones como Metal Command, Bonebreaker y Cabrío fueron los encargados de dar inicio a esta velada.
Tras la presentación de Cabrío, fue el turno de Electrozombies, quienes liderados por Comegato Montenegro hicieron retumbar la estructura que soporta el peso del Teatro Caupolicán. Con la puesta en escena de Endo of a World en su mayoría. Fe ese modo, el conjunto santiaguino se inclinó por composiciones de su época más tardía, caracterizada por los frecuentes y bruscos cambios en los patrones rítmicos, junto a la voz gutural de Montenegro. Alrededor de 6 canciones lentas y pesadas, desprolijas a ratos, pero cargadas de intensidad, intención y distorsión calentaron un poco más el ambiente de la velada, que ya a eso de las 20-20:30, comenzó a ver los primero headbanging de la noche.
Uno de los puntos más interesantes que en los festivales y grandes convocatorias se suceden, es la interacción musical. Si Electrozombies inundó todo el Teatro Caupolicán con su sonido farragoso y denso, luego Poema Arcanus entregó todo lo contrario: limpidez y pluralidad sonora. Porque a eso de las 20:40, el colectivo santiaguino se dejó ver en escena, para presentar composiciones antiguas y nuevas. El sonido de Poema Arcanus fue notable: limpio en su ejecución y lleno de cambios de ritmo. Cada uno de los miembros del conjunto. se destacó por ejecutar con precisión el sonido que proyectaba desde su propio instrumento. En este sentido, cabe destacar el trabajo de Claudio Carrasco en las voces, pues demostró con creces su capacidad vocal, transitando desde los growls y screamings más violentos, hacia las melodías más oscuras y graves que de su garganta pudo extraer.
Sin duda, uno de las presentaciones más agresivas y frenéticas de la noche fue cortesía de Recrucide. En base a un baterista enloquecido que fundamentó todo el sonido pesadísimo y arrasador del conjunto santiaguino de death/trash, Recrucide hizo estallar el primer mosh de proporciones de la velada, cortesía de una música brutal que nada envidia a cualquier conjunto internacional dedicado al género. Lo de esta agrupación es y fue de proporciones. Créditos al baterista Guillermo Pereira, quién desde un juego desquiciado de bombo-caja-tom introdujo una rítmica rotunda y atípica en las esferas del metal. De dicho modo, los nacionales presentaron material de The Cycle (2017) y Supremacy (2014), generando una algarabía total. Excelente presentación.
Tras lo de de Recrucide, vino sin más la puesta en escena de Nuclear. Quién se encuentre medianamente relacionado con la escena del metal chileno, no necesitara saber que Nuclear es uno de los referentes del trash metal nacional. Y no cabe duda que tal mote está mas que justificado. La actuación del conjunto santiaguino no supuso nada más que rapidez, distorsión y una tonelada de decibelios, rasgos definitorios del estilo. A diferencia de lo sucedido en Recrucide, donde la ecualización del sonido fue acertada, en la presentación de Nuclear hubo un par de inconvenientes con el sonido, particularmente en la batería y en la guitarra de Sebastian Puente, cuya solución proporcionada desde la cabina del sonido fue incrementar el volumen de dichos instrumentos. La consecuencia directa de esto se tradujo en un volumen excesivo en la guitarra de Puente, que se hizo mucho más evidente cada vez que soleaba. Fuera de estos inconvenientes, la presentación se dio tal como las reglas del trash lo dictan: acelerada, pesada, agresiva y cargada de referencias hacia los políticos y la iglesia. Una hora de trash de cepa y sin mayores matices, cuyo efecto no impidió rebanar más de algún tímpano y provocar otra serie de moshpits desbordados.
Ya hacia las 23:30, Pentagram hizo su aparición sobre las tablas del Caupolicán. La figura de Anton Reisenegger se tomó el escenario y la fanaticada comenzó a rugir, mostrando de dicho modo la incondicionalidad que colmó el Teatro. La puesta en escena se centro en The Malefice (2013). Allí se sucedieron temas como «Fatal Prediction» y la a estas alturas clásica «Demoniac Possesion». Potente, intenso, definido y violento fue el paso de Pentagram por el AntonFest, tal como si estuviéramos en 1985.
Tras esto, Reisenegger volvió a plantarse sobre el escenario, pero ahora con su conjunto Criminal. De dicho modo, el conjunto se volcó hacia la interpretación solida de material extraído de toda su discografía, pero mostrando un especial énfasis en Dead Soul (1997), cuya recepción por parte del publico fue absoluta. Las cinco décadas apenas son notorias en el desplante técnico de Reisenegger, quien además de se vio acompañado de músicos a su altura. En cuestión de tracklist, se sucedieron «Slave Master» a modo de apertura, «Self destruction», «Collide», «Rise & Fall» y «Play God», para llegar a clausurar con «Hijos de la Miseria» y «Por la Fuerza de la Razón», todo en clave trash y death que se presentaron con bajo una pared de groove que hizo sacudir el cuello a todos quienes llenaron el recinto de San Diego 850.
La fiesta que anoche se vivió en el Caupolicán fue una muestra destacable en cuanto a producción, sonido, line up y como no, audiencia. Si bien la historia del metal en Chile es de mediana data, hay que mencionar que estas instancias recuerdan una y otra vez la incondicionalidad de un público asiduo a un género que, para algunos, no es más que ruido. En este sentido, cabe resaltar el nivel de los conjuntos que conformaron el cartel, porque si hay público para este género musical tan extremo, es porque los conjuntos que lo han cultivado lo han hecho de la manera correcta, con oficio y talento. Por esta razón, ante el huracanado paso del AntonFest por Santiago, sólo resta decir una cosa: aún tenemos patria, ciudadanos.
Setlist Criminal:
Slave Master
El Azote/Akelarre
Summoning the apocalypse
Self Destruction
Animals to god
New disorder
Collide
The ghost we summoned
Rise and Fall
Victimized
The one who speaks
Play God
S.S.S.
Pressure
Hijos de la miseria
Por la fuerza de la razón
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