22 de marzo 2023.
Por Paulo Domic.
Fotografías por Diego Pino (@diegopino.ph)
Llegamos a otra noche mágicamente oscura y misteriosa en el Club Chocolate, esta vez para presenciar la cuarta fecha de la gira por Latinoamérica de los suecos de Katatonia, presentando su más reciente material, Sky Void Of Stars, lanzado el pasado 20 de enero. Una jornada de enorme calidad musical que partió con la destacada presentación de Crisálida y que se coronó con la sólida actuación de los escandinavos, quienes se pararon por tercera vez en su historia frente a sus fanáticos chilenos y que hace 7 años no nos visitaban.
Katatonia tiene una existencia de más de tres décadas, y este 2023 se cumplen 30 años de su debut discográfico, el disco Dance of December Souls. Placa que los muestra en una faceta mucho más cercana al Doom y al Death Metal. A través de los años han evolucionado en su sonido hacia terrenos más melódicos y hasta progresivos, pero sin abandonar la fuerza del metal y sin caer tampoco en los clichés góticos en los que cayeron muchas bandas durante los 2000 cuando necesitaron refrescar su sonido para mantenerse vigentes. Si bien reconocen influencias de ese lado, como Paradise Lost, también han confesado lo mucho que les gusta Tool y otras bandas más progresivas y alternativas, lo cual es notorio en su estilo. Han logrado cimentar a través de sus doce discos de estudio una escuela única de metal melódico y por eso anoche la convocatoria fue excelente. El lleno del Club Chocolate fue total.
A las 20:45, una hora que les permitió actuar con mucha gente ya en el recinto, salió Crisálida a escena. Una banda chilena de vanguardia que fusiona lo mejor del rock, metal y folclore. Activos desde 1997 y liderados por la voz inconfundible de su cantante, Cinthia Santibáñez, ya tienen vasta experiencia abriendo conciertos internacionales y sin duda alguna son una de las bandas más importantes y reconocidas del metal progresivo nacional. Partieron con “Cabo de Hornos”, canción que también abre su último disco, Tierra Ancestral de 2015. A través de 30 minutos de música, la voz de Cinthia acarició nuestros sentidos y la potencia de la banda nos remeció profundamente. Su estilo hace soñar y volar por paisajes de nuestro sur, por bosques de araucarias en húmedas tierras. Con “El Niño” terminaron su gran presentación, en la que, como es habitual, dejaron muy bien puesto el nombre de Chile en un show internacional.
Esta mañana hablamos con Cinthia para que nos comentara sus sensaciones de lo vivido anoche: “Como banda lo que más nos gusta es ver cómo la gente ahora sí se atreve a ver y escuchar bandas teloneras y eso ayuda mucho. Estamos sorprendidos del cariño, respeto y buena onda de la gente que estuvo anoche, muchas gracias a todas y todos”. Y sobre lo que se viene para ellos este 2023, nos contó que tendrán “un show muy especial el próximo sábado 1 de abril con invitados de lujo y además amigos de la vida que nos acompañarán sumando el power de sus guitarras: Cler Canifru, Angeline Bernini, Gabriel Hidalgo y Damian Agurto”. Además en mayo tendrán un show acústico y siguen trabajando para su nuevo disco.
A las 21:20 llegó el ansiado instante en que las luces del Chocolate se apagaron y comenzó a sonar la guitarra del gran Anders Nyström y la voz de Jonas Renkse. La oscura fuerza de los vikingos inmediatamente presentó sus credenciales con “Austerity”, misma que también abre su último disco. Junto al bajo de Niklas Sandin y la batería de Daniel Moilanen, el cuarteto puso a saltar a sus desatados incondicionales que les dieron una calurosa bienvenida en el ya tórrido ambiente del club en la calurosa noche de inicios de otoño. “Colossal Shade” fue la próxima, marcando inmediatamente la pauta de lo que sería el espectáculo, que incluyó cinco canciones de su más reciente lanzamiento. En la tercera canción, “Lethean”, el reloj retrocedió al 2012. Un clásico del Dead End Kings en el que todos cantaron al unísono. Después de ella, Jonas dio el primer saludo de la noche, y pese a que su performance es más bien tímida y poco expresiva, si se le notaba lo complacido que estaba de ver el recinto tan lleno de fanáticos.
La nórdica oscuridad de Katatonia se plasmó en un repertorio que no incluyó canciones de esos 5 discos que lanzaron en la década de los 90. Es probable que exista ya una distancia entre estos primeros trabajos y la actual visión estética y artística de la banda. Pero eso no pareció molestarle a nadie. El heterogéneo público presente disfrutó cada momento del show y participó activamente, incluso sin que la banda se los pidiera. Porque así somos aquí, una audiencia proactiva que si está siendo bien estimulada, participa sin necesidad de que la banda lo solicite expresamente. Cantamos y vitoreamos fuerte el nombre del grupo, para que se sientan bienvenidos y a gusto. Como no podemos invitarlos a un asado a la casa y atenderlos como hacemos con los queridos huéspedes que recibimos, les damos amor ahí a través de los cánticos y nuestro compromiso en cuerpo y alma con nuestros ídolos en ese instante único e irrepetible que es un concierto en vivo.
Luego de la despedida falsa, con “July” y “Evidence”, clásica canción del 2003, Katatonia puso término a su gran demostración de misterio y elegancia con su estilo único y de tan marcada identidad. Nuevamente se van de Chile llenos de la energía de sus fanáticos, tal como se fueron de La Cúpula el 2011 y del Cariola el 2016. Una relación muy estrecha que se mantendrá y que quedará en suspenso hasta que la banda nuevamente logre visitar estas tierras sureñas y latinas que los esperan siempre con brazos abiertos. Gran concierto por parte de ellos y Crisálida, una jornada de matices y viajes a través de guitarras y melodías que probablemente quedará como uno de los momentos destacados del metal melódico en vivo de este año.
Setlist Crisálida:
Cabo de hornos
Araucana
Bajo Tierra
Raco
Solar
Morir aquí
El Niño
Setlist Katatonia:
Austerity
Colossal Shade
Lethean
Deliberation
Birds
Behind the Blood
Forsaker
Opaline
Buildings
My Twin
Atrium
Old Heart Falls
Untrodden
July
Evidence
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