Por Bernardita Ponce.
Un día como hoy, en el año 1961, nacía en la ciudad de Buenos Aires el músico transandino Andrés Calamaro, más conocido por sus fans como “Andrelo” o “El Salmón”. Desde sus inicios musicales, por allá en el año 80 junto a la banda Dickinson Power Trio, comenzaba a cautivar al mundo de la música debido a su talento con los teclados y las guitarras.
Su larga data musical abarca un amplio espectro musical que considera diversos estilos desde el rock, el blues, el tango y los boleros. Su trabajo ha llegado a ser considerado como icono del rock argentino, en especial con su participación en Los Abuelos de la Nada, donde destaca el fallecido Miguel Abuelo, otro de los músicos queridos del país gaucho, es en ese grupo donde comienza a desarrollar su faceta de compositor y responsable de temas como “Sin Gamulán” y “Mil Horas”.
Luego de esa incursión como cantautor y aún siendo parte de Los Abuelos, editó su primer álbum solista titulado Hotel Calamaro, producido por Charly García. Sin embargo, este disco no tuvo gran repercusión mediática y no es considerado dentro de los clásicos de Andrelo. En el año 85 deja de colaborar en Los Abuelos de la Nada, y junto a ello publica su segundo álbum Vida Cruel, que contiene un par de canciones íntimas y experimentales, que muestran su proceso fuera de su banda mater. Temas como “Vi la raya”, escrita en conjunto con Charly, son parte de esta obra.
En 1988 edita el disco Por mirarte y en 1989 lanza Nadie sale vivo de aquí, este último considerado como una de las obras más importantes de la carrera del argentino y considerado por la crítica especializada como uno de los 100 mejores álbum rock argentino. Ambas obras son trabajos maduros que nos llevarían a conocer al actual Calamaro, con canciones como “Cartas sin marcar”, un clásico en esa época.
En búsqueda de una mejor proyección con su carrera, en los años 90 viaja rumbo a España junto a su amigo Ariel Rot. Es en ese país, donde forman una banda que sigue sonando hasta en estos días. Ahí junto a Julián Infante nace Los Rodríguez, que durante 6 años crearon himnos musicales, a través de sus tres discos de estudio (Buena suerte, Sin documentos y Palabras más, palabras menos) y uno registrado en vivo, Disco pirata.
Es en esa época, donde la creatividad en la composición aflora en Calamaro y logra la madurez, que le ha permitido forjar una sólida carrera, tanto en España como en Latinoamérica. Es en esta etapa donde logra vínculos con Joaquín Sabina, con quien inclusive sale de gira.
Los años dorados de Los Rodriguez, finalizan en el año 96 cuando Calamaro expresa diferencias musicales con los miembros de la banda, pero aún así, fue una etapa importante en la vida del músico, donde nacieron temas como “Dulce condena”, “Sin documentos”, “Mi enfermedad”, “Palabras Más, palabras menos”, y otras muchas más.
Finalizada la etapa con Los Rodriguez, Calamaro se sumerge en un mundo de composición musical y consolidación de los años de experiencia tanto en Argentina como en España. En esta nueva etapa solista, publica Alta suciedad (1997), un superventas que contó con temas como “Flaca”, “Loco”, “Media Verónica” y “Crímenes perfectos”, y el cual lo lleva de regreso a los escenarios con excelentes críticas.
Tras ese gran regreso publica Honestidad Brutal (1999), probablemente una de sus mejores obras en solitario, donde en 37 canciones muestra un trabajo amplio con diversos sonidos que nos llevan desde el rock al tango. De este disco se desprenden títulos como “Te quiero igual”, “Clonazepán y circo”, “Maradona”, “Paloma”, entre muchas más.
La creatividad del músico está en apogeo, con esa dicha publica en el año 2000 el disco El Salmón, tan como se conoce al músico por su particular estilo de vida esa difícil que va siempre contra la corriente. En particular este disco contó con un largo trabajo de producción, ya que el músico seleccionó trescientos temas, de quinientos que grabó, de todas ellas, finalmente, 103 canciones son presentadas en El Salmón, un álbum compuesto por cinco CD y de los que se destacan temas como “Vigilante medio argentino”, “El salmón”, “No se puede vivir del Amor”, “Tuyo siempre”, y muchísimas más.
Luego de ese gran momento, llega la época de sequía musical, el cual duró hasta el año 2004 cuando llega El cantante, un disco que destaca varios clásicos del bolero y el tango, más algunos temas de su autoría.
Continuando con su amor al tango en 2006 edita Tinta Roja, un álbum que contiene los más clásicos de ese estilo en la voz de “El salmón”.
Ese mismo año, distintos músicos rinden un tributo a su obra en el álbum titulado “Calamaro querido! Cantando al salmón», que contó con la participación de Joaquín Sabina, León Gieco, Fito Páez, Pedro Aznar, Fabiana Cantilo, Julieta Venegas y más.
Así en la actualidad ha editado discos como la Lengua Popular (2007), que contiene sólo canciones inéditas como “Sexy y barrigón”, “5 Minutos Más (minibar)”, “Mi Gin Tonic”, entre otras.
También vale la pena destacar sus últimas tres composiciones de estudio On the rock (2010), Bohemio (2013) y Volumen 11 (2016), que siguen manteniendo vigente su talento. A ello se suman una variedad de comisiones inéditas, grabaciones en vivo y sesiones como su más reciente Romaphonic Sessions (2016).
Son muchos los años de música que nos ha entregado el Calamaro querido, un músico que sigue componiendo y que con su talento ha traspasado generaciones. Este ícono del rock argentino lleva los acordes en su sangre y al igual que muchos de sus compatriotas, sólo la muerte le quitará las ganas de seguir con su pasión. Hace poco estuvo presentando en Santiago, con una versión más íntima, que nos muestra su capacidad de reinventarse. Un salmón con aires de camaleón, que sigue una dirección y esa es la música.