8 de enero 2025.

Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Este 8 de enero, Alain Johannes regresó a Santiago junto a los hermanos Pedro y Cote Foncea para una presentación cargada, cómo no, de virtuosismo y crudeza en la Sala Metrónomo. Desde el inicio, el escenario proyectaba un círculo blanco con tres líneas verticales, una variación del icónico símbolo de Eleven, la banda que Alain fundó junto a Natasha Shneider y Jack Irons. Este detalle marcaría el espíritu del concierto: una mezcla de homenaje y renovación.

El concierto inició con la conmovedora «Unfinished plan», extraída del disco Spark (2010), dedicado a la memoria de Natasha. Esta apertura dejó claro el tono introspectivo de la noche, un formato semi acústico, aunque no por eso menos potente. Mientras las imágenes de desiertos y nubes movedizas se proyectaban en la pantalla, la emblemática Cigar Box Guitar de Johannes, resonaba recordándole al público que este es un artista único en su especie. Canciones como «Not on this earth» y «Eyes to the sky» marcaron un contraste con melismas y tonalidades más experimentales. Sin embargo, fue «Return to you», también de Spark, la que capturó al público con una dedicatoria explícita a Shneider y una influencia clara de George Harrison, ante lo que la sala estalló en aplausos. Este gesto de memoria estuvo presente en toda la noche, reforzando la conexión de Alain con su pasado.

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Parte del encanto de Johannes radica en cómo conecta sus raíces con su presente. Canciones como «Ava Tar», del álbum debut de Eleven Awake in a Dream (1991), y «Crash today», también de Eleven, resonaron con una fuerza inusitada. Estas piezas no solo mostraron su papel como precursor del grunge, sino que también subrayaron la maestría instrumental del trío, con los hermanos Foncea aportando un respaldo sólido y al mismo nivel de un monstruo musical como Alain. La noche avanzó con «Nature wants to kill me», otra joya de Eleven que transportó a los asistentes 30 años atrás. Así lo comentó Cote Foncea, casi como dándose cuenta en el momento de que a su lado izquierdo se encontraba una leyenda viviente. En un momento de humor y reflexión, Johannes recordó la esencia mortal y vibrante de la naturaleza, acompañando la interpretación con imágenes de géiseres.

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De pronto, y para sorpresa de muchos, se abrió un espacio especialmente emotivo cuando Cote Foncea, al introducir «Beautiful self», dedicó unas palabras a lo que él llamó “la familia Lucybell”, destacando su profundo lazo con la historia de la banda y enviando un saludo a Claudio Valenzuela, pidiendo fuerza para su hija Amaya, quien se encuentra hoy hospitalizada en estado grave. En el gesto de fraternidad se vio reflejada la humanidad de los artistas, quienes fuera de sus desgracias, demuestran un disfrute único y contagioso al tocar juntos. Nada importa tener que empezar de nuevo una canción. Disculpas y risas todo lo arreglan, un relajo que pueden darse quienes hacen bien su trabajo y contagian a sus fanáticos de ese mismo optimismo.

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El ambiente alcanzó un nuevo nivel de intensidad cuando Alain invitó al escenario a dos figuras legendarias: Barrett Martin y Peter Buck. Martin, baterista reconocido por su trabajo en Screaming Trees, una de las bandas fundamentales del movimiento grunge, así como de Mad Season y Queens of the Stone Age, aportó su estilo rítmico inconfundible, mientras Cote Foncea se situaba en el bajo. Por su parte, Peter Buck, guitarrista de R.E.M., añadió a la mezlca su inconfundible estilo melódico y experimental. La presencia de Buck recordó la importancia de R.E.M. en la transición entre el post-punk y el rock alternativo. Con estos señores arriba del escenario, la banda, ahora quinteto, interpretó “Hangin’ tree” de Queens of the Stone Age, “Making a Cross”, de Spark y “The one I love” de R.E.M. Qué privilegio y qué muestra del impacto de Johannes como colaborador en la escena del rock alternativo. El encore trajo “Desappearing one” y «Endless eyes», el single emblemático de Spark, cerrando la noche con un homenaje a la vida y legado de Natasha. La inclusión de Barrett Martin y Peter Buck no solo elevó el nivel musical de la velada, sino que también marcó un momento único, donde tres trayectorias legendarias convergieron en un pequeño escenario chileno que casi colapsa por el peso de sus carreras.

Esta calurosa noche de enero y el ambiente siempre íntimo de la Sala Metrónomo permitieron al público experimentar la autenticidad y profundidad de un músico que, aunque pertenece al mundo, sigue encontrando en Chile una conexión única con sus raíces.

Setlist:
Unfinished plan
Not on this earth
Eyes to the sky
Return to you
Fall to grace
Gentle ghost
If morning comes
Make God jealous
Kaleidoscope
Seasick of you
Beautiful self
Let it gnaw
Ava Tar
The little finger
Crash today
Nature wants to kill me
The bleeding whole
Reach out
Why
Hanging tree
Making a cross
The one I love

Encore:
Disappearing one
Endless eyes

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