Aerosmith en Chile: Oficio, estilo y experiencia al servicio del público
Movistar Arena, 2 de octubre 2016.

Por Francisco Aguilar A.
Fotografía por Miguel Fuentes, Producción Fan Lab.

Y había llegado el día, en el mes del año con más conciertos desde que tengo memoria en nuestro país, 2 de octubre 2016, era la fecha pactada para el retorno de Aerosmith a Chile, una banda que es difícil que alguien con cierto gusto por la música no conozca. Casi imposible no haber visto o escuchado el video de “Walk This Way”, tema que, según muchos, fue el primer acercamiento entre el rock y el rap, para dar pie así a un estilo que años después y hasta el día de hoy sigue dando muchos frutos, o la balada “I Don’t Want to Miss a Thing” de la película Armageddon. En fin, una gran variedad de singles radiales que confluyen en una única agrupación musical, la que ha sabido envejecer y mantenerse vigente.

Tras esa antesala, es que ayer en el Movistar Arena, la banda de Steven Tyler mostró que sus años de carrera hacen ver un oficio, que se agradece a la hora de realizar una conexión con el público, de sentirse queridos y saber retribuir las horas de espera, que los fans tuvieron que aguantar al calor de las afueras del recinto capitalino. Como anécdota, pasé alrededor de las 15 horas por fuera del Parque O’Higgins y vi ya gente esperando entrar. El chileno es un buen fan, eso ya ha sido declarado por una infinidad de bandas, y creo que es más que cierto.

Mis expectativas personales por el show eran altísimas, había recibido muchos comentarios de que su última presentación en nuestro país, por allá por el año 2010, había sido increíble. Al llegar al lugar, alrededor de las 19 horas me encontré con la banda que abría los fuegos, los chilenos de “We are the grand”, banda nacional de indie rock que sirvió para que el público, que ya comenzaba a colmar el recinto capitalino, entrase en onda y sintiese que la noche estaría llena de rock. Después de un break de alrededor de 40 minutos, se dio comienzo a lo que todo el respetable esperaba ansioso, el último concierto anunciado en tierras chilenas de la banda conformada por Steven Tyler (voz y armónica), Joe Perry (guitarra), Brad Whitford (guitarra), Tom Hamilton (bajo) Y Joey Kramer (batería).

Para ser exactos, el show partió a las 20:10 hrs, momento en el cual la algarabía y teléfonos móviles, que son usados por los asistentes para guardar recuerdos imborrables, colmaron el lugar. El show comenzó con “Back in the saddle” y Tyler con un “Santiago, estamos listos” provocó que la adrenalina presente se comenzase a liberar como un verdadero torbellino de emociones. El frontman de los “chicos malos de Boston” canta perfecto, hay que reconocerlo, su voz es como escuchar el disco de estudio. Por otro lado, tiene una energía que cualquier treintón como yo se querría, se le veía galopando por el escenario y retribuyendo con ese poder todo el cariño que la gente le expresaba. Al empezar su segundo tema “Love an elevator”, saludó con un “buenas noches”, desatando nuevamente el griterío de los asistentes. La puesta en escena del evento consistió en un escenario que permitía comunicar a los músicos con el público de forma cercana, los que se podían desplazar de un extremo de platea baja al otro y circular por la mitad de la cancha preferencial, algo así como una gran T, cosa que los artistas usaron a la perfección. Previo a su siguiente canción, el público gritaba “Ohhhh, uohhhhh, ohhh” demostrándole a la banda que estaban ansiosos de volverlos a ver y que querían que esta noche fuese especial, ya que para ellos, tal vez, era un show más de su gira, pero para los asistentes quizás es la última vez que los verán en vivo. Vino el clásico “Cryin”, donde Steven sacó su armónica para deleitarnos con esa melodía tan característica de este himno de los norteamericanos. La noche era un mar de hits e himnos de una generación, de cada uno podría contar específicamente lo que vi, pero es más agradable poder describir las sensaciones que uno percibe al ver espectáculos de esta magnitud. Al hablar con algunos asistentes, me comentaron que el sonido en los 6 primeros temas no fue de los mejores, que al pasar el recital este se fue arreglando. Si bien, yo no me percaté de esto, desde donde me encontraba, si percibí que la banda se quejaba con el sonidista haciéndole ver su malestar. En cuanto a la entrega de los artistas, todos fueron unánimes al indicar que ésta era total, que se agradecía y que cualquier problema técnico presente se perdonaba. Siguieron temas como “Jaded”, donde Tyler mostró su calidad vocal vociferando a todo pulmón parte del coro de la canción, luego invitó a bailar apretado a las parejas asistentes con “Crazy”. Vino el turno de “Last Child” y “Livin’ On The Edge”, donde con la ayuda de unos ventiladores, instalados estratégicamente, el vocalista hizo mover su cabellera, digno de un comercial de televisión.

El recital continuaba, la gente siempre expectante en cada tema y al reconocerlos explotaba en jubilo, ya que era uno de los que ellos esperaban escuchar. Así pasaron “Rats In The Cellar”, tema cantando en gran parte por Joe Perry, “Dude (Looks Like A Lady)”, donde Steven le preguntó al público si quería “¿más, más?” y provocó nuevamente la euforia con un baile sensual que hizo estallar a las fans, “Same Old Song And Dance” y “Stop Messin’ Around”, este último tema original de Fleetwood Mac. Cerca de donde me encontraba, una pareja esperaba con ansias el tema “ese de la película de Bruce Willis”, como ellos mismos decían. Y tal cual como pidieron llegó el turno de “I Don’t Want To Miss A Thing”, donde las antorchas electrónicas llenaron el complejo y el romanticismo se apoderó de todos los que presenciaron el evento. En ese momento le arrojaron del público un par de gorros a Tyler, el cual con una cercanía que se agradece, probó y preguntó a la multitud “cómo le quedaban”.

Ya en la parte final, previo al encore de la banda pasaron tema como “Come Together”, un clásico original de Los Beatles, donde Perry en un minuto dejó su guitarra en el suelo para cantar junto con Tyler, “Walk This way” momento en el que en las pantallas se vio una silueta de una mujer emanando fuego, y Steven pidió a los asistentes levantar sus brazos en alto como el mítico “Put Your Hands In The Air” para cerrar con “Train Kept A-Rollin’”, original de Tiny Bradshaw, en el que con un cierre de un solo de batería de Joey Kramer se dio paso a la salida de la banda del escenario.

El público de inmediato se hizo sentir, y gritando a más no poder, espero impaciente la vuelta de Aerosmith. Se instaló un piano blanco por sobre el escenario, en la parte más cercana al público y, con este nuevo elemento, la banda interpretó sus últimos 2 temas: “Dream On” y “Sweet Emotion”, donde por momentos Tyler y Perry cantaron encima del piano. Ya al finalizar, la banda presentó a cada uno de sus músicos, y con humo y confeti rodeando el escenario se dio un “broche de oro” alrededor de las 22 horas, a uno de los shows, que muchos estábamos esperando, y da un pie inicial brillante a este fin de año de conciertos memorables que nos espera. Tras esto, solo nos queda decir, gracias Aerosmith.

Setlist:
Back In The Saddle
Love In An Elevator
Cryin’
Jaded
Crazy
Last Child
Livin’ On The Edge
Rats In The Cellar
Dude (Looks Like A Lady)
Same Old Song And Dance
Rag Doll
Stop Messin’ Around
I Don’t Want To Miss A Thing
Come Together
Walk This Way
Train Kept A-Rollin’

Encore:
Dream On
Sweet Emotion